Capítulo. 3 (Error Nº 3)

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Pov. Stiles.

Luego de ir de un lado al otro de compras con mi molesta y mejor amiga. Lydia decidió acompañarme a buscar mis cosas, sólo imploraba porque él no estuviera esperándome en casa. Si era así prefería que se comportará; no quería volver a escucharlo gritar y decir tonterías como la noche anterior.

—Ya deja de suspirar tanto, me pones nerviosa. -grita exasperada la pelirroja, sacándome de mis pensamientos.

—Solo, no quiero verlo. -suspiro, recargando mi cara sobre mi mano, observado el urbano paisaje del exterior.

Siento como ella asiente y antes de darme cuenta estamos en el estacionamiento. Respire profundo, la ansiedad me estaba dando dolor de estómago, eso no era bueno. Coloque la pequeña pulsera en mi muñeca, necesitaba ser fuerte y no dejar que mis sentimientos me vieran la cara.

—¿Vamos? -me pregunta mi fiel amiga. Yo sólo niego, no vi su auto cerca así que solo decidí ir por mi cuenta.

—Espera aquí, ahora vuelvo. -salgo del auto y tomo las llaves, me freno un momento antes de entrar y a pesar de mis dudas ingresó al edificio. Subo hasta el piso correspondiente y vuelvo al lugar que tiempo atrás me pareció el mejor de los lugares, junto a quien me cambiaría la vida eternamente. Y aunque esto último parecía cumplirse, lo primero no estaba más allá de un delirante sueño.

Confirmando mis dudas el departamento esta vacío, además de que todo sigue desordenado como la noche anterior. Almohadones, ropa, vidrios, algunos muebles, esparcidos en pedazos por todo los pasillos. Camino sin prestar atención a aquel desorden solo quería buscar mis cosas y largarme lo más rápido posible de allí. Estaba claro que esto no podía seguir así. No pensaba quedarme a esperar que algo estúpido y que podía llegar a evitar pase.

Theo no era el mismo de antes, me bajo el cielo y las estrellas, pero de un día para otro decidió volver a quien una vez dejó atrás. Un ser despreciable, sanguinario y dañado por el poder. Un tiempo atrás supe que no había dejado del todo aquello de los doctores del mal, lo había intentado arreglar pero no resulto para nada bien. Ninguno de los chicos saben nada de esto. No quería molestar con algo que tal vez podía llegar a solucionar. Aunque todo fue mal, muy mal. Además, había algo peor que quería olvidar.

─Por fin. -entró en la recamara, recojo rápidamente mis ropas y ya por fin cuando estoy por salir un fuerte ruido me deja sin habla. ─Lydia... -digo para mis adentro, era un grito de Lydia.

Corro con mis cosas hasta el estacionamiento y cuando no veo a Lydia por ningún lado un escalofrío recorre todo mi ser. Busco y rebusco pero no logro dar con ella. Malas sensaciones me consumen, siento como el aire se contrae en mi interior. ¿Por qué había gritado? No quería pensar en nada malo, pero todo estaba yendo tan mal que podía cualquier cosa pasar.

Rebusco entre mis cosa el móvil, al tenerlo marco el numero de Lydia, los primeros tonos nada, hasta el quinto del cual comienzo a escuchar cerca aquella melodía. Corro hasta el otro extremo del edificio, encontrándome con mi amiga arrodillada en el suelo mirando hacia la nada misma. Nadie estaba allí, solo ella temblando y tratando de decir algo que no salía de su cuerdas vocales. 

—Están en peligro... -murmura, pero no logro saber a quienes o quien se refiere. Antes que pueda pronunciar algo ella cae inconsciente entre mis brazos.

—¡Lydia!

Como puedo la cargo y llevo hasta su auto. Como había traído mis cosas conmigo, me dirijo de inmediato hasta el hospital más cercano. Esto no me agradaba. ¿Quienes estarían en peligro? ¿Qué fue lo que escucho Lydia para que le ocurriera esto? Entre mis delirios y vueltas de ideas como preguntas llegamos al hospital. De inmediato la llevan a una sala. No tardan más de 30 minutos en decirme que solo se había desmayado y que debía descansar un poco antes de poder volver a casa.

"Mi Gran Error". (Sterek/Stheo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora