Overcome » 2Tae

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Kaixsoox

Abrí la puerta de mi apartamento viejo, el que hace como siete meses que no piso. Todo estaba tal y como lo dejé pero con un par de capas más de polvo encima.

Las puertas hacían el mismo el ruido y los fantasmas seguían andando por ahí disfrazados de recuerdos. 

Cada paso que daba para dentro del pequeño apartamento, era estar cada vez más cerca de la locura que me estaba curando.

Las intocables fotos del día que nos conocimos y cientos de muebles de color blanco, se notaba que quien la había decorado era yo mismo.

"Quiero sentirme como en el cielo contigo, Taeil, ¿serías capaz de hacerlo?"

Y lo hice.

Escuché su risa, oliendo su suave y perfecta piel en una imaginaria estatua que descansaba encima de nuestra cama. Mordí rasgando un poco de su piel sin llegar a hacerle daño y cuando mi cabeza se hundió en su cuello y mis brazos apretaron su cintura para profundizar ese contacto, desapareció.

Sentí la misma agonía apoderarse de mi cuerpo, torturándolo centrando cada pinchazo en mi ya quemado corazón.

Todos los ángeles que una vez decidieron bajar a ayudarme a no morir de depresión, se rindieron y me dejaron caer de nuevo en el mismo hoyo, empezando por soltarme a salir para andar a mis riendas sueltas y llegando hasta donde empezó toda la guerra. Nuestra casa.

Mientras estaba acostado esperando por mi fin, entre las mismas sábanas donde escuchaba sus gemidos y gritos de placer, escuché también la puerta abrirse.

Era él.

Me miró horrorizado, soltando cada uno de los diamantes que había robado.

Me acerqué pero él ni se inmutó.
Recogí a sus pies cada diamante y los observé. Uno de ellos reflejaba mi sonrisa, el otro mi corazón y finalmente, mi alma.

Le pregunté por qué me hacía eso, tampoco logré que me contestara.

Quise besarlo, abrazarlo, pero siempre que lo intentaba, él me empujaba.

De nuevo, me tumbé en nuestra cama y él hizo lo mismo, pero lo más lejos posible de mi cuerpo.

Me conformé con mirar su espalda y llorar llenando esos centímetros de lejanía.

Llegó la hora y él se levantó para poder irse una noche más a robar.

Esperé por el cada minuto con ansias, pero algo dentro de mi se estaba vaciando. Con dolor. Eran mis sentimientos. No tenía y la sequía de estos solo los hacía más dolorosos.

Aguanté por él un poco más, me miré en el espejo y realmente, parecía un muerto en vida. Mis ojeras estaban moradas, mis labios totalmente secos y mi piel cada vez más pálida. Me estaba muriendo lentamente.

🌙

Desperté de nuevo llorando y con falta de aire. De nuevo había soñado con Moon Taeil. Que volvía a él, que lo buscaba y que no le encontraba. Solo que hoy era diferente. No estaba en lo que yo llamaba manicomio y la gente llamaba centro de salud mental.

Me levanté a por algo de café y de nuevo, me puse a pensar mientras el cigarrilo se deshacía en mis labios.

Que maten a tu novio delante de tus ojos, por supuesto que te despertará todos los días de tu vida horrorizado. Quien se suponía que solo era un amor de adolescentes que tarde o temprano iba a acabar, acabó. Pero acabó siendo la espina que me desgarra todos los días el corazón desde hace cinco años.

No era como si mi vida fuese la más perfecta en ese entonces, me crié en una casa con unos padres no biológicos y separados. Fui a una escuela de danza, normal. Ni la mejor ni la peor. Estudié letras, porque después de haberme tomado dos años sabáticos por depresión leyendo libros y escribiendo historias penosas, esa era la opción más fácil.

Llevaba una semana fuera del loquero, después de dos meses encerrado.

Estaba completamente solo desde el incidente, justo después del entierro me mudé de ciudad. No fui más al instituto ni a la academia de danza.



Semanas después decidí volver a apuntarme a la misma academia, para... ¿recontruir mi vida? Fue un gran avance. Ahí me acosté con el primer chico después de 5 años. Siempre tuve una obsesión con los japoneses y ahí estaba yo. Corriendome a los minutos de tener mi membro en la boca de Nakamoto.

No le conté mi vida, no sabía por qué era yo un chico tan apagado y callado. Él era todo alegría y ganas de vivir. Por lo que nuestra "relación" acabó no funcionando. Pero nos hicimos buenos amigos.

Él encontró el amor en Ji Hansol. Quien resultó ser el mejor amigo de Doyoung. Mi amigo de la infancia.



—Yo también estaba enamorado de él—Soltó Doyoung de repente.

Quedamos para tomar algo. Parecía muy interesado en hablar conmigo. Llevábamos media hora hablando solo de Taeil. Se me hacía ya normal, su ausencia va a ser eterna, así que no tengo problema.

—¿De Taeil?—Fruncí el ceño algo confuso.

Asintió orgulloso. Lo miré sin saber qué expresión poner. Sonreí un poco mirando mi café helado.

—Nunca dijiste nada—Le miré ahora a él.

—Estaba contigo. Mi mejor amigo, ¿cómo iba a decirli así como si nada?

—No lo sé.




Después de aquel extraño encuentro lleno de confesiones, acabó confesándose a mi cuerpo, en mi cama.

Y así pasaron los meses, parecía vivir más conmigo que en su propio apartamento. Después de ese tiempo, supuse que lo que estaba sintiendo por él no debía quedarse solo en tener relaciones sexuales.

Me gustaba para algo más. Y aunque fuese mi ex mejor amigo de la infancia y me confesara haber estado enamorado de Taeil, eso a mi no me importaba ya.

Le pedí ser mi novio. Ahora que mi corazón no estaba hecho mierda y no estaba depresivo (gracias a él).

—Uhm... te contestaré en la cama, ven—Sonrió con picardía.

Supuse que la respuesta era obvia cuando me susurró más de tres veces un "te amo" antes de acabar dentro de él.

Mi cara se quedó en blanco cuando escuché lo que me dijo después, abrazados en mi cama.

—Yo no te amo, Taeyong.

—Pero... Es lo que acabas de decir.. ¿no?—Parecía un niño pequeño después de haber perdido un juguete.

—Esos "te amo" no son míos—Hizo una pausa después de notar que soltaba su cintura y me sentaba dándole la espalda—Son de Taeil.

—¿Eres gilipollas o te crees que yo lo soy?—No sabía qué era lo que me quería decir. Yo mismo estaba rabioso y ni quería escuchar una tontería más hasta que...

—Taeyong. Taeil está vivo.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2017 ⏰

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