Distopic Antaum.

Parte 11

- Entonces bienvenida tu y tu grupo al instituto Arconte, Vona Nansdóttir.

- Gracias, ahora -Su voz sonó más determinada que nunca- quiero ver a Artemix.

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Alguien tocaba la puerta de la recamara,  una Artemix un tanto somnolienta y perezosa se levantó a abrir, cuando vio a la persona frente a ella toda la pereza y el sueño se esfumó. Rápidamente le hizo una seña para que entrara y a penas cerró la puerta ambas se abrazaron.

- ¡Vona!  ¿Cómo has estado? ¿Qué ha pasado?

- Ha pasado de todo, Artemix. - La castaña soltó a su pequeña compañera para examinar su rostro, seguía siendo la misma que conocío aquel día en el tejado, pero tenía algo distinto, su cara se veía más firme, un poco más envejecida que la última vez que se vieron.

- ¿Quieres un poco de agua? -Ella asintió- Ven, sientate y me cuentas que ha pasado.

- Esta bien - Vona tomo asiento junto a Dennys, recibió el agua y la miro atentamente- Pero tu también tienes mucho que contarme.

- Lo haré cuando tú termines - La más pequeña le dio un sorbo al agua que le había servido sin quitarle los ojos de encima-

- Vale ¿Por donde empiezo? Cuando ustedes se fueron todos quedaron algo atonitos, nadie entendía porqué, finalmente Dean les contó lo de su padre ¿Recuerdas a la loca Mary? - Asentí, "la loca Mary" era la señora mayor que se encargaba de cuidar a los niños más pequeños, bueno, tal vez no cuidar, solo se mantenía a su lado y lloraba con ellos, casi siempre lloraba. - Ella era la madre de Dean.

- ¿Era? - Artemix contuvo la respiración, sabía muy bien lo que seguía.

- Estuvo muy mal tras escuchar la noticia, peor que antes y era un lujo que solo ella podía permitirse. Dean por su parte tomo mal la muerte de su padre,  algunos lo inculparon de echarlas, de tecnicamente asesinarlas y eso lo dejó aún peor,  se volvió un líder suicida. Nadie podía detenerlo, combatía ordas de anemicos solo o nos mandaba a alguno de nosotros a hacerlo, todos comprendiamos su dolor, pero comenzó a actuar como un tirano, bajo su mando perdimos muchas vidas. Gradualmente todos dejaron de seguirlo, unos pocos no aceptaron alejarse de él, por lo que solía ser.
Un día salió a buscar provisiones con su grupo, no quiso llevar armas, todos sabiamos que él ya se había rendido -una silenciosa lagrima rodó por el rostro de la rubia- pero su grupo no se rindió, ellos llevaron armas, en una tienda los anemicos los arrinconaron, luchamos hasta el final, hasta quedar sin armas, no solo por nosotros, sino, también por Dean, por el líder que solía ser y aún más, por el buen amigo que era. Cuando me quede sin armas subí a una despensa y me escondí dentro de un cajón. Pude ver y escuchar como mis amigos caían, uno a uno, -las manos de Vona comenzaron a temblar sacudiendo con ella el agua en su vaso- Dean incluido. -Tuvo que parar su relato, los recuerdos quemaban su mente y su corazón, entonces soltó un gemido de dolor- Hay noches en que aún escucho sus gritos, pidiendo ayuda, sus gritos de agonía mientras eran deborados... - Finalmente cerró los ojos e intento apartar ese horrible recuerdo de su mente-

Pasó un largo rato, Artemix no sabía que hacer y no se atrevía a abrazarla, solo se quedó ahí, mirando. Vona lloró un poco, tomo aire y se preparó para seguir su relato.

-Cuando se hubieron ido volví con los demás -prosiguió- les conté lo que pasó, estuvimos un par de días debatiendo quien debía guiarrnos en medio de toda la mierda que estaba pasando... Adivina quien ganó las elecciones -Su tono era ironico, ante la constante mirada de Artemix respondió levantando la mano- Yo. Estuvimos bien un tiempo, seguimos como siempre, moviendonos, separandonos en grupo, pero ya no era igual, no teníamos tanta gente y la fuerza que teniamos las primeras semanas se comenzaron a desvanecer. Algunos perdieron la esperanza... Como la mamá de Dean, semanas luego se suicidó.
El grupo comenzó a decaer y recordé que habías hablado de este lugar,  casi nunca nos adentramos al centro de la ciudad, es peligroso, pero teniamos esperanza. Aunque no esperaba encontrarte aquí, dijiste que nunca volverías. -El rostro de Vona ahora era una pregunta-

- Y no pensaba hacerlo, pero volver se volvió... necesario. Como contigo. 

- En resumidas cuentas esa es la historia. ¿Y Alena? ¿Qué pasó con ella?

- Esta bien, esta en otro cuarto o tal vez salió, no fuimos muy bien recividas al llegar ¿No tuviste problemas para entrar?

- No, solo unas preguntas de rutina y una revisión general.

- Entonces nuestra propuesta dio resultado.

- ¿Qué propuesta?

- Cuando volvimos no querían que entremos, tuvimos que demostrarles que no estabamos infectadas y aún así tuvimos que estar un par de días en cuarentena. Propusimos un comité que inspeccionara a los que llegarán, nadie creía que fuera necesario, no pensaban que habría sobrevivientes, pero les conté de ti y de tu grupo y que seguramente habrían más... Así que dió resultado.

- Ah. Ahora podrías contarme de ti, ha pasado tiempo.

- Luego, deberías comer algo y recorrer el lugar, conociendote debes estar hambrienta y curiosa.  -Vona asintió- Ven en el recorrido te contaré que ha pasado.

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¡Lamento mucho la tardansa! Estaba de vacaciones y esas cosas ><