TASTE THE FEELING [NCT]

Photograph » JohnMark

-fluffyten

Tres segundos fueron suficientes para darse cuenta que se había enamorado. Sin embargo, tres segundos no fueron suficientes para olvidarse de él.

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-¡Mark, mocoso hijo de la...!

Salgo corriendo entre carcajadas del campus de la universidad, observando el ajetreado rostro del japonés salvaje de mi mejor amigo. En sus ojos se reflejaba la maldad; odiaba que le sacara fotos repentinamente con mi súper cámara, pero no le tomo importancia ya que soy cool y tengo mucho estilo. Y además, necesitaba fotos para el taller de fotografía, o el profesor me iba a tirar de un edificio. Y mi madre también.

-¿Por qué no le sacas fotos al director? Él sí es una obra de arte. -Alega Yuta, acercándose con los brazos cruzados. Hago una mueca de fastidio. Ese viejo era lo más desagradable que había conocido nunca.

-Lo único que tiene es su calva, que ni siquiera merece una foto. Sus kilos de más lo hacen ver como un luchador de sumo. Cuenta la leyenda de que si se sienta sobre ti desapareces sin dejar rastro.

-Entonces sácale fotos al paisaje. Sé que tienes que sacarle foto a lo más bonito que veas, pero también existen las flores. No solo yo.

Ruedo los ojos y reviso mi cámara. No llevaba ni una foto, solo el horrible rostro de mi mejor amigo comiendo ramen. Y suspiro, porque no encuentro nada digno de admirar. Todos los días el profesor me dice que necesito la foto de la persona más atractiva que vea, y el objeto más curioso que encuentre. En la escuela no hay nada. Solo adolescentes con vestimenta rara y yo. Un tonto de remate que ama sacar fotos. ¿Qué iba a hacer?

Analizo el sector, sintiendo la mirada de Yuta sobre mi cara. E intento sacarle una foto a una de las flores, pero pienso que no es lo más bonito del lugar. Necesito tiempo. Y un paquete de galletas.

-¿Y si le sacas una foto a la belleza de una persona? Elige una y le sacas, el profesor no te va a expulsar del taller si lo haces. -Sugiere Yuta y yo me golpeo la frente con la palma de mi mano.

-Obvio que no, inútil. Si me pidió que le sacara a una persona y a un objeto. Si no lo hago me sacará porque según él «mi talento no se encontraba en la fotografía». Que me fotografíe el trasero. Le llevaré la foto más hermosa, ya verás, Nakamoto.

Yuta rueda los ojos y se sienta en el césped, esperando. Y me muerdo el labio, escudriñando las facciones de los rostros más peculiares. Sonrío.

Había encontrado a un grupo de amigos, donde la mayoría parecían idols. Era mi momento de brillar.

Me acerco silencioso con mis pies en cuclillas, sosteniendo mi cámara con nerviosismo. Intento pasar desapercibido, pero un chico con cara de idiota se percata de mi presencia y me apunta con su dedo índice. Trago saliva inquieto. ¡Rayos y centellas!

-¡Miren, un acosador! ¿Será de alguna revista famosa? -exclama el cara de idiota y yo alzo mi ceja derecha.

-N-no soy de una revista famosa...

-¿Entonces quién eres tú?

-Si no les molesta, necesito alguna foto de uno de ustedes. Es para mi taller de fotografía.

-¡Me ofrezco, me ofrezco! -salta el idiota con emoción, siendo callado por un pelinegro con expresión seria. Aterrador. Él no, y tampoco el cara de idiota. Descartados totalmente.

-Cállate, Haechan. Espera a que elija a uno de nosotros.

-Pero Taeyong...

Me limito a observar a los demás y abro los ojos atónito.

Un chico castaño bastante alto me contempla con un suave brillo en los ojos. Su rostro era pálido y sus facciones eran hermosas; su sonrisa me abruma de una manera auténtica, dándome cuenta que él es el indicado. Y no sólo para la foto, sino también para miles de fotos más.

-Tú... -murmuro embobado, recibiendo una dulce sonrisa de parte de él. Y sin decir ni una palabra se posa al frente de mi rostro, acallando a todo su grupo de amigos.

Sonrío, poniendo mi cámara frente a mis ojos, lista para sacar la foto. Él sonríe mostrando su resplandeciente dentadura y me saca un ligero suspiro. Click.

La fotografía luego de unos segundos se cola entre mis dedos y me lamo los labios satisfecho. Él me observa y se acerca unos centímetros a mi cuerpo, arrebatándome con suavidad la cámara y causándome un gran desconcierto.

Y escucho un click. Pestañeo incrédulo.

-¿Qué...?

Se aproxima a mi oído y susurra lentamente.

-Las obras de arte no siempre tienen que ser las más hermosas, sino que deben provocarte algo inigualable.

Le sonrío sincero y lo tomo de la mano antes de tomar distancia.

-Soy Mark. Gracias por aceptar la foto.

-Yo soy Johnny. Y gracias por elegirme, porque me tomaría miles de fotos si tú eres el fotógrafo.

Me sonrojo abruptamente y me alejo de él, trotando hacia Yuta en menos de una fracción de segundo. Él me mira curioso.

-¿Lo encontraste?

-Lo encontré. Encontré a la persona más hermosa del mundo.