Cuando el miedo te invade y no puedes decir lo que realmente esconde tu corazón, sientes que nada de lo que te rodea lo mereces. Así es como me sentía yo cuando miraba a los ojos a mis compañeros y no era capaz de decirles lo que sentía en mi inte...
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No sé cuánto tiempo estuve sin responder, ni tan siquiera si habían pasado horas, días o semanas. La cabeza parecía que fuera a estallarme de tanto dolor. Aún podía sentir mi cuerpo temblar ligeramente. La oscuridad invadía la estancia donde me encontraba, incluso no podía escuchar nada ¿estaba despierto realmente? Sentí la necesidad de gritar, pero de mi garganta no salió ni un gemido.
Traté de alzar mi cuerpo en vano ¿que me estaba pasando? Era como si estuviera muerto, no había movimiento alguno ¿estaría bien? El pánico me invadió por completo al darme cuenta de que nadie podía ayudarme, no podía pedir auxilio, no podía levantarme y tampoco veía nada en absoluto.
La desesperación, el dolor, el cansancio... quería que todo aquello acabará ya. Cuando creí que moriría allí mismo y en solitario, sentí algo rozar mi rostro. Una voz muy lejana comenzó a hacer eco en mis oídos.
—¿Ji Min?—¿quien me estaba llamando al fin por mi nombre?—por favor, abre los ojos.
—¿Despertó?—otra voz resonó en mis oídos.
¿Que me estaba pasando? No podía verlos, quería gritar que estaba allí, pero mi cuerpo seguía sin responder. Apreté los párpados y conseguí abrir los ojos lo suficiente como para ver algo de luz y alguna sombra cercana.
—Creo que si—¿Ho Seok?—Es como si quisiera abrir los ojos, pero no puede hacerlo, se le cierran de nuevo.
—Al menos ya empieza a responder—¿Ese era Nam Joon?—Obsérvalo a ver, yo voy ha avisar al médico, ahora venimos.
—Ji Min—si, era Hobi el que estaba a mi lado ¿acaso estaba acariciando mi mejilla?—Minnie.
—Ah—la garganta me ardía y mi voz sonó ronca.
—Eso es campeón—conseguí abrir los ojos y clavar mi mirada contra la de Ho Seok—¿me ves bien?
Y ahí estaba de nuevo aquella maldita sonrisa. Realmente terminaría odiando su sonrisa si no fuera por el hecho de que lo amaba tanto, que cada vez que sonreía así, mi corazón comenzaba a latir desesperadamente.
—¿Qué ha pasado?—al fin encontré mi voz para preguntar.
—Has estado tres días sedado por orden del médico—Ho Seok acarició de nuevo mi mejilla y su tacto provocó que me estremeciera de pies a cabeza—Ahora ya debes estar bien, dijo que era el cansancio, debes cuidarte más Minnie.
—¿Ya ha despertado?—una voz de mujer me hizo pestañear fuerte y desenganchar mi mirada de la hermosa mirada de Hobi—Llevas tres días ignorándome Jung Ho Seok.
—Lo siento mucho, mi vida—hay estaban, los dos parados enfrente de mi y sonriéndose—debía ayudar a los chicos a cuidar de Ji Min.
Ella se acercó lentamente hasta nosotros y acarició la mejilla de Hobi, acto seguido, agachó el rostro y juntó sus labios con los de él. Quise desaparecer de allí, quise ser yo quien probara esos labios, ser yo el que sacara esa sonrisa y esas mejillas sonrojadas de Hobi. Cerré las manos fuertemente contra las mantas y giré el rostro para mirar la vacía y blanca pared ¿acaso era necesario esa demostración de amor delante de mi?
