Narra Axel.
Todo por ahora iba bien, claro menos por la parte en la que vomite, aunque después fue lo mejor que me había pasado, Evelyn estuvo allí a mi lado, y para mi sorpresa cuando la abrace ella me lo devolvió, fue como si mi mundo se hubiera acabado y estuviera abrasando a un ángel, aunque en algunas ocasiones le salieran cachos. Me encantaba hacerla enojar y es que a decir verdad, era gratificante ver como fruncía el ceño. Se veía tan hermosa con ese gorro de chef y con las líneas que se le marcaban en la frente, lo cual indicaba que estaba disgustada.
-Vamos bombón, no coloques esa cara -Dije cogiéndole la cabeza entre mis manos-Te pueden salir arrugas -Dije acercando mi cara a la suya.
-Eres un imbécil -Dijo levantándose enseguida ocasionando que nuestras cabezas chocaran. Escuche salir una maldición de los labios de ella y después como si nada coloco los ojos en blanco. Oh esa boquita... todo lo que le quería hacer.
-Deberías pensar antes de actuar -Dije sonriendo con mi mejor sonrisa, sabía lo que les ocasionaba a las mujeres, pero claro, Evelyn era diferente.
-Quita ya esa sonrisa de tu cara, te ves tan estúpido -Dijo como si nada colocándose enfrente de la estufa - ¿Cómo se prende esto? -Pregunto haciendo que me echara a reír. Si ya lo había dicho Evelyn Ros era diferente.
-Creo que es mejor que te apartes, no quiero quemar esta hermosa cocina -Dije mirando a mi alrededor.
Estábamos en un restaurante donde puedes hacer tu propia pizza, pero claro que con una sola llamada y moviendo unos contactos pude conseguir que me dieran una solo para mí y claro también para mi huracán. Solo esperaba que no arrasara con la cocina.
-¿Por dónde empezamos?-Pregunto echándose harina en las mejillas.
-¿Qué haces? -Pregunte riendo.
-Bueno eso lo hacen los chef -Dijo colocándose una mano en la cadera. Se veía tan graciosa en este momento, dios odiaba no haber traído mi cámara.
Fui caminando sigilosamente hacia ella, mirando cada parte de su cuerpo, tenía lo indicado, era simplemente perfecta. Cuando estuve en frente de ella, le cogí la mano de la cadera y la apreté cariñosamente.
-Hacen eso con las manos -Dije besando su mano cariñosamente.
-Bueno entonces seré la primera chef que lo haga -Dijo encogiéndose de hombros, mientras se alejaba de mi un poco.
-¿Quieres ser una chef?-Pregunte mirándola con un brillo de diversión y de sorpresa.
-Bueno si, pero no -Dijo mirándome -Es un poco complicado, olvidado -Dijo alejando nuestras manos -Comencemos, tengo hambre, aunque hagamos todo esto, tendremos que pedir un pizza tarde o temprano -Dijo encogiéndose de hombros.
-Podemos hacerlo -Dije guiñándole un ojo. Quería que tuviera fe en sí misma -Lo primero que tienes que hacer es sentarte en el mesón-Dije mientras prendía la estufa.
-¿Por qué tendría que sentarme en el mesón? -Pregunto cruzándose de brazos.
-Porque eres un huracán andante -Dije sonriéndole -Y además te verías muy bien allí sentada-Dije guiñándole el ojo. Veía como un color carmesí compensaba a emerger de su cara, lo que hizo que me saliera una sonrisa.
-Decir que eres un imbécil es decir muy poco-Dijo colocándose a mi lado, mientras sacaba los ingredientes que el chef Tito nos había dado- Veras que no soy un huracán andante-Dijo empezando hacer la salsa.
Se veía tan graciosa-Oh nena serás siempre mi huracán andante-Me dije a mi mismo. Empezamos hacer la pizza, ella con la salsa y yo con la masa. Cada uno estaba absorto en sus pensamiento, pero nuestros cuerpos estaban conectados, cada vez que nuestra piel se tocaba por cualquier movimiento una electricidad invadía mi piel, haciendo que explotaran en mi interior. Era un sensación magnifica.
-Ya está -Dijo gritando como una niña pequeña.
-Vamos a ver que tal esta -Dije acercándome hacia ella. Cuando mis labios tocaron la salsa supe que esta perfecta, pero aun así probé un poco más.
-Se sinceró -Dijo abriendo los ojos como todo una niña entusiasmada. Me di cuenta que estaba mirando mis labios, eso me sorprendió.
-Está bien -Dije mirándola con orgullo- Te quedo muy bien -Dije y para mi gran y dulce sorpresa aún estaba mirando mis labios.
-Me alegro -Dijo sin despegar su mirada.
-Solo tienes que pedírmelo -Dije
cogiéndola de las caderas; mientras las acercaba a las mías. Mi interior estaba ardiendo por ella y no sé cuánto tiempo iba a resistir.
-No seas iluso -Dijo colocando los ojos en blanco; mientras se alejaba de mí- tienes un poco de salsa en los labios, es sólo eso.
-Tengo ganas de ir al baño, ahorita vengo -Dije quitándome el delantal.
No me dijo nada en cambio se quedó haciendo la pizza, no dure mucho, ya que simplemente no podía dejarla sola en la cocina. Cuando entre a la cocina la encontré mirando a los lejos.
-¿Qué piensas? -Pregunte llegando hasta ella
-Nada que valga la pena contar -Dijo encogiéndose de hombros -La pizza ya está en el horno.
-¿Por qué eres tan cerrada?-Pregunte sentándome al lado de ella. Quería llegar a conocerla, se que es una chica especial, pero Evelyn me hace difícil llegar hasta ella. Simplemente no me deja conocerla.
-No lo soy -Dijo frunciendo el ceño -Tal vez un poco y eso no te interesa Axel -Dijo evitando mi mirada. Si, así es, esa es la Evelyn que todos conocen.
-¿Por qué crees que no?-Pregunte haciendo que me mirara. Estaba tan intrigado por saber el porque de sus acciones, de sus sentimientos, pensamientos, aunque no los conociera del todo.
-Porque no eres más que un compañero de clase Axel-Dijo mirándome fríamente a los ojos.
En ese momento la pizza estuvo lista, lo que me había dicho, por alguna razón me había dolido, por primera vez una chica decía algo que me dolía en lo más profundo de mi ser. Yo al menos pensé que éramos amigos, pero ya veo que no es así. Haré lo que sea para llegar hasta, ella por alguna razón me enloquece y por alguna razón eso me gusta. Evelyn Ros ya esta dicho, tratare de llegar hasta tu corazón y eso será divertido.
Hola espero que les haya gustado, voten o/y comenten, besos xD
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Strong (editando) #SeizeTheLoveSpanish
Ficção AdolescenteTodo comenzó por una apuesta, pero quien iba a pensar que por una estúpida e insignificante apuesta mi oscuridad se iba a convertir en luz por un completo idiota de 17 años. A veces pienso que el destino hizo lo suyo, que nos juntó para conocernos e...