Lascivia

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Hizo tan suyo alambicar el fútil deleite somático, trocó hacia psique casto.

Sí, usted palpó mi tegumento, pero palpó algo más: Mi entidad.

Espero comprenda lo intrincado que fue percatarme de lo más intrínseco en mi vida, entre los pliegues de mi tez hay encubiertas sonrisas afanosas.

Dígame si está bien que postergue la algazara, dígame si no le incordia que me arruine un poco (más).

Porque si es así,
es para mí pesadumbre anunciarle:
Comienzo hablando de usted,
termino hablando de mí...

Cebada. (3/3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora