Capítulo 3: Ellos viene a por mí

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Me levanté temprano con la idea de coger el primer metro que hubiera para mi ciudad. Estaba justo a punto de salir por la puerta cuando mi tía me dijo de manera algo apresurada:

-Espera, niña, no te vayas. Tienes que desayunar.

-No te preocupes. Ya desayunaré cuando regrese a casa, gracias de todas formas -dije tratando de excusarme.

-No, no, no te puedes ir con el estómago vacío, ¿qué pasaría si te desmayas de hambre por la calle? ¡Jamás me lo perdonaría! ¡Y tu madre tampoco! -dijo ella tirándome del brazo para llevarme a la cocina. 


Al ver que insistía tanto y que daba igual lo que le dijera, me senté en la mesa de la cocina. 

-¿Qué quieres de desayuno? Te preparo lo que sea -dijo ella con aire resuelto-. ¿Unos huevos  con bacon? ¿O prefieres algo más ligero? -me miró expectante con una sonrisa en el rostro. 

-Pues, un vaso de leche y unas galletitas de mantequilla, estarían bien...-le pedí.

-Enseguida -dijo ella. 


Mi tía me sirvió el vaso de leche y las galletitas en un plato pequeño, y se sentó delante de mí para hablar un rato. 

-Bueno, cuéntame... ¿Qué tal vas con los estudios? -me preguntó ella.

-Bien, gracias -contesté. 

-¿Y qué tal en casa? ¿Todo bien también? -quiso saber.

-Sí, todo estupendamente. Gracias, tía -dije-. Y tú, ¿qué tal por aquí? -pregunté para que viera que yo también me preocupaba por ella.

-Puff, pues algo sola desde que tu prima, mi hija Dafne, se fue a vivir con su novio -dijo con fingido aire decaído-. Aunque de vez en cuando me hace una visita -añadió.

-¿La prima Dafne tenía novio? No lo sabía -dije. 

-Pues sí, llevan saliendo como dos años.

-Cómo pasa el tiempo, je,je -dije-. Quién lo diría... 


Terminé de desayunar y me levanté de la mesa para dejar el vaso y el plato en el fregadero. Cogí la mochila y me la eché al hombro para ir a la puerta principal, dispuesta a marcharme ya. Mi tía me acompañó hasta allí. 

-Dale recuerdos a tus padres -dijo ella despidiéndose-. ¡Ah! y dile a tu madre que me tiene que pasar la receta de su caldo de pollo -añadió con un gesto.

-Sí, yo se los doy. No te preocupes, será lo primero que le diga nada más llegar -le dije despidiéndome de forma amigable.


Salí de la casa de mi tía y me alejé de allí, caminando con tranquilidad hasta el metro. Por el camino iba tranquila y mirando las calles por las que iba, disfrutando del camino. Hacía un tiempo estupendo, el sol brillaba en el cielo, hacía un tiempo cálido y corría un poco de viento que me refrescaba la cara. 

Entonces, empecé a escuchar unos pasos que parecían estar siguiéndome. Me paré y los pasos se pararon también.

-¿Crees que se ha dado cuenta? -preguntó una voz masculina a mis espaldas.

-... Eso parece -dijo seriamente otra voz masculina.


Me giré lentamente hacia ellos para toparme con dos hombres, uno era más alto que el otro, con un aspecto mucho más serio y formal, y llevaba gafas negras. Y el otro pelirrojo, con unas gafas negras sobre la frente,  de ojos azules, con un aspecto más informal y con una sonrisa. Lo que más me sorprendió era que el pelirrojo llevaba dos marcas rojas simétricas sobre sus pómulos. Ambos vestían con trajes negros, camisa blanca y corbata negra (en el caso del más alto). 

[FFVII FANFIC] Red Crazy Passion (Reno Sinclair x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora