Capitulo I

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Mi nombre es Kishaba Daiki, tengo diecisiete años. Puedo considerarme un chico guapo, inteligente, sincero, pero muy deprimido.
Mi vida no es lo que todos piensan, creen que solo por tener miles de chicas detrás de mi signifique que soy feliz, que tengo una vida envidiable pero no es así.
Soy infeliz, no necesito a miles de chicas regalándome cartas, caramelos y flores, yo lo único que necesito es un abrazo, un ¿Cómo éstas?, una sonrisa sincera y no llena de lujuria como lo tienen estas chicas.
Ellas solo se fijan en mi físico, si es verdad, me puedo considerar guapo para esta sociedad, ya que soy de cabello rubio, ojos azules, sonrisa blanca y perfecta como estrella de Hollywood, ropa fina y de marca, cabello arreglado, piel delicada, caballeroso, atlético y un genio, es verdad, puedo considerarme un chico guapo e inalcanzable que hace mojar las bragas de las chicas, es patético...
Todas las mañanas mi padre Kishaba Eiji, me llevaba al instituto para intentar orientarme en su mundo, o sea los negocios pero ¿Qué puedo decir? Odio su maldito negocio.
El negocio de la familia Kishaba era de autos de marca Kisha, se hicieron populares hace diez años y nuestra fortuna es admirable pero a mi no me interesa, no soy feliz. Me interesa mi felicidad no ese dinero.
Mi mamá Sasaki Fumiko era una hermosa mujer, mi padre era diez años mayor que ella así que se podía notar su juventud cuando estaba a lado de mi padre. Muchos la tachaban de zorra, puta, pero ella no era nada de eso, solo mala madre.
¿Cómo es posible que nunca ella me ha abrazado, me ha besado, me ha preguntado si estoy bien? Es mi madre, se supone que eso hacen ellas ¿No? Tal vez puedo estar equivocado.
Era primer día de clases en aquel instituto de nombre Saikano. Estaba un poco ansioso por hacer algo más que escuchar a mi padre dar ordenes y a mi madre llorar porque mi padre comete muchos errores en su vida, ya era hora de salir de esa rutina.

-Bien Hijo, aquí estarás por un tiempo nuevamente, ¿Cómo te sientes?
-Bien, supongo -Dije indiferente-
-Los fines de semana vendré por ti.
-Gracias -Me quite él cinturón de seguridad y abrí la puerta-
-Tu mamá dice que te desea éxitos.

Ella nunca diría algo como eso.

-Gracias, supongo -Me baje del auto y me coloque la mochila caminando hacia él portón-

Todos volteaban a verme, susurraban cosas y eso me incomodaba. Chicas con sus uniformes apretados que les hacia resaltar el busto, sus faldas cortas que no dejaban para la imaginación, sus calcetines largos y sus cabellos arreglados, nada nuevo.
Los chicos los mismos, pantalones como los mios, camisetas blancas y corbatas, yo andaba igual, nada de asombrarse.
Camine hasta llegar al pasillo de los casilleros donde ya tenía uno con él numero 234, metí la llave y lo abrí metiendo mi mochila y sacando algunos cuadernos.

-Hola, disculpa... ¿Tú eres Kishaba Daiki?

Voltee a ver a la chica que me preguntaba, era como las otras, nada nuevo. Ojos grandes color miel, piel blanca y cabello amarrado en dos coletas.

-Si, soy yo.

Su sonrisa de ancho mientras lamia su bombón.

-Tus padres son los dueños de la empresa Kisha ¿No?
-Si, ¿Necesitas algo más?
-Pues quería saber -Sus mejillas se ruborizaron- ¿En qué salón te tocó?
-No lo sé, acabo de llegar -Dije mientras cerraba y tomaba mis cuadernos- y ¿Tú eres?
-¡Oh! Si, soy Minagawa Hanako, pero puedes decirme solamente Hanako o Hana como gustes -su sonrisa era nerviosa, que divertida-
-De acuerdo, a mi llámame solamente Kishaba, no te conozco para que me digas mi nombre, con permiso -Hice una reverencia y me retire caminando por él pasillo pero ella volvió a mi lado-
-¿Puedo acompañarte a ver tu salón? Tal vez estemos en el mismo.
-Espero que no, tu voz es algo irritable.

Ella río apenada mientras se quedaba callada, en verdad chica pierdes tu tiempo.

-Aquí es -Me detuvo tomando mi brazo fuertemente-

Love HurtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora