Entré a la habitación y al parecer Gabriel estaba dormido, dejé la bolsa que traje con regalos sobre uno de los muebles y me acerqué la ventana, tenía una gran vista de la ciudad.
--Viniste-- me volteé al escucharle, lucía más blanco de lo normal y tenía unas marcadas ojeras que resaltaban la irritación de sus ojos.
--Si ¿cómo te sientes?-- me acerqué a su lado y tomé su mano pero di un respingo al sentirle.
--Tranquilo papá, es normal-- me explicó enseguida pero que su cuerpo vibrara de esa forma no podía ser normal, se sentía similar al ronroneo de los gatos me refiero a ese motorcito que parece tuvieran por dentro.
--Bien-- nos quedamos en un incómodo silencio, por incríble que parezca no sabía de que hablar con él.
--¿Ya terminaron los edificios de Plaza Centro?--
--Si, ya solo falta que renten las oficinas?-- a Gabo le habían encantado esos edificioa desde que vio la maqueta que hice.
--¿Cómo está Marvel?-- tantas cosas en el mundo y él me pregunta justamente por el perro, --no le veo que hay de malo en que me lo traigan aunque sea un rato--
--Te puede hacer daño--
--Él no me lastimaría--
--No a propósito pero es malo para tu salud--
--¿Podrías traerlo un rato? será muy rápido-- me miraba con sus enormes ojos ambarinos, que resaltaban enmarcados con su cabello negro tan brillante.
--No puedes--
--Porfa, solo quiero tocarlo-- verlo a los ojos es ver a su madre.
--No quiero meterme en problemas--
--Solo una vez y ya no te pediré nada-- manipulador como la madre, un encanto cuando lo hace intencionalmente.
--Te dije que no y punto-- fuí por la bolsa que traje a ver si eso lo desviaba del temita del perro.
--Antes eras más divertido-- ¡Ja! Raquel, Antonella y Sasha le podrían discutir eso, --¿qué es eso que trajiste?--
--Esto es para ti-- me acerqué a darle el regalo pero mi vista se fue directo a unas hermosas y torneadas piernas que se detuvieron poco antes de entrar a la habitación.
En la puerta de la habitación pude ver a Ariel, con esa falda sus piernas eran un monumento y el recorrido hasta llegar a sus ojos... Dios. Me hizo señas para que siguiera en lo mio sacándome de mi paréntesis, le di su regalo al niño sentándome a su lado.
--La nueva figura de acción del Capitán América, gracias papá-- después de un rato curioseando el nuevo juguete lo dejó de lado para ver qué más había en la bolsa, --chocolates ¿en serio?--
--Si, y de los grandes-- tomé uno y lo abrí para dárselo a probar pero me lo rechazó.
--Es chocolate papá-- según su rostro algo no le agradaba pero no veo que problema puede tener una golosina.
--¿Algún problema campeón?--
--Si, que no me gustan-- cerró la bolsa y yo no sabía dónde meter la cara, --pero está bien te lo podría perdonar si traes a Marvel--
--Y dale, te dije que no-- su insistencia me superó y me levanté molesto dejando salir todo, --además Marvel est--
--Está en el veterinario-- interrumpió Ariel antes de que le dijera a Gabriel la triste verdad, --le tocaban las vacunas, y como tu papá saldrá de viaje se quedará ahí unos días--
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Pídeme un deseo
RomanceAriel tenía todo en la vida para ser feliz, una familia unida, una profesión que la apasionaba, un hijo que es la luz de sus ojos y una buena posición económica, pero no todo es tan suave en su vida, y es que esta transcurre gran parte en un hospita...