Colores Pastel ↷ Jalonso Villanela

n u e v e

Jos.

— ¿Pasa algo? — preguntó en un susurro. Sacudí la cabeza y negué.

— No, nada — Sonreí al igual que él, y seguimos viendo la película.

Cuando terminó, nos levantamos y salinos de la sala no sin antes tirar la basura que traíamos. Saliendo del cine, fuimos directo a comer. Por petición de Freddy, fuimos a una taquería cercana. Nos divertimos ese día, es algo que nunca olvidaré.

Después de aquella salida al cine, el vernos en lugares se volvió costumbre. En unos días, nos tratábamos como hermanos. Aunque yo mantenía cierta distancia con Alonso, porque a veces lucía nervioso por que lo abrazábamos o cargábamos. Así fuera solo de juego, aunque en otras veces no pareria presentar problema por ello. Bryan me había dicho que era por un trauma del pasado, pero no me dijo exactamente que fue lo que pasó. Supongo que el prometió no decir nada, o algo parecido.

— ¿Alonso?  —lo llame haciendo que volteara a verme.

— ¿Si? — Sonrió.

Suspire y lo mire a los ojos.

— Somos amigos ¿no?  — él asintió confundido. — ¿Confías en mi? — volvió a asentir.

Mordí mi labio inferior nerviosamente, suspire intentando encontrar las palabras adecuadas para preguntarle. Hice una mueca y me rasqué la nuca.

— Eh, ¿Te puedo hacer una pregunta seria? — pregunté nervioso mientras mostraba media sonrisa.

— Ya la estás haciendo jossy. — Sonreí ante su apodo. Ya era costumbre que me llamara así. Debo admitir que el apodo era lindo y un poco infantil a la vez.

— ¿Tienes algo? Últimamente, cuando te abrazo...bueno, te sientes incómodo. — bajó la mirada y sentí que había hecho algo mal.  — Perdon, no queria que sonara mal o te hiciera sentir mal.  — me disculpe al instante.

— No te preocupes. — respondió en un susurro. — Sólo que no estoy listo para contarte. ¿Entiendes? — sonrió de lado.

Asentí levemente y le regale una sonrisa.

— Tranquilo, si te sientes listo, puedes contarme. — acaricié su cabello.

Me acerqué a él y lo abracé prápido ya que se mostró incomodo ante eso.

Alonso.

Si supieras, te alejarías de mi.

Caminaba de regreso a casa. El estar con Jos me tranquilizó un poco, y me hizo olvidar muchas cosas. Seguramente mis hermanos ya estaban en casa, al igual que mi madre. Y espero, que no este borracha. Hoy no, que es cumpleaños de Braulio. Quería llevarlos a dar una vuelta o comer en algún lugar, pero si mi madre estaba en ese estado, no seria posible. Vamos, ¿Quién quiere pasar su cumpleaños en un sótano? Aunque sea cómodo y acogedor, no es adecuado para una ocasión tan especial como esta.

Suspire al llegar y abrí la puerta con mucho cuidado. Parecía que no había rastro de mi madre. Diego y Braulio estaban en el sofá, viendo la televisión. Sonreí al ver a Brau con un gorro de fiesta.

— ¿Está mamá? — pregunté al quedar frente a ellos.

Ambos negaron. Aliviado, sonreí.

— Vamos a dar una vuelta — propuse y ellos asintieron con una sonrisa. Se levantaron apresuradamente, los tres salimos de casa.

Preferí llevarlos al parque a comer un helado y a la feria que estaba en el centro. Total, al menos debían de disfrutar después de tanto sufrimiento.

"Vamos, sonríe. No importa si te estas muriendo, no importa si estas triste, sonriendo demuestras lo fuerte que puedes llegar a ser"