Prólogo

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Entró al bar por pura casualidad, generalmente le gustaba beber en la comodidad de su departamento, sin preguntas incómodas de un barman, pero después del desplante de su última novia, realmente le daba pereza esperar por un poco de alcohol. Esa fue la razón por la que entró, no lucía como un lugar elegante como los que estaba acostumbrado, pero no se quejaba.

Dio el primer trago y sintió el ardor en su garganta mientras pensaba qué iba a hacer ahora. Ya no tenía el ánimo de buscar una nueva chica para pasar el tiempo, eso sin tomar en cuenta el sexo. Suspiró con ganas pensando qué tan desesperado debía estar como para empezar a considerar la idea de acostarse con la primera persona que se cruzara en su camino y fuese de buen ver.

—No es para tanto—bromeó consigo mismo mientras se terminaba de un trago el resto de su copa.

Justo entonces por la puerta del bar entró un joven de cabello negro, con facciones menudas y unos anteojos enormes que opacaban el atractivo de su rostro. Viktor le prestó atención enarcando una ceja y le siguió con la mirada en cada uno de sus pasos. El chico en cuestión se acercó a la barra y con mucha timidez trató de pedir una bebida, pero sus ojos estaban perdidos, como si él no estuviese ahí realmente.

Viktor no pudo evitar entrometerse y entonces decidió hacer su movimiento.

—Dale lo mismo que yo, esta vez corre por mi cuenta—guiñó un ojo en señal de camaradería, pero el otro no correspondió el gesto más que con una reverencia, cosa que sorprendió al joven.

Había viajado a casi todas las ciudades famosas, gracias a sus estudios se podía considerar un experto y acaudalado joven. Era la primera vez que alguien rechazaba un avance suyo y aquello por supuesto, captó mucho más su interés. Sin importarle la incomodidad obvia que el recién llegado tenía, se acercó a él intentando hacer plática, sin lograrlo por completo.

—No... tengo mucho... por contar... no es... interesante—habló el joven pelinegro y Viktor curioso por tales palabras, lo tomó de los hombros acercándolo un poco más a él.

—Bueno, podrías comenzar por tu nombre.

El aludido asintió sin mirarle, casi por inercia. Era como si no hubiese nada que lo motivara y sus pies, su cuerpo, todo de él se moviera por acto reflejo.

—Soy Yuuri... Yuuri Katsuki.

El joven de los cabellos plateados sonrió con satisfacción mientras se relamía los labios. Viktor no lo sabía en ese momento, pero el destino le tenía preparada una gran sorpresa.

Yuuri Katsuki sería un nombre completamente difícil de olvidar.

Sendero de mentiras (Yuri on Ice Fanfic-Viktuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora