Estaba anocheciendo cuando Itachi bajaba de su habitación vestido con una americana y un pantalón vaquero. Gaara que limpiaba los platos en el fregadero con mucha tranquilidad y gran preocupación por todo lo que había ocurrido esa tarde, observó a Itachi dándose cuenta de que tenía intención de salir.
- ¿Te vas con Mei? – preguntó Gaara.
- No – fue la respuesta seca de Itachi.
- Si vas a buscar a Deidara, querría acompañarte.
- No puedo permitir eso – dijo Itachi sacando su arma reglamentaria del cajón y comprobando que estaba lista, puso el seguro y la metió tras su pantalón – va a ser peligroso.
- Sólo yo sé dónde está Deidara y no te lo diré si no me llevas contigo – sonrió Gaara secándose las manos con uno de los trapos de cocina.
- Sé dónde está. En el hotel Dolphin Island, al otro lado de la ciudad.
- Hace unos minutos que se marchó.
- No es posible. Él me dijo que fuera.
- Quizá quería dejarte algún recado, pero él ya se ha marchado.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque le puse un localizador a la última flor que le entregué y guardé en su libro. Lo lleva en la mochila. Sé que siempre lleva la mochila consigo, son las únicas cosas suyas personales que tiene. No se apartaría de la mochila ni de ese libro.
Itachi abrió los ojos ante aquella sorpresa. Sabía que Gaara desde que había reconducido su conducta, se había convertido en un gran científico, ¡Hasta le habían llamado para trabajar en una de las más prestigiosas empresas de tecnología del país! Pero no esperaba que fuera capaz de ponerle uno de sus localizadores a ese chico.
- No me mires así. Sólo estaba preocupado por él, no es nada más.
- En realidad... agradezco que lo hicieras, pero sigue siendo peligroso que vengas conmigo.
- No tengo miedo y tú vas armado.
- Voy sin refuerzos, sólo yo contra todos ellos. No es que vaya a poder hacer mucho precisamente. Sólo quiero ir a ese hotel y ver por qué me citó allí.
- Como te he dicho... ya se han ido. No hay peligro, quiero ir.
- De acuerdo – aceptó Itachi al final – coge tu chaqueta.
La sonrisa se dibujó al instante en el rostro del pelirrojo, quien cogió su chaqueta del perchero y siguió a Itachi hacia el coche aparcado fuera.
El camino fue tenso, ninguno de los dos se atrevía a pronunciar palabra alguna en el pequeño habitáculo en el que se encontraban. Al llegar al hotel, Itachi aparcó el coche y ambos bajaron manteniendo el silencio hasta llegar a recepción. Fue todo un asombro para ambos cuando al preguntar por Deidara nadie conseguía reconocerle, sin embargo, al decir su nombre, el chico de recepción pareció caer en la cuenta de que sí tenía algo para él. Habían llamado de una de las habitaciones para recoger algo y entregárselo a ese chico.
Itachi observó el sobre que sacaban para él y sin decir nada más, se marchó hacia el coche seguido por un intrigado Gaara.
- ¿Es que no vas a abrirlo? – preguntó.
- No aquí. Lo abriré en el coche – le aclaró.
Tal y como dijo, tan sólo cuando se sentó frente al volante, se permitió unos segundos para ver qué había en el interior. Aquellos documentos le sorprendieron, tenía todo lo necesario para encarcelar a Pain y a su banda, todos sus negocios, sus trapos sucios, todos los nombres de gente importante a la que habían chantajeado, pero entonces... algo le asaltó de golpe, una gran preocupación.
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Perro prisionero (Naruto, Itadei)
FanfictionDeidara es un muchacho de diecisiete años que trabaja para la mayor banda criminal, los Yakuza. Tras ser capturado por la policía acaba en la prisión de Tokyo. Ser el nuevo y encima tan joven, le traerá más de un problema en la prisión, pero pronto...