Narra Evelyn
Pensé que Axel me llevaría a un restaurante o a un cine, cualquier cosa, pero jamás en mi mente se me paso que me iría a llevar a un parque de diversiones. Si han leído bien, Axel me trajo a un parque de diversiones y aún mi cerebro no ha podido procesar aquello. No se sí el me vio cara de niña o que, pero me sorprendió y también me gusto. No recuerdo cuando fue la última vez que mis padres me trajeron. No le presté atención a esos recuerdos y me concentre en mi cita. Dios era raro decir eso. Me di cuenta que Axel se dirigía a un puesto de manzanas acarameladas, por lo que fui hasta allí.
-No creo que sea buena idea -Dije sonriéndole. Aunque creo que era mejor que lo hiciera.
-¿Qué cosa? -Pregunto mirándome como si no entendiera nada.
-Comer ahora -Dije colocando los ojos en blanco. ¿Es que no era obvio?
-Vamos, yo tengo un estomago muy fuerte -Dijo guiñándome un ojo.
-Pues, entonces come tú -Dije cruzándome de brazos.
-Eres muy cabezota - Dijo riendo.
No dije nada, solo vi cómo se comía esa manzana acaramelada. Sabía que muy pronto cuando montáramos los juegos esa manzana estaría afuera de su estómago, no es por nada pero me gustaría ver eso. Mientras él comía su manzana, yo me acerque al vendedor y le pedí una servilleta por si era necesario más adelante. Cuando se comió la manzana, en lo primero que nos montamos fue en la montaña rusa.
Elegimos los primeros asientos, bueno está bien, yo los elegí. Cuando comenzó vi a Axel un poco nervioso, lo cual hizo que sonriera un poco, cuando comenzó, una sonrisa apareció en mis labios y se agrando cuando escuche el grito de Axel, al parecer le dio miedo quedar boca abajo por cuatro segundos, eso sin duda hizo que una risa escapara de mis labios.
Después de la montaña rusa fuimos a el barco pirata, después fuimos al Apocalipsis, ese me encanto pero a Axel en cambio no le gusto, según él era muy pavoso, pero no me engañaba, pude ver claramente la gota de lagrima que había brotado de sus ojos grises. Cuando nos bajamos note que se agarraba fuertemente de la barriga y que luego fruncía el ceño.
-¿Vas a vomitar? -Pregunte alejándome de él - Porque si es así quiero verte a metros -Dije sonriendo.
-No, que va -Dijo echándose a reír- Hubieras visto tu cara-Dijo llegando hasta mi con tan solo tres pasos-Ahora preciosa, que tal si vamos a la casa de terror -Dijo guiñándome el ojo.
-No, aun no quiero -Dije ladeando la cabeza-Vamos a la bola de fuego.
Este se tensó al oír el nombre, en cambio yo sonreía por querer montarme allí. Cuando estábamos sentados el me agarro la mano por debajo de los asientos. No sabía qué hacer, me gustaba el contacto de mano sobre la mía, pero me sentía extraña, por lo que la aparte enseguida. Este bajo su cabeza decepcionado, cuando el juego comenzó, me aferré a la barandita que había enfrente de nosotros. Cuando el juego paro haciendo que quedáramos boca abajo por un quince segundos, mi corazón latió a mil, me gustaba este juego, mire a Axel y este tenía los ojos cerrados, mientras balbuceaba cosas sin sentido, era efectivo Axel le tenía miedo a este juego, ¿Pero porque no me lo dijo antes?-Me pregunte a mí misma, oh claro, él era hombre y por lo tanto llevaba un poco de orgullo.
Cuando nos bajamos de la atracción él quedo tambaleándose por unos segundos, lo que hizo que me riera un poco. Luego de aquello fuimos a la casa de espejos. Cuando entramos cada uno tomo un rumbo diferente, Axel encontró la salida enseguida. Suertudo. Comencé a caminar sin sentido y cuando no encontraba la salida, me sentí frustrada, quería salir de donde me encontraba rápido si no perdería la cabeza. Cuando vi la salida, salí corriendo pero lamentablemente me pegue con un espejo-Maldita casa de espejos- susurre para mis adentros. Mi cabeza me dolía un montón, cada vez más maldecía para mis adentros, cuando me levante vi a Axel al lado mío sonriendo, pero tan solo lo mire y lo fulmine con la mirada, pero a este no le importa y se echo a reír.
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Strong (editando) #SeizeTheLoveSpanish
Teen FictionTodo comenzó por una apuesta, pero quien iba a pensar que por una estúpida e insignificante apuesta mi oscuridad se iba a convertir en luz por un completo idiota de 17 años. A veces pienso que el destino hizo lo suyo, que nos juntó para conocernos e...