Capitulo 4

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Vanessa

Ya van dos días en los que no recibo nada, no hay mensajes ni sucesos extraños. Mi padre sigue preocupado, ni hablar de mi madre.

Lo único distinto para contar es que aprobé él examen de química y que hoy entró un chico nuevo al instituto. Va un año más que yo y es sumamente guapo, aún no sé su nombre ni nada, sólo que tiene el cabello oscuro, casi negro, y la piel bronceada, parecía salido de esas revistas con destinos turísticos a playas paradisíacas o algo así, aunque sin la constante sonrisa.

Mis amigos me atajaron a la salida de clases y caminamos juntos hasta una heladería.

Evan

Hace un par de días casi atropello a una chica que iba distraída con mi bicicleta, ayer confundí dos gustos de helado y si no se hubieran dado cuenta a tiempo una clienta hubiera sufrido un ataque alérgico y no sé qué más podría haberle pasado, y hoy, como si fuera poco, casi me atropellan, derramé un licuado en mi camiseta y me toca atender con toda la remera sucia. Definitivamente nada me ha estado saliendo de acuerdo al plan, no tengo un plan en realidad.

Estaba preparando un batido cuando mi compañero se va al baño, me va a dejar sólo, oh por Dios, con mi suerte seguro algo explota o...

Interrumpe mis pensamientos la campanita que indica que alguien ha entrado a la tienda, termino lo que estaba haciendo, lo entrego, y me dirijo a la caja de los pedidos para atender. Levanto mi mirada y me encuentro, entre un grupo pequeño de personas, con una cara conocida.

-Hola, vamos a querer tres de dos gustos -no había podido saludar y el chico ya me estaba haciendo los pedidos y pagando, los anoté en la computadora y me dirigí a las heladeras, miré a mis clientes.

-¿De qué va a ser el primero?

La voz de la chica que se me hacía conocida se hizo presente entre la música de fondo.

-De frutilla y de... -se interrumpe a si misma, todavía no recuerdo bien de dónde la conozco. -¿Eres el chico de la bicicleta? -listo, casi la atropello el otro día y hoy me vuelve a ver con una camiseta toda sucia y trabajando en la heladería, linda forma de impresionar a una chica tan bonita.

-Emmm... -me rasco la nuca, estoy nervioso. -Si, sobre eso... lo lamento.

Pensar que le había dicho que anduviera con más cuidado y ahora era yo quien pedía disculpas. Me siento un desastre, aún así, ella me sonrió.

-Está bien.

Ya no sabía que decir, sus amigos me miraban y la miraban a ella, preferí darme la vuelta y poner la primera bocha de helado, tuve que volver a mirarla para preguntarle de qué otro sabor quería su helado.

-Chocolate.

Listo, superé el primero, me faltaban los de sus amigos, primero el chico, limón y vainilla, y, por último, su amiga.

-¿Cómo te llamas?

-Soy Evan -podría haberle preguntado su nombre, pero mi compañero apareció y me pareció que si le decía algo fuera del trabajo él me iba a cantar las setenta. Al parecer la muchacha lo entendió.

-Menta y vainilla.

Me dediqué a prepararle su helado y cuando se lo entregué se acercó a mí.

-Ella es Vanessa -susurró y se fueron.

Vanessa, que lindo nombre. Un lindo nombre para una linda chica. Derek se acercó a mí.

-¿Notaste que la chica no quitaba la vista de ti?

-¿Cuál de ellas?

-La de frutilla y chocolate. ¿Le pediste su número?

-Nop, esperaba que me retaras por "ligar" en el trabajo.

Rió.

-Ni siquiera sabes cómo lugar. Dime que al menos te dijo su nombre.

-Vanessa.

-Vanessa -repitió, degustó su nombre. -Le queda perfecto.

Simplemente asentí y continué con mi trabajo, era verdad, Vanessa, un nombre hermoso para una chica hermosa, esperaba poder volver a verla.

Vanessa

-¡Mía!

Dios, me había hecho pasar un momento incómodo con Evan. Así que esperé hasta salir de la tienda para acusar recibo.

-¿Qué? -se hizo la desentendido mientras comía un poco de su helado.

-¿Cómo que "qué"?

-Por supuesto que "qué", ¿cómo no se te ocurrió coquetearle? ¡Es muy lindo!

-Para mí que a Mía le está haciendo falta el dinero y te quiere vender al mejor postor -interrumpió Louis.

-Silencio, tonto, sólo quiero que nuestra pequeña Van, -me agarró de las mejillas -haga una linda pareja con un lindo chico.

Le quité su mano de mi cara, me molesta que me agarren así. Le saqué la lengua.

-Cuando me consiga a un lindo chico sin la intervención de ninguno de mis dos lindos amigos, -miré a ambos -será el momento en el que formaré una linda pareja -les sonreí. -¿Contentos?

-No -respondió Mía, Liu se alzó de hombros.

-¿Por qué siento que seré utilizado como el súbdito de la bruja?

Mi amigo se veia un poco preocupado al decir aquella frase, me resultó cómico, sabía que la llamada "bruja" me daría una de las charlas más largas (no tanto, pero si pesadas) de mi vida.

-Porque eres mi súbdito y siempre estarás bajo mi poder. Ahora al grano, no puedes evitar una relación con un heladero.

-Mía, no entiendo cual sería el problema.

-El problema es que si no sales con un chico que trabaje en una heladería yo voy a tener que pagar mi helado, así que, ¿podrías darle una oportunidad?

Hidden ObserverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora