4. Un día común y corriente.

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Narra Axel.

Estaba en mi cama, mientras miraba el techo de mi habitación, recordando lo que había pasado minutos antes en el parque con Evelyn y es que cuando supe que era ella la que estaba en el banco, mi corazón se aceleró y sentía que una sonrisa se había aparecido en mi rostro. Era increíble lo que Evelyn hacía en mí, ella saca lo mejor de mi y por alguna razón, me sentía demasiado bien cuando estaba con ella . Cuando me había dado cuenta que se iba a ir, me adelante y la cogí del brazo, yo simplemente no podía dejar que se fuera. Cuando mis ojos vieron sus ojos llenos de tristeza y húmedos, sentí que algo apareció en mi garganta y bajo hacía mis pies como si estuviera en una montaña rusa, la sensación era horrible, pero preferiría mil veces que mi padre me pegara por toda la eternidad a presenciar que esos ojos se volvieran a humedecer. Solo quería protegerla. Lo mejor de todo fue tenerla en mis brazos, nuestros cuerpos encajaban perfectamente, fue el mejor sentimiento que había tenido y sé que ella también sintió lo mismo. Y dios cuando la vi sonriendo, fue la cosa más hermosa, sin duda, aquello alegro un pedazo de mi corazón. Sé que las otras personas dicen que ella es fría, dura y que le gusta meterse en problemas, no cuestiono lo de meterse en problemas, porque soy muy consciente de que es así, pero lo de que es fría y dura no lo creo así. Pienso que solo está construyendo un ladrillo para que la gente no se acerque lo suficiente, pienso que no quiere que le hagan daño y haré lo posible para que nadie lo haga. Sé que muy pero muy dentro de ella hay una chica dulce y sensible. Hare lo posible para que en la cita de mañana se divierta, aunque la verdad no sepa lo suficiente de ella.

Quería verla y pues, podría ir a su casa y lanzarle piedras a su ventana, pero ya era tarde y no quiero que se enfade conmigo por lo que decidí escoger mi plan B. Me levante de la cama y cogí mi cámara, busque las fotos que le había tomado, hasta que la vi, era demasiado hermosa, y allí pude ver su vulnerabilidad, estaba en sus ojos, el brillo que transmitían era hermoso ¿Cómo es que no le presté atención antes? Pase a la segunda foto que le había tomado sin querer queriendo, allí si me reí, se veía tan graciosa y hermosa, esta era mi favorita. Después de deleitarme mirando sus fotos decidí irme a costar, mañana sería un día un poco agitado.

Cuando escuche la voz de mi padre y la de mi madre, decidí levantarme, asearme y curar las heridas de mi espalda, las cuales aún no habían cicatrizado. Cuando baje vi a mi padre desayunando con un periódico y a mi madre al lado de él.

-Hasta que bajas -Dijo mi madre

sonriendo -Ya te doy la comida, cariño -Dijo levantándose.

-Hoy me acompañaras a mi compañía -Dijo mirándome fríamente -Quiero que te vayas acostumbrando.

-Claro -Dije bajando la mirada. Siempre cuando lo acompañaba nos demorábamos hasta tarde, solo pedía que hoy hubiera una excepción- ¿Hasta qué hora padre?-Pregunte mirándolo a los ojos.

-Hasta las cuatro -Dijo mi padre leyendo el periódico - Tu madre y yo vamos a salir a las seis, así que no trabajare hasta tarde.

-Eso se oye bien -Dije sonriendo.

-Así es -Dijo mi madre colocando mi plato enfrente de mí.

Desayune lo más deprisa posible, para ir con mi padre a su empresa, pero antes me cambie. Me coloque un traje negro con corbata azul, mi madre decía que hacía resaltar mis ojos.

Estábamos en el ascensor del edifico, el cual tiene cuarenta pisos y el de mi padre era por supuesto el último.

-Necesito que te encargues de una cita que tengo con una periodista -Dijo mirándome cálidamente - Yo tengo una reunión muy importante con unos ingleses y no me gustaría dejar la cita con la periodista.

Strong (editando) #SeizeTheLoveSpanishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora