Colores [Miraculous Ladybug]

Segunda Carta | Amarillo

"Querido Adrien,

¿Sabes? Me agrada como encubres la lúgubre noche con un sol"  

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Un día baje a un lugar de calles brillantes, aproximadas a la torre Eiffel.

Allí vive un chico, detrás de muros lujosos e impenetrables.

Definitivamente él era mi más afortunada perdición, sin embargo, no era la única que lo había notado. Medio mundo tenía en él un ojo enganchado, pero en efecto, jamás verían de la manera en la que yo lo hago. Porque... creo que yo sí logro percibir algo más allá de sus refinadas apariencias. Existe una esencia que muy pocos vislumbraban.

Mi vista se elevaba cada vez más al contemplar la flameante mansión, intrigada con el enigma de que haría él en el interior de ese lujoso lugar.

Tenía la vida soñada, ni un objeto en su prominente hogar le haría falta. Y el dinero le sobraba tanto que hasta con el sería capaz de hacer altas montañas, para después sólo por diversión deslizarse en ellas.

Recordé entonces que al conservar una bendición, a la vez traía consigo un poco de condena.

Porque él era una joya. Un linaje dorado atrapado en páginas de farándula que probablemente no le otorgarían salida hasta que la vejez tocase sus puertas.

Eso era lo que los demás veían en él, mientras que mi conciencia solo reflexionaba en una cosa: en su chispa, esa luz cálida amarilla; La intensidad y el reflejo que emana desde el centro es poderosa y así tan rápido como puede aparecer, del mismo modo se puede evaporar.

De igual forma, todos somos chispa y luz. Con un soplido repentino nos convertimos en humo, pero nos aguarda mucho tiempo para ser evaporados por completo, si la acertada travesía escogemos.

Él era la clase de chispa amarilla que podía resplandecer bajo la caída impetuosa del cielo. En tanto sus deseos fueran mantener vivas a otras chispas, el benévolo carácter correría por sus venas, imposibilitado de ser modificable o aplacado, por toda la vida heredable e intacto.

Adrien posee un corazón noble. Es la luz de la mañana que se infiltra por mis ventanas, por las de muchos...

Pero una mano apoya a otra. Un mar es solo la unión de numerosas aguas.

Él estaba solo en una flameante mansión.

Y si mantenía vivas a otras chispas ¿Quién era la fuente principal de mantener su cálida luz amarilla?

Por eso obligo a mi mente concentrarse. Ata cabos con creencias aparentemente confiables. Adrien se rinde porque nadie ha visto más allá. 

Decae, su luz se extingue y él se vuelve...