Capitulo 4. La honestidad como premio de la amistad

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-Él estará bien

Esa frase había estado rondando en su cabeza desde el momento en que por fin supo algo sobre el muchacho.

Flash Back

Ya era medio día y una pelinaranja estaba como de costumbre con su mirada fija en el techo de la habitación. El tiempo que podía permanecer acostada de manera lateral era mayor, todo gracias a sus cuidadores. Inclusive podía reincorporar la postura de su espalda, solo sentada y teniendo una superficie como apoyo pero para ella era un gran avance.

No solo era aburrido sino también agotador el estar recostada durante tantas horas, tanto así que antes de poder erguirse de la cintura para arriba había empezado a tener hormigueo por sus dos extremidades inferiores.

De repente, vislumbró dos siluetas detrás de la puerta, una era delgada y otra con mayor volumen y altura. Orihime supo al instante a quienes pertenecían.

-¡Ishida-kun! ¡Sado-kun!-expresó mientras las siluetas comenzaban a moverse- pasen.

Pareciera que solo eso era lo que se necesitaba para que aquel par se animara a entrar.

-Inoue-san- dijo el primero mientras entraba a la habitación- nos dijeron que ya estabas mejor. Hubiesemos venido desde antes de no ser porque nosotros también estabamos recuperandonos.

-No hay problema, me alegro que estén bien- contestó Orihime mientras fijaba sus ojos sobre el chico que llevaba puesta una camisa de vestir de color blanco, perfectamente abotonada y fajada; una corbata negra casi lisa en su totalidad pues justo en la parte inferior del nudo llevaba una pequeña cruz blanca, figura que caracterizaba a un Quincy y que era igual a la cruz de Quincy que el muchacho usó en Hueco Mundo para sacar su arco de batalla; un pantalón y zapatos que en color hacían juego con dicha corbata- y que hay de ti Sado-kun- preguntó redirigiendo su mirada al joven corpulento que permanecía sentado en silencio.

-Estoy bien, a pesar de la batalla que libre junto a Ganju aparentemente fuimos los que salimos mejor librados.

-I-Ishida-kun- titubeo la ojigris- Han sabido sobre Ku...-

-Su padre y mi padre han estado tratando de él personalmente- dijo casi de inmediato el peliazul- el cambio tan drástico de su nivel de reatsu y golpes durante la pelea final le ha generado grandes desgarres en todos sus sistemas y un gran desvalance en su estado neurológico.

Al escuchar lo ultimo, Orihime no pudo evitar retraer su cuerpo hacia atrás debido la angustia que comenzó a inundarla.

-Tranquila Inoue-san- continuó el Quincy percatandose del error que había tenido en la forma en la que había dado el comunicado a su amiga- No es la primera vez que le sucede ¿Recuerdas la vez que perdió sus poderes después de la batalla contra Aizen? Tardó un mes en despertar. Esta vez es igual- dijo intentando tranquilizar a la pelinaranja pues sabía perfectamente lo que aquel chico al que se estaba refiriendo representaba para ella- aún tiene demasiado coraje por compartir con nosotros. Así que sin duda pronto estará aquí, listo para arrastrarnos a nuevos problemas.

Pareciera que las palabras y sentido del humor tuvieron efecto pues logró que la pelinaranja se relajara y riera.

Fin de Flash Back

Sin duda a pesar de estar consciente de que el chico seguía con vida y que al igual que ella estaba en buenas manos, el amor que sentía por él la mantenía igualmente preocupada y alerta en todo momento.

Faltaban diez minutos para que la manecilla pequeña del reloj que Orihime tenía cerca llegase al número cinco. Y nunca antes sintió que el tiempo transcurriera tan despacio. Esos diez minutos parecías 10 años. Quizás si sus amigos aún estuvieran ahí para hacerle compañía, solo quizás así el pasar el tiempo seria más fluido.
No fue sino hasta pasados veinticinco minutos después que volvió haber ruido y voces en el pasillo. Esta vez, Inoue no pudo esperar y antes de que los inquilinos entraran al cuarto, lleno lo más que pudo sus pulmones y preguntó

-Ururu-chan- exclamó mientras la niña abría la puerta- han tenido noticias de...
-Ichigo-kun esta estable. El señor Isshin lo ha trasladado ya a su clínica familiar

Sin duda alguna pareciera que ese día nadie la dejaba terminar de hablar, ¿Acaso era tan obvia con sus sentimientos por el pelinaranja? Intentó dejar esos pensamientos molestos a un lado. Lo importante es que nadie se había limitado a informarle sobre el asunto.

-Inoue-san- la llamo un hombre moreno, de edad ya avanzada pero corpulento y cuyo reflejo en los lentes impedía que uno lograse estar seguro de estar estableciendo contacto visual directo. Y aquel bigote tan abundante y retorcido que tenía y que lo caracterizaba desde ya hace mas de cien años, había desaparecido. El bigote no era lo único que era diferente, la ropa que llevaba también había sufrido ciertos cambios. La camisa que llevaba era ahora de color azul, los pantalones eran de un profundo y oscuro gris y, el delantal que siempre llevaba en horas de trabajo ahora era del color ciruela y ahora, además de llevar el símbolo con el nombre de la tienda, tenia un lindo sombrero con rayas verdes y blancas bordado en la parte superior derecha del delantal. Inoue lo notó y no pudo evitar mantener su mirada fija en dicho bordado.

-Aunque en este momento yo estoy a cargo de la tienda- dijo Tessai al ver la mirada penetrante de la ojigris- funge como recordatorio sobre el verdadero dueño del lugar.
-¡Es idéntico al sombrero que Urahara-san!- exclamó asombrada ella. Meditó por un momento y prosiguió- por cierto, ¿como está? Desde que nos separamos y dirigimos hacia el Palacio del Rey Espiritual, no hemos vuelto a ver a Urahara-san ni a Yoruichi-san.

El silencio se hizo presente casi de inmediato. Solo fue por unos segundos pero fue suficiente para que el semblante de Ururu decreciera, que estaba preparado toallas calientes para aplicar a la espalda de la chica, aun así, fue lo suficientemente rápida como para que la ojigris no notara la tristeza en su mirada.

-Digamos que ambos estarán lejos de la tienda por un tiempo- le respondió Tessai- pero antes de que algo mas suceda, Ururu por favor, termina rápido. Debo restaurar el reatsu de Inoue-san, lo suficiente para que sea capaz de terminar de curarse con sus poderes.

-Gracias Tessai-san
-No es nada. Además, seguramente tú quieras ser la primera en visitar a Kurosaki-san- Inoue no pudo evitar sonrojarse levemente ante el comentario- además, seguro y le vendrá bien un apoyo de tu parte.
-Pero si mis poderes están débiles, dudo mucho que...
-No me refería exclusivamente a tus poderes- agregó Tessai mostrandole a la chica una mirada que a leguas ella pudo interpretar perfectamente.

La princesa de las fresas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora