Ella miraba
fuera de su jaula
y veía a los pájaros
estrenar sus alas,
mientras ella apenas podía
abrirlas al completo.
Sus alas blancas
se tornaron en negras,
cansada ya de esa miseria
abrió sus nuevas alas
y emprendió el vuelo.
Ya era libre,
y su sombra es recordada
allí por donde pasa,
ya que deja un rastro de miseria
similar al que sus alas sintieron
en su largo encierro.