IV:《Callado》

944 126 10
                                    

Pov Lance.

Mis ojos azules no dejaban de ver aún, increíblemente asombrado, a Rojo. Creía que se sentía algo incómodo. Pero hay que admitir que no es para nada sencillo despejar tu vista en una criatura como lo es él. Extrañamente me encontraba hipnotizado ante el pequeño mientras millones de preguntas rondaban mi mente exigiendo respuestas claras y precisas. En realidad, rápidas.

Apuesto que me veía algo tonto mientras lo veía. Apenas y noté que estaba sonriendo, precisamente algo tonto sin saber exactamente por qué. El de cabellos negros parecía mínimamente relajado, tal vez sea por que su herida había sido tratada y estaba (de cierta forma) en el agua. Que para ellos están importante como el aire para nosotros los humanos.

Su silencio no era precisamente muy tranquilizador, quería preguntarle Muchas cosas, conversar con él, oír como sonaba su voz. Realmente me veía sumergido en un mar de dudas donde el infinito existe. Pero Rojo sólo estaba muy... callado. Me anime a hablarle a pesar de que posiblemente esté no me entendiera. O probablemente... Rojo sea mudo.

En un momento pensé en una película infantil del género fantasía donde una sirena perdía su voz a cambio de ser humana. O algo parecido. Pero pensé, si hay personas que son mudas por alguna razón, también las sirenas y tritones podrían llegar a serlo. Supongo que tengo que volver a intentarlo.

¿Estas mejor? — le pregunté, fue lo primero que vino a mi mente y salió de mi boca con la esperanza de que él me contestara o por lo menos me entendiera.

Rojo tenía mi completa atención. Él sólo me miró sin ninguna emoción lo cual no sabía como interpretar exactamente. No hizo ningún otro gesto o señal de que me había escuchado. O caso él me estará... ¿Ignorando?

— ¿No puedes hablar? ¿Estas cómodo ahí?

Sin embargo, nada me detendría en seguir preguntándole con la gran esperanza e ilusión de que me respondiera. Pero cada vez veía ese objetivo imposible.

— Mi nombre es Lance. — me presente con una enorme sonrisa amigable y hasta amable.

Por un corto momento noté el tritón me miró con atención. Su mirada tenía un brillo que me dejó  perplejo y enganchado a ella. Pero nuevamente, no dijo ni hizo nada. Sólo se quedó callado.

— Pronto cumpliré 13 años... — continúe decidió a contarle más de mí. Quizás él me escucharía.- — ¿Por qué estás tan callado? ¿Puedes entenderme? ¿Me entiendes? —recalque la última pregunta alzando mi tono de voz y un poco serio.

Y como era de esperarse, Rojo sólo me observaba entre inquieto  e incrédulo. Me preguntaba que estará pensando. Me encontraba sentado en una pequeño banco muy cerca de la tina, me aconche en ella sin tocar el agua dentro de está, mirandolo un poco aburrido. ¿Por qué no dice nada?

Después de un breve momento pareció perder el poco interés o la atención hacia mí ya que su mirada se perdió por otro lado. Se veía serio, realmente serio para ser un niño de no se cuanto. Noté que en sus ojos abarcaba algún sentimiento de melancolía o quizás de soledad.

— No olvides mi nombre.  Lance. — repetí algo bromista. Ampliando más mi sonrisa. Después me puse algo serio.— Sabes, eres realmente increíble. Nunca pensé que una especie como la tuya realmente... existiera. — parecía seguir ignorandome. Aunque algo me decía que me escuchaba y siguiera.— No entiendo Muchas cosas. ¿Cuantos años tienes? ¿Cómo te llamas? ¿Los tritones y sirenas tienen alguna clase de magia marina? — lancé esas preguntas con una emoción.

"AMOR ETERNO" (Klance)(Laith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora