Capítulo 3

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Vanessa

Estaba cada vez más confundida, sabía que nada de lo que había pasado fue casualidad. Mía estaba sumergida en la película, y yo en mi teléfono, aquel último mensaje me había hecho creer que él era el mismo que había robado a mi vecino, no sé cómo llegó a mi, pero no quería que esto avanzara, tenía que avisar a alguien. Aunque no lo quise así, bloquee el contacto, esperaba que ya no pudiera mandarme nada.

Dejé mi celular y miré al televisor, no entendía nada de lo que sucedía en la película, no había prestado atención, sentí el sonido teléfono dentro del televisor lo que despertó otra gran duda que invadió mi cabeza, ¿cómo diablos había conseguido mi número?

***

Estaba decidida, cuando Mía se fuera iba a hablar con mi madre, le iba a mostrar la conversación y le iba a pedir un consejo. Tenía presente que ella iba a reaccionar mal, que se pondría histérica y no sabía que más haría, pero he visto las películas necesarias para saber que esto no lleva a nada bueno.

***

Mía se fue casi a las seis, su hermano había venido a buscarla, no quería que se desviaba en el camino o no sé que, puede ser porque mi mamá se encargó de hacerles saber que alguien había entrado a mi cuarto.

-Mamá.

-¿Uhm?

-Tengo que mostrarte algo.

Ella estaba sentada tras la computadora, estaba en un nuevo proyecto o algo así, sabía que podía esperar así que me armé de valor y le dije que había recibido un mensaje.

-¿Qué tipo de mensaje recibiste?

-De quien tiene mi chalina.

En ese preciso momento sus ojos se pusieron fijos sobre mi.

-A ver, muestrame.

Le mostré cada uno de los mensajes, fue algo incómodo porqué sé que mis respuestas no fueron las más inteligentes.

-¿No te mandó más nada?

-Bloqueé el contacto, no quiero que me hable.

-Sube a avisarle a papá, debemos llevarle esta información al oficial.

Hice lo que me dijo, era obvio que algo así iba a pasar.

La reacción de mi padre fue más fría, él optó por mantener la compostura, sabía que mamá iba a descontrolarse y que si no se mantenía en su lugar Penny y yo no podríamos solucionar nada.

Mi hermana venía con nosotros, no íbamos a dejarla sola con alguien acechando la casa y no había tiempo como para llevarla donde mis abuelos.

El silencioso camino fue interrumpido por mi madre.

-¿Y si esto no para?

-Esto va a parar, sólo le han mandado un mensaje, no sabemos si es el mismo que estaba frente a la casa según Vanessa, o si fue quien robó el dinero de la casa del señor Jacob.

-Pero ese hombre entró al cuarto de nuestra hija, se llevó cosas, mandó un mensaje sobre ello, ¿no es eso suficiente como para saber que corre peligro?

-Escucha Mariel, si piensas así no llegaremos a nada, necesitas dejar de preocupar a las niñas y calmarte, estamos yendo en busca de ayuda de quienes saben como ayudarnos, tú y yo no podemos hacer mucho más que eso.

Mi madre no alcanzó a responder, habíamos llegado. Una patrulla salía disparada de la comisaría, sus luces y sirena estaban encendidas. Nos bajamos y entramos. Había un oficial detrás de un escritorio que al vernos entrar inició saludó.

-Hola ¿En qué puedo ayudarlos?

-Estamos buscando al oficial Brown -respondió mi padre.

-¿Por qué motivo sería?

-Él está a cargo del caso de irrupción en mi vivienda, mi hija ha estado recibiendo mensajes que deberíamos mostrarle.

-En este momento está ocupado, pero le notificaré de esto para que pasen a su oficina cuanto antes.

Finalizada la conversación el hombre se levantó, se dirigió a una puerta con una hoja en sus manos, entregó el papel a quien se encontraba dentro de la habitación y volvió a su puesto. Yo me dirigí con mis padres a unas sillas.

***

-No, no me ha mandado nada más -volví a responder.

Varias veces realizan las mismas preguntas como si uno fuera idiota, tenía muchas ganas de irme de aquel lugar, ya se tornaba incómodo.

-¿Estás segura?

-Si, lo estoy, no puede mandarme más nada.

-Lo sé, pero debemos asegurarnos, ¿alguna otra red social por la que se pueda haber comunicado?

-Instagram, pero no he recibido nada.

Tuve que mostrarle prácticamente todo lo que contenía mi celular al oficial Brown. Luego de unas cuantas preguntas más llegó a la conclusión de que era una situación de acoso, no sabíamos desde cuando, quién o por qué, lo que sí sabíamos -por lo menos yo- era que debía cuidarme mejor la espalda.

N/A:

Puede tener varios errores, otro día lo voy a editar.

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