La lluvia caía incesantemente pero a Deidara le gustaba la tranquilidad que aquello conllevaba. Itachi aún no había vuelto, Gaara se había marchado a su casa a descansar y Naruto se mantenía inmerso en su pintura.
- ¿Estás bien? – preguntó Naruto aún con sus ojos fijos en el cuadro.
- Sí – dijo Deidara volviendo a mirar las gotas de lluvia que chocaban contra el cristal – es sólo... supongo que Gaara me ha confundido un poco.
- ¿A qué te refieres? – preguntó un dudoso Naruto viendo el sonrojo que se le había puesto a Deidara.
- Nada en especial.
- Ese sonrojo no es por nada en especial – sonrió Naruto dejando a un lado los pinceles - ¿Ha ocurrido algo con Gaara?
- No... bueno... puede.
- Es un buen chico.
- Estoy seguro de ello pero... no me siento atraído por él. Me siento atraído por un imposible – sonrió Deidara con cierta tristeza.
- ¿Tan imposible es?
- Sí – sonrió Deidara.
- Entonces quizá debas darte una oportunidad con Gaara en vez de con ese... imposible.
- Sí. Quizá debería – sonrió Deidara.
Deidara observó la pintura de Naruto. Tan sólo era un paisaje más, pero aun así... algo le movía por dentro al ver aquello. Miraba una y otra vez la solitaria figura que sostenía el paraguas en mitad del pasillo que atravesaba el parque. Conocía aquel parque... él había estado allí en varias ocasiones cuando quería escapar de todo. Por alguna extraña razón, miró a Naruto viendo en sus ojos un sentimiento extraño. Quizá fue en aquel momento cuando supo que estaba pintando algo muy relacionado consigo mismo.
- Creo que falta alguien al lado – dijo Deidara sonriendo.
- ¿Eh? – preguntó Naruto extrañado, mirando una vez más el cuadro.
- Quizá Sasuke – sonrió.
- Sí – sonrió Naruto – ahora sí. Creo que me ha salido la depresión que tenía hace un par de años. Nunca fui popular en el instituto, ni en la universidad, tampoco en la escuela de bellas artes. Siempre estaba solo. Fue una época dura.
- Caminabas solo por ese parque, ¿verdad?
- Siempre – dijo Naruto mirando el cuadro al igual que Deidara.
- Pero ahora tienes a Sasuke.
- El chico más popular de la facultad de derecho – sonrió Naruto – se escondía de sus fans y entró en el pequeño edificio donde yo tenía mi exposición. Nadie siquiera miraba mis cuadros, pero él estaba allí... empapado y mirando uno de mis cuadros. Yo le conocía, sabía quién era y no me atrevía a acercarme a él. Yo sólo era un don nadie, pero fue él quien finalmente se acercó hasta mí para felicitarme por el cuadro. Quería comprarlo – sonrió Naruto – fue mi primera venta y aunque debía sentirme feliz por ello, yo sólo me sentía feliz porque el chico popular se había fijado en mi arte. Sólo él me veía entre las sombras y la soledad.
- Es romántico – sonrió Deidara.
- Sí... nunca imaginé que pudiera enamorarse de mí pero... aquí estamos. Debo ser el chico más odiado en el barrio – sonrió Naruto.
- Nunca nadie ha hecho nada romántico por mí – se entristeció Deidara – en mi vida... sólo ha habido soledad, tristeza y sexo. Creo... que ni siquiera yo sabría ser romántico.
ESTÁS LEYENDO
Perro prisionero (Naruto, Itadei)
FanfictionDeidara es un muchacho de diecisiete años que trabaja para la mayor banda criminal, los Yakuza. Tras ser capturado por la policía acaba en la prisión de Tokyo. Ser el nuevo y encima tan joven, le traerá más de un problema en la prisión, pero pronto...