Capítulo 5

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2016

Regina y Tom caminaron un par de cuadras sin dirigirse la palabra, ambos estaban nerviosos, quizá hasta temerosos, era la primera vez que se veían en persona y, aunque ya se conocían desde hacía 10 años, no sabían cómo comenzar una conversación, sin embargo fue Regina la primera en romper el silencio

— Tom, tengo una mala noticia que darte— Tom de inmediato se alarmó, esos minutos juntos habían sido tan fatales que seguramente su amiga ya tenía una excusa para zafarse de él

— Dime—

— Voy a cenar con David hoy— dijo ella entrando a una cafetería, sin preguntarle a Tom si el lugar le parecía correcto

Tom lo supo, Regina no quería pasar ese tiempo con él, quizá si no hubiera guardado silencio tanto tiempo ella no se hubiera aburrido así de rápido — ¿Por qué vas a cenar con él? Pensé que lo odiabas— preguntó Tom, además la excusa de cenar con David le parecía absurda, ella no lo quería, o eso era lo que le había dicho los últimos seis años

— Me cae mal..., pero hoy en la mañana no tuve la oportunidad de contarte: mi presentador renunció y necesito a alguien urgente para que conduzca las noticias en la mañana— dijo Regina sentándose en la mesa más alejada de aquella cafetería

— ¡Vaya! ¿Tu primera opción fue David?— preguntó Tom tratando de alejar el pensamiento de que aquella era una absurda excusa para irse

— Así es. Tú y yo sabemos que él es muy bueno en esto, el hombre jala gente, me conviene tenerlo— dijo Regina y tuvo que interrumpirse para darle su orden a una de las mesaras que veía impresionada a Tom, por un momento Regina olvido que la persona sentada frente a ella era un famoso actor. –Deslumbraste a la chica— dijo Regina cuando la mesera se fue

— No lo noté— Tom rió, claro que lo había notado, ese tiempo de reacciones las veía en todos lados a donde iba. –Y bien, ¿a qué hora te tengo que dejar ir?— preguntó Tom ya resignado

— ¡Nada de eso! ¿Quieres ir conmigo?— preguntó Regina jugueteando con un pequeño tarro de azúcar

— ¡¿Quieres que te acompañe?!— preguntó Tom impresionado, no quería tener que ver a David, Regina asintió — ¡Regina! Sabes que no soporto a ese... amigo tuyo— Tom tuvo que hacer una pausa antes de decir una mala palabra

— ¡Ya lo sé! Pero no puedes dejarme sola con él, ¡por favor!— le pidió Regina al tiempo que llegó el pedido de ambos

— ¿Qué ganó yo?— preguntó Tom recargándose en la silla, ahora que sabía que no era un pretexto se sentía más relajado

— Mi amistad, ¿qué más quieres?— respondió Regina, quien también ya se había relajado, había sido una excelente idea comenzar la plática como normalmente lo harían si estuvieran charlando por WhatsaApp

— Creí que esa ya la tenía— Tom alzó la ceja izquierda casi indignado, Regina comenzó a reír

— Está bien, yo pago la cena...—

— Y el café— agregó Tom

— ¡Está bien! Pero tú pagas los tragos en el bar—

— ¿Cuál bar?— preguntó Tom

— Tom, te dije que iríamos a un bar—

— ¡Hecho!— Tom estiró la mano derecha para estrecharla con la de Regina, ella la aceptó de inmediato, era la primera vez que sus manos se entrelazaban, y tenían que aceptarlo, ambos sintieron una extraña sensación en las manos, casi como electricidad

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