Cuando el miedo te invade y no puedes decir lo que realmente esconde tu corazón, sientes que nada de lo que te rodea lo mereces. Así es como me sentía yo cuando miraba a los ojos a mis compañeros y no era capaz de decirles lo que sentía en mi inte...
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Las lágrimas volvían a resbalar por mi rostro, parecía que se burlaran de mi en aquel preciso instante. El calor que desprendían mis mejillas y el ardor en ellas, me indicaba que hacía demasiado tiempo que estaba bajo aquellas mantas llorando sin descanso alguno ¿Por qué todo debía ser así?
Suspiré con pesar y deseé desaparecer de la faz de la tierra en aquel preciso momento, desde aquella noche que había colapsado, había intentado ser el mismo Ji Min de siempre. Cuando desperté a la mañana siguiente, recordé cada palabra que había dicho entre las altas fiebres y los brazos de Hobi. Durante unos instantes lo había tratado mal, le había incluso gritado. Ho Seok solo trataba de cuidar de mi, y sin embargo yo lo había despreciado con mis gritos.
Desde esa mañana, había intentado sonreír como hacía el Chim Chim que todos conocían, trataba de enterrar de nuevo los sentimientos que me pedían a gritos salir de mi boca y ser liberados a todo aquel ser con vida que me rodeara.
Ante mi gente y nuestras Armys, había sido fuerte una vez más, por todos ellos, por ellas, por nosotros. Sabía que si dejaba salir todas aquellas emociones, mis reales pensamientos y sentimientos, todo aquello que estaba viviendo acabaría de un plumazo. Todo el mundo se decepcionaría rápidamente de mi, probablemente dejaran de hablarme y me repudiaran.
La homosexualidad está demasiado juzgada en nuestro país, suele ser un tema que grita en silencio ser confesado, pero que nadie habla de ello por miedo a la repercusión social y todo lo que ello conllevaba. En mi caso, perder mi forma de vida, mi gente, mis fans, mi familia... y sobretodo, dejar de verlo a él. Al ser que más amaba, al extraño pero perfecto hombre que hacía que mi corazón latiera sin descanso, dañándome a mi mismo.
Sentí el sabor salado en mis labios, la cabeza había comenzado a dolerme a rabiar, e incluso sentía que la nariz estaba completamente inservible por culpa de los lloros. Os preguntareis por que estaba así exactamente, realmente había vuelto a decaer.
Hacía unas horas que habíamos vuelto de nuestra gira, todo había salido mejor de lo que habíamos soñado. El tour de nuestro álbum Wings había sido perfecto. Las fans del mundo eran realmente increíbles. Nuestro nuevo álbum había alcanzado los mejores puestos y todo estaba saliendo a pedir de boca.
Mientras todo eso sucedía, yo había tratado de ocultar todo lo que realmente siento. Había salido tan bien mi mentira, que todo parecía ir viento en popa. Sin embargo sentía que cada vez que sonreía sin ganas, cada vez que jugaba con los demás o me acercaba a Hobi, una parte de mi se rompía en mil y un pedazos.
¿Como había llegado a mi habitación y me encontraba en esa situación? eso es una pregunta muy fácil de responder. Nada más entrar por la puerta de nuestro dormitorio, los chicos habían dejado las maletas en el salón y se habían dejado caer en los sofás. Las risas pronto habían invadido la casa. Mientras ellos no dejaban de gastarse bromas, reír y contarse anécdotas de todo lo vivido, no pude evitar alejarme de ellos.
