Bostezo y me levanto de la cama. Camino lento, desperezandome hasta el baño.
Ayer fue una noche difícil, terminé exhausta y todavía seguía pensando en Marco. Carajo, se me cayó el cepillo de dientes al inodoro. Maldito Marco, las cosas que hago por pensar en él.
Me lavo la cara y bajo las escaleras en pijama.
-Mamá-exclamo alargando la "a". Mi madre asoma su cara por la puerta de la cocina con una sonrisa. Le sonrio de vuelta porque simplemente tengo ganas.-¡Necesito un nuevo cepillo de dientes!-digo haciendo puchero.
Maleah se acerca a la mesa del living con una bandeja; Tres vasos de jugo, mermelada y un plato con una pila gigantesca de waffles.
Me siento en la mesa y mi madre hace lo mismo. A los pocos minutos viene mi padre, Joanes, algo... ¿Exhausto?
-Ya estan los pasajes Leah-Dice sonriendole a mi madre y luego se percata de mi prescencia.
-¿Pasajes a donde?-pregunto frunciendo el ceño, mientras me preparo el waffle.
-Caly...cariño -Oh no. Cuando mi madre comenzaba asi no significaba nada bueno.-¿Recuerdas a tu abuela Josephine, no?-Asiento.
La abuela Josephine es de esas abuelas simpáticas que ves solo una o dos veces por año, pero cuando las ves tienes mas regalos que en navidad y terminas rodando por la puerta de la comida que te da. Esos son sus pros. La contra es que vive en Italia.
-Pues no esta pasando un buen momento... -Dice mi padre con cierto desden. No había ni tocado sus waffles, y eso que ama los waffles.
No me costó entender lo que me decían.
-¿Se irán a cuidarla?-pregunto curiosa. Los extrañaría, pero sé cocinar. Y tener la casa para mí no me molestaba.
-Solo serán seis meses.. Quizá mas. Hay que ayudarla a saldar deudas, a que todo este bien si se llega a ir... y sabes que tu padre es su único hijo...
-Pueden ir-me encojo de hombros-. Soy una persona capaz de subsistir... puedo conseguirme un trabajo o algo...
-Tu padre trabajará por computadora, así que podremos enviarte dinero.-Me dió una agenda-. Aquí hay dos tarjetas de crédito, con las claves. Papeles importantes de la casa, obra social, tu dni... Esas cosas.
Observo la agenda gigante y suspiro pesadamente. Esto comenzaba a ser algo denso asi que solo les sonrio. Cuidar a mi abuela era algo que les incumbía a los dos.
-Iremos a hacer las valijas -Dijo mi padre levantándose de la mesa y yo sigo comiendo distraída. Mi madre se queda a mi lado hasta que termino de desayunar y luego sube.
Voy a lavar los trastes del desayuno y me muerdo el labio. Mierda la casa sola. Es un sueño. Pero tampoco era tan facil dejar a mis padres...
Termino de lavar los platos y observo a mis padres bajar con las valijas. Sería duro.
A eso de las cuatro de la tarde,ya estaba bañada y cambiada. Tenía ganas de ir a la plaza,así que lo haría.
Apago la radio, cierro las puertas y cortinas y salgo de mi casa con una barrita de cereal y una pelota en ambas manos. No era de usar mucho el celular y tenía hambre.
Voy caminando hasta la plaza mas cercana y me siento contra un arbol. Observo todo fascinada, amaba los parques. Como los niños jugaban, sin que nada mas importase. Era increíble como en esa edad, no interesaba nada, solo divertirse y aprender, ser feliz.
Repentinamente, un niño se cae de la hamaca y comienza a lloriquear. Frunzo el ceño y me paro con la intención de ir a ayudarlo, pero su padre se acerca. Entrecierro los ojos. Oh mierda.
Era Marco y su... ¿Primo?¿Hijo? ¡Ese niño otra vez! Y ahora estaba hablando con una muchacha rubia, tendría unos años mas que nosotros. El niño, Aiden deja de lloriquear y comienza a correr por la plaza mientras Marco y la rubia discuten claramente enojados.
Miro la escena, curiosa como siempre.
-¡Buu!-exclama alguien y me sobresalto. Miro hacia atrás y veo a Aiden que se ríe.
-Heeey-Digo sonriéndole. No sabía que tenía Marco entre manos, pero este niño era simpático y quizá podría sacarle algo de información a él-¿Me recuerdas?-le digo amistosa.
-¡Eres la que ganó ayer!-exclama y da unos aplausos. Me rio y asiento, volteandome y cambiando el cuerpo de dirección hacia el.
-¡Exacto! Y dime, ¿Qué te trae por la plaza?
Aiden Bufa.
-Aca es donde me interc...
-¡AIDEN CARIÑO!-exclama alguien detrás nuestro. Pero porqué carajos siempre que voy a saber algo me interrumpen. Me volteo molesta y veo a la rubia y a Marco caminar hacia nosotros.
-¡Mamii!-exclama Aiden y va al encuentro de la rubia que me mira algo enojada. Marco me mira sin expresión alguna, oh que casualidad.
Me levanto del pasto y sonrio.
-¿Quién es ella Aid?-dice la rubia que me observa con curiosidad. No iba a negar que mi aspecto no era usual, las polleras largas de colores ya casi ni se usaban, pero yo las amaba.
-¡Es Athena!-exclama Aiden emocionado y le guiño un ojo.
-Athena debe ir a casa, pero dile a él-lo señalo con la cabeza a Marco-. Si algún día quieres venir a casa a jugar, mis primitos son simpáticos y siempre nos hacemos alguna historia interesante-Sonrio y tomo mi pelota.-Nos vemos luego...
Comienzo a caminar lejos de ellos, consciente de que no era de mi incumbencia lo que pasara allí. ¿Acaso Marco era el padre de ese niño? ¿cómo era posible? Aiden tenia entre cuatro y cinco años, Marco solo 17.
No me daban los cálculos. Camino tranquila y paso por un supermercado a comprar mi cepillo de dientes y diversos víveres para la casa.
Llego a mi casa y prendo la radio. No me gustaba estar sola en silencio. Preparo la cena y hago tareas, no quería atrasarme en la escuela.
Había sido un día terriblemente largo y confuso, por lo cual no tardo en caer dormida en el sillón.
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•Smoketers •
Teen FictionTantas mentiras y a mi me preocupa ir con mis amigas. Tantos crímenes y yo solo pienso en mi futuro. Tantas muertes y me preocupo por llegar a los 80. Soy egoista, y no voy a decir que me calma saber que todos lo somos. Nacemos y morimos solos. Ento...