HanSol quería a sus gatitos, a pesar de que estos fueran demasiado traviesos y en ocasiones lo metieran en un aprieto.
TaeYong despertó con un extraño sonido proveniente de la cocina. Decidió ignorarlo, así que cerrando los ojos nuevamente, se acurrucó sobre el colchón y se dispuso a dormir. Sin embargo, otro ruido se escuchó, y TaeYong bufó molesto. La ausencia del calor de un cuerpo junto al suyo, le hizo saber que Yuta estaba rebuscando comida en la cocina.
—¡¿Quieres estarte quieto de una maldita vez Yuta?! ¡Me has despertado! —gritó enfadado, percibiendo de inmediato una risita.
Suspirando, TaeYong se levantó y, arrastrando los pies con desgana, se dirigió a la cocina, donde se encontró a Yuta sobre la encimera revolviendo las despensas. Encima de la mesa, se hallaban dos cuencos vacíos de lo que supuso que había sido el desayuno que su dueño les había preparado.
Espera, ¿ambos estaban vacíos?
—¡¡Maldito demonio!! ¡¿Te has comido mi desayuno?! ¡Te voy a matar Yuta! —exclamó furioso. Su compañero parecía tener como estómago un saco, literalmente, sin fondo.
Yuta enseguida dejó de rebuscar entre los sobres de ramen y comida preparada y se giró lentamente para encarar a TaeYong. Sus orejitas marrones se bajaron confundiéndose con su cabello castaño, su cola comenzó a moverse de un lado a otro y sus preciosos y grandes ojos lo miraron con inocencia.
—Es que tenía mucha hambre, hyung —murmuró en un tono mimoso.
—Me da igual. Ahora por tu culpa me quedaré sin desayunar.
—Pero sabes cocinar arroz, hyung —Yuta se bajó de la encimera y caminó hacia él de puntillas lentamente. Al llegar, se abrazó a su cuello colgándose como un koala y sonrió deslumbrantemente—. ¡Hazlo hyung! Así tomas un buen desayuno y de paso sacio mi hambre.
—No voy a preparar arroz. HanSol no nos deja utilizar la cocina cuando no está. La última vez casi prendemos fuego a la casa —inconscientemente, sus manos buscaron la cintura del contrario para agarrarla y acariciarla.
—Pero si luego lavamos la cacerola y los tazones.... No se enterará. Y aún quedan dos horas para que regrese de trabajar —dijo riendo traviesamente—. Vamos, hyung, tengo mucha hambre.... Si quieres a cambio te doy un besito.
TaeYong se ruborizó con fuerza y bajó la mirada al mismo tiempo que sus orejas negras se agachaban. Odiaba a Yuta. Lo odiaba con toda su alma, con toda su parte humana y su parte animal. Lo odiaba tanto. Lo odiaba porque el pequeño híbrido de gato japonés sabía cómo manipularlo, y a pesar de que TaeYong conocía todas sus técnicas, le era prácticamente imposible resistirse. Siempre caía ante él, ante sus encantos, ante su falsa inocencia y su lujuria.
La cola de Yuta se enredó repentinamente con la suya, interrumpiendo sus pensamientos y, entonces, sus labios se vieron atacados por los contrarios en un beso lento pero al mismo tiempo intenso.
—No quiero que HanSol vuelva a enfadarse. La otra vez nos castigó sin nuestros ratones de juguete.
—¿Para qué quiero un ratón cuando puedo jugar contigo? —la sonrisa, en un principio inocente y tierna de Yuta, se convirtió en una pícara y sensual.
¿Ya había mencionado que lo odiaba?
—Vale, lo haré. Sólo si prometes que me ayudarás a lavarlo todo.
—¡Por supuesto hyung! —emocionado, Yuta corrió de vuelta a la despensa para sacar el arroz, no sin antes haberlo besado otra vez.
TaeYong rodó los ojos y se acercó a la cocinilla, depositó sobre el fuego una cacerola y agregó una taza de arroz, dos de agua y una pizca de sal. Una vez el agua hirvió y se secó, bajó la intensidad del fuego y posteriormente colocó una tapa encima. Yuta estaba a su lado, mirando todo lo que hacía con expresión de concentración.
—¿Y ahora? —preguntó.
—Ahora hay que esperar al menos veinte minutos. No seas impaciente.
—Pero tengo mucha hambre hyung —respondió haciendo un adorable pucherito que pronto se transformó en una mueca divertida—. ¡Ya sé qué comer mientras!
—¿El qué? —TaeYong alzó una ceja, confuso.
—Pues a ti, hyung —Yuta lo miró con lascivia y sonrió con maldad antes de tirarse sobre él y, literalmente, devorarlo.
***
Había sido un día bastante duro para HanSol. Mucho trabajo se había acumulado sobre su mesa durante toda su mañana y, además, su compañero TaeIl había faltado por enfermedad. Estaba deseando desesperadamente llegar a casa, mimar a sus traviesos gatitos y ver una película mientras almorzaba comida basura.
Sin embargo, al entrar por la puerta principal, inmediatamente supo que sus planes no podrían llevarse a cabo tan placenteramente. Alertado, tras detectar el olor a quemado inundando el interior de la casa, corrió a la cocina. Se acercó a la cocinilla y apagó el fuego, que se hallaba encendido, y cuando destapó la cacerola que se hallaba sobre él, se encontró con el arroz totalmente quemado.
Gruñó enfadado y, con expresión disgustada, fue al dormitorio de sus híbridos. Sobre el colchón, estaban Yuta y TaeYong completamente dormidos, desnudos, acurrucados el uno contra el otro con sus largas colas de gato enredadas y una sonrisa pacífica dibujada en sus rostros.
¿Por qué tenían que ser tan tiernos? Así HanSol no podía educarlos correctamente, sobre todo a Yuta, que era el más travieso de los dos.
Suspirando, depositó un dulce beso en sus cabecitas, los arropó con las mantas y salió de la habitación, preparándose mentalmente para arreglar el desastre que sus gatitos provocaron.
A pesar de que siempre estuvieran destrozando todo y haciendo diabluras, no podía evitar mimarlos y quererlos con locura.
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TASTE THE FEELING [NCT]
FanfictionConjunto de pequeñas historias; diferentes parejas, diferentes tramas.... Diferentes mundos por descubrir, recorrer y disfrutar. PAREJAS: YuTae, YuSol, RenLe, JohnTen, JohnMark, YuJae, NoRen, TaeHyuck, KunWin, ChenSung, JaeNo, JohnJae y 2Tae.