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–¡Kim Seok Jin!–gritan, logrando que me despierte y haga golpear mi cabeza contra la mesa, anoche no pude dormir por querer terminar mi serie favorita, estoy tratando severamente de no volver a caer dormida como hace un momento

–¡Kim Seok Jin!–vuelven a gritar, me levanto de mi asiento y me dirijo hasta la chica quien sostiene mi café.

Cuando quiero agarrarlo, alguien mas lo toma, arrebatando a mi precioso de mis queridas garras.

–¡Hey!–el chico que tiene mi café voltea–ese es mi café–bufo.

–No lo creo–alza una ceja–¿te llamas Kim Seok Jin acaso? No lo creo–sonríe de lado para darse media vuelta a darse y encaminarse hacia la salida.

–¡Claro que soy Kim Seok Jin!–alzo la voz llamando la atención de la mayoría de los presentes en el local

Genial lo menos que quiero hacer ahora es llamar la atención.

–Eso es mentira..–se acerca hasta quedar frente mio–yo soy Kim Seok Jin–me mira desafiante.

Busco con rapidez dentro del bolsillo trasero de mis jeans mi billetera, donde saco mi identificación y se la entrego con sumo cuidado mientras lo lo observo de lo misma manera que el lo hace, como si tuviéramos una tonta pelea de miradas.

–¿Me crees ahora?–alzo una ceja copiando su acción–ahora quiero mi café–trato de arrebatárselo, pero el sube su brazo mientras escuchó como alguien suelta una pequeña risa, siento mis mejillas calentarse de la vergüenza.

–Un momento–me entrega mi identificación, suelto un suspiro de cansancio–yo llegue antes que tu, así que esto me pertenece–sonríe con arrogancia.

–¿Sabes que?–alza las cejas en respuesta esperando mi respuesta–haz lo que quieras con el café, yo me largo–lo dejo con la palabra en la boca para darle la espalda y por fin salir del local como la diva que soy y que respeta.

Me encaminó a mi casa, con paso lento, siento que en cualquier momento caeré dormida, pero trato de resistir lo más que puedo.

Los párpados me pesan, es la última vez que me engancho por una serie. ¿A quién engaño?Tengo diez series más en mi lista de Netflix. Ojala existiera un nombre para los adictos a las series, creo que la hay. ¿Seriefilicos? Nah, da igual.

De un momento a otro siento mi cuerpo más pesado, me arrodillo lentamente en el suelo, siento como unos brazos me sujetan fuertemente de la cintura para subirme a su espalda. No puede ver quien es, pero me da igual, tengo sueño y quiero descansar, en lo único que pude pensar antes de caer dormida fue en lo cómoda que es la espalda de quien sea que me tiene ahora.

Siento como algo lame mi cara, abro los ojos con dificultad, encontrándome con un adorable perro blanco de pelo lacio. Me siento sobre la cama con lentitud y lo acaricio.

–Hola pequeño..–el me mira como si pudiera entender algo de lo que digo–¿sabes dónde estoy?–y como si del diablo se tratase, ahí estaba ese odioso chico de la cafetería.

–Estas en mi casa, otro yo–sonríe, juro que si lo vuelve a hacer le rompo la cara bonita que tiene.

–¿Cómo llegue aquí?–observo la habitación, la cual estaba decorada de algunos peluches de Ryan.

–Te encontré por la calle deambulando medio dormida, hasta que te desplomaste en el suelo y no tuve más opción que traerte conmigo, que sería de mi conciencia si te hubiera dejado ahí tirada–me mira seriamente.

–De acuerdo..–asiento levemente–¿esta es tu habitación?–tomo un peluche que esta sobre la cómoda y lo observó.

–No, es de un amigo, salió de viaje y creí que te sentirías más cómoda en una cama para ti sola–vuelvo a acariciar al perro.

Two Jin's ;Kim Seok JinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora