t r e s

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Jos.

La semana recién volvía a iniciar. Creo todos estarán de acuerdo en que nadie adora los lunes. Una persona como alumno, sólo vive y estudia en la escuela, esperando de nuevo, que al fin sea viernes. Algo ya común entre adolescentes de esta época. Aunque siendo sincero, yo sólo espero que se pase rápido el fin de semana, para poder verlo a el.

Tan radiante y bello como siempre. Parado justo delante de su casillero, inocentemente acomodando sus libros. Es curioso que sólo sepa su nombre. Lo escuche decírselo a un chico castaño.
Alonso”. Bonito nombre para alguien tan dulce. El baile de bienvenida de acercaba, y ya todos estaban planeando con quien ir al baile, que hacer después de que acabe, y cosas como esas. Mi objetivo era invitar a Alonso, quiero acercarme más a el y si es posible, entablar una amistad más fuerte. Jamás me había gustado alguien con tal intensidad como Alonso. A decir verdad, que yo recuerde, sólo Alonso y Derek me han gustado.

El timbre de entrada había sonado, y suspire pesadamente. Pensando en Alonso, hace que me desconcentre de todo. Comencé a caminar por los pasillos, tal vez llegaba tarde a mi primera clase, pero daba igual.

No correría obviamente. Demasiada flojera y demasiada energía gastada para una clase en la que estaba noventa porciento seguro que ya había pasado. Historia no era ni será mi materia favorita. Pero procuraba estudiarla mucho para salvarme del tedioso profesor anciano que sólo hablaba y hablaba. Ni cuenta se daría si faltara.






















Alonso.

Jace no soltaba mi mano, lo cual me ponía en una situación incómoda. Lo quiero, pero no estoy acostumbrado a que me tomen de la mano, no como lo está haciendo el.

— Jace, ¿Cuánto falta? Ya me cansé y de seguro llegaré tarde a clases — murmure mientras veía hacia los lados.

Según el, encontró una nueva ruta para llegar rápido a la escuela,  pero siento que fue un engaño. Yo sentía que estábamos demasiado lejos de la escuela, y este lugar (que técnicamente sólo tenía una que otra casa, y lo demás era un camino de tierra) me daba escalofríos.

— Uh, no sé. En realidad, no vamos a tu escuela. Encontré un lugar que te va a gustar. —respondió con una sonrisa en su rostro.

Frunci el ceño. No me gustaba cuando me mentía.

— Habías dicho que iríamos a la escuela. Sabes que no me gusta que me mientas, sea para bien o para mal. ¿Lo sabes, o no? — espeté molesto.

Suspiró — Si lo se, Alon. Pero en serio, quería mostrarte este lugar. — murmuró mientras me observaba.

— Está bien.

No dijimos más, deje que me guiará a donde quería guiarme. Entramos a una arboleda, tipo bosque, pero pequeño y cruzamos un estrecho sendero de pasto y tierra. El olor de este lugar, me recordaba a cuando era pequeño.  Cuando mi padre (antes de sus adicciones) nos traía de pequeños a los parques, y bosques a acampar o jugar. El olor fresco del césped, me encantaba. No todos son sabedores de esto,  ni siquiera Jace. Seguimos caminando, hasta que visualize una pequeña colina a lo lejos, y oí el sonido de una cascada.

Pude notar la sonrisa de Jace,  mire sorprendido el lugar. Había una cascada con rocas,  pero tenían un color en especial; un gris claro, casi blanco, y tonos rosas oscuros. Sonreí ante esto, me gustaba este tipo de ambientes. Me alegra que Jace me haya traído a este sitio. Es muy hermoso.

— ¿Te gustó?

— Me encantó. Gracias Jace.

Lo abracé y besé su mejilla. Seguía admirando el bello paisaje que tenía ante mis ojos.

Colores Pastel ↷ Jalonso VillanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora