Capítulo 30

615 63 42
                                    

2016

Tom se ofreció a llevar a Regina a su trabajo, pues como de costumbre se habían quedado toda la noche y parte de la madrugada platicando de un montón de cosas mientras pasaban el rato en algún lugar, esa noche en especial la habían pasado sentados en una banca de uno de los parques cercanos al lugar de trabajo de Regina. Cuando dieron las 3 de la madrugada ya se encontraban en las puertas del enorme edificio que resguardaba los foros de grabación del noticiero de Regina

— ¿Te quedas?— preguntó ella apretando el botón del elevador

— No, peque. Hoy sí tengo muchísimo sueño— dijo apenado Tom

— Te entiendo, ¿quieres ir a comer al rato?— se subieron al elevador

— Me parece perfecto, vengo por ti digamos a eso de las 2—

— Claro—

Bajaron del elevador y se toparon con la asistente de Regina

— Oye... ¡Ah, hola Tom!— saludo la chica antes de hablar con su jefa, Tom se acercó para besar la mejilla de aquella chica

— ¿Qué pasó?— preguntó Regina al ver la cara de preocupación de su amiga

— ¡Ah! No tengo idea qué le pasó a David, pero trae un enorme parche en la nariz, parece que se peleó con alguien— dijo ella

Regina volteó a ver a Tom, ambos sabían que aquella lesión se debía al golpazo que le había dado Derek. –Voy a verlo— dijo Regina pensando que Tom se iría

— ¡Hey! Yo también quiero ver cómo quedó— le susurró Tom

— Bueno, pero finge que no sabes nada—

Los dos siguieron a la asistente de Regina hasta el camerino de David, cuya puerta siempre estaba abierta, sin pedir permiso los tres entraron. David estaba leyendo la escaleta de esa mañana y cuando los vio entrar dejó las hojas a un lado, su nariz tenía un gran parche y alrededor de éste se veía moreteada, incluso el moretón casi llegaba a su ojo

— ¡¿Qué te pasó?!— preguntó Regina auténticamente impresionada

— Un accidente— respondió él

— ¿Con el puño de quién?— intervino Tom y Regina de inmediato lo volteó a ver con los ojos bien abiertos, pero David sólo se rió

— Con un ebrio en un bar. Nada serio—

— ¿Nada serio?— preguntó alterada Regina –Pero si te dejaron todo morado— sonaba preocupada, pero David y Tom sólo atinarona reírse, Regina los vio alternadamente

— Pudo quedar peor— dijo Tom tratando de aguantar la carcajada pues consideraba que Regina estaba exagerando

— Muy cierto— estuvo de acuerdo el presentador. –Pero no te preocupes, Regina, no pienso salir con esto al aire— se señaló la bandita de la nariz

— ¡Ah no! Debes tenerlo puesto si no quieres que tu nariz se ponga peor—

— No importa, además sólo serán tres horas— dijo él apunto de quitarse la bandita

Regina se apresuró a detener aquella acción— ¡Qué no te lo quites! Por algo te la puso el doctor—

David volteó a ver a Tom como si éste lo fuera apoyar, — No me veas así, estoy de acuerdo con Regina, debes tenerlo puesto—

— Bueno, ¿y con quién fue la pelea?— preguntó Regina cruzada de brazos aunque ya sabía la respuesta

— Ya te dije, con un borracho, no le pregunté su nombre, sólo sé que el tipo estaba buscando con quién desquitarse y bueno... me tocó a mí— David tomó las hojas de la escaleta para seguir leyendo

Everything in its Right PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora