Bajo mi piel.

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Primera hora: Ciencias.

Tomé mi asiento entre Sabrina y Alfonso, Jackie y Ferguson tras mí charlando de quién sabe qué y Justin con Jeremy al lado de Jackie y Ferguson respectivamente.
La mitad del salón ya estaba allí, todos sentados en nuestros pupitres esperando la llegada de Ms. Betty, la profesora de Ciencias de la falda hasta las rodillas, pantimedias y zapatos con taco bajo al estilo Testigo de Jehová.

Miré hacia la puerta. La brisa oceánica del acantilado penetraba por las grandes ventanas abiertas y hacía que, al menos, el cabello de las chicas ondeara como en esos comerciales de shampoo. Era muy relajado y fresco, como en la casa de campo de Penn y Arnorld, esos demonios. A propósito, ¿que estarían haciendo ahora? ¡Oh! Se me ocurre algo. Leer mi diario. Ja.
Ya me imaginaba algo como: «¡Mira Penny! Star tiene novio.», solo por poner el nombre de mi mejor amigo Tomás entre las primeras líneas. Sonreí.

Depronto, sentí un cosquilleo parecido al de una cachetada en el rostro, la brisa desapareció junto con los murmullos, y las luces del salón se prendieron como arte de magia.
Un hermoso cabello rubio, un rostro fino, acompañado de un  terno recién planchado color azabache se hizo presente pasando el umbral de la puerta con una laptop bajo el brazo. Era Jack, el de ojos color amatista y mirada de demonio peligrosa.

Me encogí en mi asiento golpeando con mi pie la varilla de metal del asiento de Sabrina, quién en este instante suspiraba con ojos de enamorada viendo al tutor como si fuese comida misma. ¿Mencioné que todas las chicas del inter están prácticamente enamoradas de Jack? No. No recuerdo haberlo hecho.

—Adoro cuando se pone ese traje.—suspiró Sabrina.

—Ya lograste hacer que vomite arco iris. Pedófila.

—Es que es cierto, Thomas. ¡Adoro a ese profe!

—¿A él, o su imagen de chulo playero?—intervine riendo.

—Ambas, nenita.

Jackie y yo intercambiamos miradas queriendo reír. Sab sí que necesitaba una beca en el hospital psiquiátrico de la madre de Lynn. Apoyé un codo en la mesa y me volví hacia Jack.

—Unas disculpas, alumnos.—comenzó.— Miss. Betty está indispuesta por hoy. Así que yo daré su clase.

Abrió su maletín y sacó un marcador con una mota para pizarra y las puso sobre la mesa. ¿Y la laptop? Parece que Jack no está muy interesado en Power Point que digamos. Destapó el marcador y comenzó a escribir.

«Atracción humana»

Me ahogué en saliva y comencé a ponerme incómoda. Si, había llevado ya el tema en Hurricane, y para eso me pusieron a un compañero varón para que funcionara aquél «método» comúnmente práctico. No pude dormir esa noche sin usar anestesia.

—¿Alguien aquí que se sienta incómodo?—preguntó el con sus lilas ojos posados en mi.

Controlé un impulso de levantar la mano y salir corriendo.

—¿No deberíamos hacer este...tema en parejas?

Hundí mi rostro en unos de mis libros de anatomía, justo en la página de los órganos. Asco.
Jack le asintió señalando el fondo de la clase con el marcador.

—Esa maldita vendida.—susurró Jackie pateando el respaldo de mi asiento levemente.

—Espero no volver a probar esos somníferos de nuevo, no lo soportaría.

—Tendrás.

Jack miró a Sabrina encarnando una ceja, luego me miró y me regaló una de sus típicas sonrisas demoníacas. Sentí el estómago pesado.

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