Prólogo

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-Sus ordenes han sido llevadas a cabo, Su Alteza. La deuda con su gente ha sido pagada por completo.

Mirando por la ventana de su despacho, Naruto apartó la mirada de su caballo árabe favorito, que estaba causando estragos abajo en el jardín. Una ira fría podía verse en sus ojos azules mientras observaba al hombre que había sido su asistente de confianza durante casi dos décadas.

-Al completo no. La deuda que se me debe a mí aún permanece. ¿Se le ha entregado todo al inglés?

-Como usted dijo, Su Alteza -dijo el hombre agachando la cabeza.

Naruto detectó algo en el tono del otro hombre e inmediatamente su mirada se agudizó.

-¿Asistirá a la reunión, Iruka?

Iruka palideció ligeramente y dijo: -He sido informado de que va a enviar a su hermana en su lugar.

Así que el inglés había evitado sus responsabilidades una vez más, pensaba Naruto mientras flexionaba sus hombros anchos en un intento por liberar tensiones. A veces deseaba que Kazban no fuese un estado tan progresista. En momentos como ése deseaba poder volver a sus raíces tribales y primitivas y ejecutar el castigo que Neji Hyuga tanto merecía.

-Dada la naturaleza de esta reunión, es una sorprendente decisión por su parte -dijo Naruto

-Uno se pregunta qué tipo de hombre manda a una mujer a luchar sus batallas- se pregunto Iruka

-Un cobarde -dijo Naruto apretando la mandíbula. -Negándose a viajar a Kazban, el Ingles había evitado muy inteligentemente ser considerado responsable de sus acciones.

- Pero ya sabíamos que Neji Hyuga es un cobarde. Así que no debería ser una sorpresa el que esté dispuesto a sacrificar a alguien de su propia sangre para salvar el pellejo. La está enviando a la guarida del león. Espero que lleve armadura.

Su asesor se aclaró la garganta con delicadeza y añadió:

-Seguramente espera que sea usted indulgente con ella.

Naruto se carcajeó. Si Neji Hyuga hubiera sabido algo sobre su pasado, entonces no habría cometido tan tremendo error de juicio. Sus sentimientos hacia el sexo femenino eran cualquier cosa menos gentiles. La vida le había enseñado del peor modo posible que las mujeres eran todas manipuladoras y buscaban su propio beneficio y, desde que había aprendido esa lección, las trataba con el desprecio cínico que merecían.

-Ese hombre no es más que un ladrón, aunque uno listo, lo admito. Ha robado los ahorros de unos ciudadanos trabajadores e inocentes. En su país puede que ése se considere como un comportamiento aceptable, pero en Kazban por suerte no somos tan tontos. En este caso no me siento nada inclinado hacia la indulgencia -dijo Naruto.

-Es cierto que sus acciones habrían causado grandes penurias a muchos de no haber sido por su generosa intervención, Su Alteza. En mi opinión su gente debería saber que es usted el que ha...

-Eso no es importante -dijo Naruto con el ceño fruncido mientras caminaba de un lado a otro de su despacho.- Lo importante es enviar un mensaje claro a cualquiera que se sienta tentado de seguir el mismo camino que el Hyuga. Obviamente él ha anticipado las represalias y ésa es la razón por la que ha elegido no asistir a la reunión en persona. No sólo es deshonesto, sino que no se responsabiliza de sus propias acciones. Pretendo hacer un ejemplo de él.

-Mandar a su hermana en su lugar es una jugada inteligente por su parte. No es ningún secreto que usted disfruta de la compañía femenina, Alteza -dijo Iruka.

-En mi cama, Iruka -dijo Naruto suavemente-. Pero fuera de ella, las mujeres no ocupan lugar alguno en mi vida.

Él nunca volvería a confiar en una mujer.

-Y sin embargo su padre cada vez insiste más en que debería casarse, Alteza.

Naruto apretó los dientes.

-Estoy al corriente de los deseos de mi padre.

-Sin duda pensará usted que me excedo en mis responsabilidades -dijo Iruka-, pero siendo alguien que lo conoce a usted desde pequeño y lo aprecia, me entristece verlo solo cuando debería tener una familia.

-Como tú mismo has dicho, te excedes en tus responsabilidades -dijo Naruto con tono frío, pero su mirada se ablandó al observar a Iruka. Su asesor era una de las pocas personas a quien confiaría su vida-. No malgastes tus emociones, Iruka. Es mi elección estar solo, pero soy plenamente consciente de que mi estatus de soltero se está convirtiendo en una espina junto a mi padre.

E iba a tener que encargarse del asunto. Pero no casándose con la mujer que su padre tenía en mente. Cuando llegase el momento, y estaba muy convencido de que llegaría pronto, elegiría él a su propia novia y su elección sería llevada a cabo sin sentimentalismos.

-Volviendo al tema de la señorita Hyuga...

-Estoy seguro de que el inglés cree que usted jamás le haría daño a una mujer -dijo Iruka.

Naruto sonrió levemente, pero no había rastro de sorpresa en sus hermosos rasgos y cuando habló, su voz sonó peligrosamente suave.

-Existe más de un tipo de dolor, Iruka-dijo Naruto.- Estaba, el dolor del amor. Y también la agonía de la traición-. Ambos sabemos que cualquier mujer relacionada con Neji Hyuga difícilmente puede estar cubierta de virtudes. Si elige mandar a una mujer a la batalla con la esperanza de que yo no tenga estómago para pelear, entonces me temo que se sentirá decepcionado.

Giró la cabeza y su mirada descansó sobre la espada ceremonial que yacía sobre su escritorio Estiró la mano y la agarró con fuerza, rodeando con sus largos dedos la empuñadura, sintiendo el peso del arma como algo reconfortante y a la vez familiar en la palma de su mano. Deslizó la mirada a lo largo de la cuchilla y un violento torrente de emociones amenazó con desestabilizar su habitual y rígido auto control.

Traición.

Con un movimiento rápido de muñeca se movió y la hoja de la espada cortó el aire con una precisión letal. Iruka dio un paso rápido hacia atrás. Como todo el mundo en el estado de Kazban, él conocía la destreza del príncipe con esa arma en particular. Era un experto espadachín. Sería mejor que la mujer fuese fuerte, pensaba Iruka, sintiendo una inexplicable compasión hacia ella mientras observaba al príncipe colocar la espada de nuevo sobre el escritorio. Si Neji Hyuga había deseado contrariar a alguien, había hecho una elección muy mala con el jeque de Kazban, príncipe de la corona: Uzumaki-Namikaze-Naruto.

Una elección muy mala.

Atrapada En Su CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora