Intersticio

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Lo que callo me hace daño,
y lo que no,
le hace daño a los demás.
Que me ahoga no escupir la verdad,
tragármela, sabe amarga,
sabe a maldad.

Hoy quiero hacerme daño.
Hoy quiero sufrir.
Llorar.
Entrar en pánico.
No manejar mi respiración.
Que mis pensamientos sean huracán.
Hoy quiero ser yo.
La de antes.
La que esperó mucho tiempo salir,
pero que ahora está lista.
La que arrasará con todo.
Arrasaré.

Hoy quiero dar vueltas en la cama,
y no contigo, no.
Porque para hacerme daño,
puedo sola,
con que tú lo hagas es sólo suerte.

Ésta noche estoy dispuesta
a dejar que lo fonético se desate
y reviente en mis oídos.
Estoy dispuesta a escuchar
pero sólo malos consejos.
Que hoy no me importa,
ni mañana, ni el día siguiente.

Que se trabe la perilla de la puerta
que siempre intenté cerrar.
Pero hoy yo misma la abro,
porque escucho a las mariposas negras,
revolotear.
No las quiero hacer esperar.

Huele a sangre,
suplicio,
óbito,
error.

Jamás pensé que alguien aparte de mí quiso acabar conmigo. ¡Con qué burla he de ver todo para no caer a plomo!
Cada año sentí que envejecí diez, y con el paso del tiempo la burla pierde sentido.
¡Que el suplicio es mi adicción, siempre lo ha sido! Por eso escribo, si es que este desorden puede contar como ello, claro.

Intersticio en el corazón,
por no decir que en la psique.

Cebada. (3/3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora