"Mi Gran Error". (Sterek/Stheo)

Capítulo. 7 (Error Nº 7)

Pov. Stiles.

Nuevamente había despertado en aquella recamara solo y sin ánimos de nada, sentía demasiado sueño y pereza para mover algún músculo de mi cuerpo. Theo había estado aplicándome unos medicamentos no tenía ni noción de que o para que eran. Pero comenzó desde el otro día cuando me dio ese ataque de pánico. Fue tan fuerte que pensé que sería el final de todo, creo que hubiera sido lo mejor. Hace días que no tengo noticias de nadie. ¿Cómo se había vuelto todo así? ¿Tanto había ganado la distancia? Seguramente era el único que estaba siendo castigado de esta manera y los demás simplemente estaban viviendo libremente como siempre quisieron. Estoy seguro que hasta el está mejor que yo. ¿Se habría casado? ¿Tenido hijos? ¿Una familia de verdad? Seguramente ya no existía nada de mí en sus pensamientos. Solo formó parte del pasado. ¿Porque yo no pude lograr lo mismo?

—Veo que has despertado. -miro hacia la puerta y allí está el. Como si todo lo que hemos fracasado no existiera en nuestro presente. —¿Cómo te sientes? -porque tenía que ser así. Lo veo acercarse y sentarse a mi lado. Yo solo permanezco de perfil mirándolo. Siento que acaricia mi brazo y busca mi mano. —Vamos dime cariño. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Bien? -veo que entrelaza nuestras manos. Solo asiento. No me sentía mal, porque ya estaba más que desecho por dentro, simplemente no sentía nada. —Llamaron del instituto, dijeron que agradecen tu corta estancia y te estarían llamando para cualquier otra emergencia. -No recordaba cuándo había sido la última vez que di clases. —Tú padre también llamo, me pidió que te dijera que estaba bien y saldría de viaje con Jordan. -mi padre, él estaba bien. —Vamos pequeño, es hora de almorzar a levantarse de esa cama. -siento sus labios sobre mi frente. No digo nada, tampoco atino a alejarlo. No tenía fuerzas qué podía llegar a hacer. —Si no vienes vendré a buscarte. Se un buen niño y baja. -aquello me molesta.

—No quiero nada. -respondí bordas.

—Stiles... -se que lo molesto, pero no me interesa realmente. —Bien, traeré tu comida aquí y comerás aunque no quieras. -lo ignoro.

Aún no podía entenderlo. ¿Porqué me mantenía a su lado? ¿Qué es lo que quería realmente de mi? Desde que nos conocimos de niños fue alguien muy impredecible. No lo entendía, tampoco quería hacerlo. Simplemente no quería saber nada de él en esos días. Cómo en estos momentos deseaba desaparecerlo de mi vida. Al parecer todo volvía como al inicio. Yo intentando huir mientras él tratando de aferrarse a mi.

Al salir de mis pensamientos lo veo acomodar una bandeja sobre la mesita de luz, trae uno de los sillones y se sienta junto a mi, tomando una tasa con sopa.

—Toma, tienes que hidratarte más. Has dormido mucho y no has probado más de dos bocado de lo que te dejo. -no me mira, solo me tiende la tasa. —Stiles, por favor. -mi estómago se encoge y sin más tomó la taza entre mis manos. —Pruébalo te gustará. No la pude preparar como tú, pero lo intente. -le doy un sorbo y era verdad, no era igual a como la preparaba. Estaba siendo demasiado complaciente. Termine de comer en silencio, sus preguntas simplemente quedaron en la nada.

—Quiero levantarme. -murmuró a lo que aciente.

—Ven te ayudaré. -cuando veo sus manos acercarse, retrocedo un poco. Ignora mí reacción y toma mi brazo, luego desliza su otra mano a mí cintura. —Despacio, aún estás débil.

Suspiro al intentar sostenerme, no tenía noción de cuánto llevaba en cama pero fue bastante ya que mis piernas parecían de hierro al intentar dar un paso. Siento como sus brazos me rodean y los nervios me matan. Pienso en cada uno de aquellos días, de aquellas palabras, aquellos recuerdos que pensé serían los mejores de mi vida.