Fuimos con Kaitlyn en busca de Felipe y Derek ya que ellos no estaban con Marco. Mientras caminabamos con Kait ibamos charlando y a la vez pensaba en qué podríamos hacer esta noche con Derek, me gustaría que pasaramos un tiempo a solas... que ingenua fui al pensar que él querria lo mismo. Los encontramos en un bar que estaba en la playa, Felipe tenía una chica sentada sobre sus piernas y Derek... estaba coqueteando y riendo con otra mientras esta estaba sentada a su lado pero tenía sus piernas sobre él y tocaba sus tatuajes provocativamente.
-Bueno en un rato venimos-dijo Derek con una sonrisa triunfante en sus labios mientras caminaba fuera del bar, agarrando de la mano a la rubia que parecia una barbie, literalmente, es más plástico que carne esa chica. Dios que estúpida me sentía, quería gritarle, insultarlo, mandarlo a la mierda pero no... no podía, y ¿Por qué?, porque no somos nada. A pesar de hablar constantemente por mensajes, de juntarnos en mi casa a escondidas, estar juntos en las fiestas y tener "citas", no eramos nada y él podía hacer lo que se le antojara.
-Hey toma -Felipe le arrojó una caja de condones mientras reia sonoramente.
-Gracias -dijo él guiñaole un ojo-, los necesitaré -se fue del lugar mientras reia con su cita.
-Kait -murmuré -Me voy a caminar un rato... -suspiré pesadamente-A la noche vuelvo -ella asintió y me fui caminando en la dirección contraria a la que los otros dos se habían ido.
Que horrible me sentía, fui tan ilusa, ingenua, inocente al pensar que Derek sentía lo mismo que yo por él. Fui tan estúpida al pensar que él se fijaria en mi con todas las chicas que se le acercan, más flacas, más bonitas, mejores que yo. Prendí un cigarro mientras sentía las lágrimas caer por mis mejillas, ser sensible era mi especialidad y lo que acaba de suceder me tendría llorando por días probablemente, maldita marica.
¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué tuve que conocerlo? ¿Por qué tuve que ilusionarme tanto? Ay que mal me sentía por Dios, pensé que mudarme desde Nueva York hasta San Francisco sería para mejor, pero al parecer no. A penas tengo amigos y en el único chico que me fije, es un fuckboy por naturaleza, increíble la suerte que tienes Venus Greeny. Al menos tengo rollerderby y puedo disfrutar de eso (a pesar de que lo haga en forma clandestina).
Después de un rato largo, al rededor de una hora llegué a la cabaña y estaba a punto de entrar pero... no lo hice, ¿Por qué? Porque los gemidos se escuchaban, que asco, justo lo que me faltaba, escucharlos coger. Corrí un poco el mini sofa que había afuera y me acomode en este quedándome dormida mientras lloraba.
-Ven, Venus -escuché la voz de Calypso mientras me movían suavemente.
-Caly -murmuré en un tono adormilado mientras fregaba mis ojos.
-Ya vamos a dormir, entra -asentí entrando con ella, vi a Marco subiendo las escaleras y a Derek entrando al baño, al quedarme sola me cambié poniendome mi pijama rápido, asegurandome de que absolutamente nadie me viera.
Me acosté en la gran cama de dos plazas la cual estaba expuesta a un ventanal con vista a la playa, era hermoso poder apreciar la noche desde la comodidad de mi cama. La cabaña estaba un poco fría así que aproveché y me arropé con una manta además de la blanca sábana. A mis costados llené el colchón de almohadas, si Derek pensaba que dormiria con él estaba muy equivocado, que duerma en el sillón y sino le gusta, que se vaya con su rubia de plástico.
Abracé una almohada mientras miraba las estrellas y largué un suspiro... adivinen quién empezó a llorar nuevamente, sí, yo. Me sentía mal conmigo misma, me veía fea, gorda, estúpida e ilusa. Una chica cualquiera que él uso como diversión, y logró enamorarme, que probablemente era su propósito.
-Uh Dios ¿Quién carajo esta llorando? -escuché la voz de Calypso seguido del crujido que sonaba al pisar los escalones de las escaleras -Ay Ven -dijo al verme llorar y se acercó a mi inmediatamente sentándose entré algunos de los tantos almohadones que tenía en la cama-Perdón... no quise lastimarte ni nada, pensé que alguien estaba llorando afuera -me abrazó dandome apoyo-¿Qué te paso?
-Esta bien Caly, no te preocupes, siento haber llorado tan fuerte y molestarlos, ustedes no se lo merecen
-reí levemente mientras fregaba mis ojos-Derek -bufé -Eso me pasó.-¿Se pelearon? ¿Te dijo algo feo? ¿Se tiro un pedo en la cama?
Reí al escuchar lo último que dijo.
-No nos peleamos, él simplemente se cogió a otra, y lo hizo hace menos de dos horas, acá.
-¿Acá? ¿En la cabaña?
-Ajam -dije asintiendo-Fuimos con Kait a buscarlo a él y Felipe, los encontramos a ambos con dos barbies plásticas -suspiré -Y bueno, simplemente me di cuenta lo que probablemente todos sabían, que fui un pasatiempo, y la ilusa de mi creyó que algo sucedía entre nosotros, pero no, no lo hay -me percaté de la presencia de Marco en las escaleras, parecía el guardaespaldas de Calypso, se notaba que él la quería como ella a él, que lindos que se ven juntos.
Calypso me escucha atenta mientras asentia a lo que yo decía -Que mierda Ven, en serio que lo es -suspira-Ese idiota no te merece, para nada -se da la vuelta y ríe levemente al verlo -Estoy bien Marco, ahora voy.
Él asiente y me mira-Siento lo que te pasó Venus, ya encontraras a alguien.
-Gracias-le sonreí ampliamente y vi como volvía al cuarto de arriba que compartia con mi amiga, Marco hablaba poco y nada pero cuando lo hacía tenía razón.
Se abrió la puerta del baño y Derek salió con un boxer azul marino puesto, Caly fue a la heladera por algo de beber supongo y justo cuando él pasó por su lado, se cayó, ay Calypso, gracias por haberle puesto la traba, el idiota no se había dado ni cuenta.
-Buenas noches -dijo ella, me guiñó un ojo y vi como subió las escaleras con una botella de agua en su mano.
Se ve que Derek entendió que no lo quería en la cama porque se acostó en el sofa directamente, bien por su parte, no lo quería tener cerca.
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•Smoketers •
Novela JuvenilTantas mentiras y a mi me preocupa ir con mis amigas. Tantos crímenes y yo solo pienso en mi futuro. Tantas muertes y me preocupo por llegar a los 80. Soy egoista, y no voy a decir que me calma saber que todos lo somos. Nacemos y morimos solos. Ento...