La oscuridad en el retrato

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Todos destacaban de su retrato algo de su cara, por ejemplo: sus ojos, que eran extrañamente energéticos, que miraban para un lado y para el otro con una alarmante rapidez. El color de ese par era marrón oscuro. Otros resultaban, como Manuela, el intenso color de sus labios. Mientras que otros su despeinada cabellera, era lo principal en su dibujo. Pero yo no, yo prefería resaltar lo oscuro de él. No se si me expresó bien... Quería resaltar la oscuridad en sus ojos, lo sombrío en su pelo y lo negro de sus ojeras. Eso me atrajo... ese era el rasgo que iba a resaltar en mi cuadro.
Paso el tiempo y el profesor Mirales detuvo la clase quince minutos antes, para así veía, él y su hijo los trabajos ya terminados. Ese momento de la clase no era mi preferido, ya que no me gustaba que la gente mire mis dibujos, me daba la sensación de que todos se iban a reír o a criticarlo. Pero esa clase fue distinta...
Iban por el retrato de Fer cuando el hijo de Mirales miro mi dibujo. Se lo quedó mirando con cierta curiosidad e inquietud. Pero su padre reaccionó distinto. Luego de ver el retrato de mi amigo, observó mi obra y con una amplia sonrisa dijo:
-Mara... Mara, Mara, cada día mis expectativas sobre ti son siempre sobrepasadas. Este dibujo... como decirlo... es... es algo sorprendente, algo maravilloso. No esperaba que alguien hiciera esto, amenos que seas vos, es tan profundo. Señorita Costens usted en sus retratos siempre muestra lo que no se ve a simple vista, va más allá de lo que cualquiera ve... y eso señorita, es algo que no hace cualquiera...
Al terminar sentí que me ponía colorada. Sentía orgullo y vergüenza al mismo tiempo, era extraño, aunque se sentía bien. Pero mi sentimiento de orgullo y vergüenza se desvaneció al ver la cara de Patricio. Su rostro se había puesto extrañamente feliz. Nunca lo presencié sonreír y en ese momento tampoco quería hacerlo. Su sonrisa era macabra y sombría. Él respiraba agitado como si acabará de correr una maratón.
- Y... ¿tu que opinas hijo? ¿te agrada tu retrato?- dijo con un tono orgulloso.
-Sí... sí, es un buen retrato. Bastante bueno... - Al finalizar su frase, que era en un tono extraño, sonrió forsadamente a su padre y se fue al ver el resto de los retratos.

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