1✶ Asi somos

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Suena la alarma que indicaba que era hora de despertar y empezar el día, Agustín dormía cómodamente enredado en sus sábanas y abrazado a su almohada.

-Que ganas de molestar por favor -dijo con los ojos entrecerrados buscando de donde provenía el sonido molesto. Agarró su celular para fijarse la hora y vio que marcaba las ocho y media de la mañana-. ¡No puede ser! ¡Voy media hora tarde! -habló mientras buscaba desenredarse de las sabanas para buscar su ropa, que por suerte había dejado lista la noche anterior junto con su mochila. En ese momento deseaba tener cuatro manos y poder con todo.

Una vez listo se dirigió a su auto tirando la mochila bruscamente en el asiento del copiloto. La escuela estaba a unos diez minutos de su casa, en el camino pasó algunos semáforos en rojo y esquivó a varios autos a una velocidad algo excedida. No le importaba, no le gustaba respetar reglas.

(...)

Abrió su casillero para encontrarse con algo muy parecido a su habitación, o mejor dicho a parte de ella. A Carolina le importaba demasiado su imagen y verse lo mejor posible, era por eso que su casillero tenía un espejo que ocupaba un poco más de la mitad de la puerta de este, mucho maquillaje en vez de libros, una muda de ropa y un par de zapatos. Si, a Carolina definitivamente le importaba su imagen y sobre todo llamar la atención.

Ese sí que era su fuerte, siempre llamaba la atención y le gustaba ser el centro de todo. Era por eso que para entrar a su primera clase decidió retrasarse veinte minutos y entrar según ella "deslumbrante". Raro, ¿no? Bueno, esa es la lógica de Caro.

Se había maquillado un poco y todavía le faltaba, entonces fue a uno de los bancos que quedaba a unos metros de la entrada principal para retocarse.

(...)

Por más que a Agustín no le gustaba seguir ordenes, llegar tarde a las clases hacía que se le olvidara eso, puntualidad en las clases era lo que único que cumplía para no llevarse el regaño de algún profesor, eso realmente no lo soportaba.

Entró rápidamente a la escuela mirando a sus alrededores y solo vio a Caro sentada en un banco retocando su maquillaje.

No la conocía mucho, bueno, no la conocía. Lo único que sabía era que con ella compartía el puesto de la popularidad y que su cuerpo era el sueño de cualquier chico. Pero no le importaba, tenía a todas las chicas locas por él, una más o una menos no hacían la diferencia; por el momento no era esa su preocupación.

Se dirigió por el pasillo que llevaba a su salón y solo intercambiaron miradas, totalmente insignificantes para ellos.

Se paró en la puerta de su salón, suspiró profundo, acomodó su cabello y entro a "su pesadilla" como el solía llamar a algunas clases que no eran de su agrado.

-Tarde Bernasconi -dijo en un tono frío, la profesora de inglés que se encontraba en ese momento.

-Lo sé.

Él no pensaba mirarla a los ojos, menos admitir su error

-¿No piensa decir nada al respecto? -todos los presentes ponían su atención en esa conversación sin importancia, después de todo era Agustín Bernasconi, el más popular del colegio. Agustín la miró desafiante y ella volvió a hablar-. Si quiere quedar en la clase y no ir con el director, por esta vez, con una disculpa alcanza.

El quedó en silencio, no se iba a rebajar a ese nivel pidiendo disculpas, ¡Era Agustin Bernasconi! Pedir disculpas no formaba parte de su carácter.

-Estoy esperando -pronunció ella con impaciencia.

No quedaba otra alternativa.

-Perdón -dijo en un susurro inaudible.

-No lo escuché.

-Perdón. -esta vez lo dijo en un tono normal, pero perdiendo la paciencia, sabía que ella disfrutaba "humillarlo" de esa forma.

-Ahora está mucho mejor, tome asiento.

Agustín fue a un lugar vacio en el cual al lado se encontraba Carla, su novia.

-¿Por qué tardaste tanto? -le preguntó curiosa esperando una respuesta que nunca llegó, él no estaba de humor para sus mentiras. Agustín sabía que realmente no se preocupaba por él, ella solo lo quería por su popularidad, no por otra cosa. Por eso eran mentiras. Sabía que no era amor-. ¡Cariño, te estoy hablando!

-¿Qué pasa? -dijo sin mostrar interés en el tema.

-¿Cómo que pasa? Te pregunté porque te tardaste.

-Me quedé dormido.

Carla lo miró incrédula él solía ser muy puntual, pensó que mejor sería dejar el tema ahí.

(...)

Se había hecho la hora de que Carolina entrara al salón, su idea era que el profesor le llamara la atención, la llevaran con el director y que asi toda la escuela se enterara.

Al ingresar al salón vió un total desastre, todos arriba de las mesas, con sus celulares y bolitas de papel volando por los aires. Eso significaba una sola cosa, el profesor había faltado. Y su plan había fracasado.

Cuando ella entró todos se quedaron callados y despejaron el paso para que llegara sin ningún obstáculo hasta su lugar, tenía la atención de su clase pero no le importaba en absoluto, ella quería más que la atención de treinta personas.

Tenía un vestido turquesa y unos zapatos altos del mismo tono. El vestido no era para nada atrevido, pero marcaba bien sus definidas y sexys curvas, con las cuales se ganaba la mirada de muchos chicos, como a ella le gustaba. Para una persona normal ese tipo de vestuario no es adecuado para el colegio ya que seria un tanto incómodo correr con tacones detras de los profesores para entregar un trabajo sin caer en el intento, plr ejemplo. Pero era Carolina Kopelioff, no era normal.

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¡Hola! ¡Primer capítulo! Espero que les guste, este capítulo fue algo corto pero les prometo que los demás no.

Me quise concentrar mas en Agus y Caro para que conozcan un poco sus formas de ser y de pensar las cosas.

Besos! 

Lo nuestro es amor | Aguslina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora