s i e t e

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El pequeño pelirrojo jugaba animada mente con su tío favorito. O así le llamaba el. Le encantaba convivir o jugar seguidamente con el, sabiendo que sus padres no le prestaban la atención debida.

Le tenia mucho cariño en ese entonces, eran muy unidos y el era el encargado de darle dinero sin que su madre se diera cuenta. Y el pequeño Alonso lo guardaba, porque según el, algún día se saldría de la casa y se llevaría consigo a su hermano Diego.

— Pequeño, ven. — habló con cuidado.

El mayor palmeo sus piernas e incito al menor a sentarse sobre ellas. Cosa que de repente incomodo al menor, pues jamas se había sentado en las piernas de su tío. Ni mucho menos de la manera en la que lo hizo, con sus piernas alrededor de la cintura.

— ¿Que pasa tío? —pregunto inocentemente el pelirrojo.

— Hay que jugar un juego nuevo. Hablo mientras acariciaba suavemente la pierna del pequeño Alonso.

— ¿Un juego nuevo? ¡Si! ¿Cómo se llama? — respondió el pequeño, alzando sus pequeños brazos, mientras veía a su tío, sin notar las malas intenciones que este tenia sobre el pequeño.

— Primero, vamos a tu cuarto peque. — hablo mientras sostenía al menor de su cintura y con cuidado, lo cargaba.

Subio las escaleras con Alonso cargando, lo cual incomodo un poco al menor, pero aún así dejo que su tío lo cargara, se dirigieron al cuarto del menor,  y estando ahí, el mayor posicionó al pequeño en la cama.

— Y ahora, solo disfruta.

El pequeño Alonso no entendió tal referencia, hasta que sintió como su tío empezaba a desnudarlo. Se removió incomodo en la cama, jamas alguien había echo eso con el, y comenzó a tener miedo, trató de pararse, pero su tío se lo impidió.

— Oh no pequeño, tu te quedas ahí.

Dicho esto, comenzó a tocar descaradamente las piernas del pelirrojo, y su entrepierna.

— T-Tio, s-sueltame. — tartamudeo el menor, con evidente miedo.

— No. — soltó bruscamente.

Su tío, comenzó a desnudarse el también, mientras sostenía al pequeño con una mano. Y al estar desnudo, acaricio su miembro mientras veía al menor.

Y sin preparación alguna, o previo aviso, embistió al pequeño. A un inocente pequeño. Haciendo que este soltara un grito desgarrador. Y lagrimas comenzaran a asomarse de sus azulinos ojos.

¡Tío, me lastimas! — gritó el menor. — ¡Duele! ¡Duele! — intentó gritar más fuerte, pero era en vano. El mayor tapó su boca con su mano.

Nadie ayudo al pequeño, porque nadie lo escuchó gritar. No habia nadie en casa; Diego estaba con su tía Susy, su padre estaba en el trabajo y su madre, estaba en un bar cualquiera.

Así fue como pasó. El pequeño Alonso de tan solo 10 años, fue violado por su tío. Un tío, al que el consideraba casi como un padre.

Desde aquel día, no se acercó mas a su tío, y al contarle a su madre, esta no le creyó. Le llamo mentiroso y lo obligo a pasar tiempo con su tío, en donde era manoseado y violado nuevamente. Pasando infinidades de torturas sexuales. Hasta los 15 años, cuando se mudaron a la Ciudad de México, y desde ahí, no supo más de el. Su tia susy se mudó ahí un año después.


Colores Pastel ↷ Jalonso VillanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora