Las dos caras del amor. Parte Uno.

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Ella lo amaba, tanto que parecía irreal. Su corazón saltaba de alegría cada vez que lo veía. Sentía una manada de elefantes en su estómago, sus manos temblaban descontroladamente. Se sentía nerviosa con su cercanía.

Se perdía en su mirada, contemplaba con deseo sus labios rosados ¡Dios, esos que la hacían delirar! Esos que moría por devorar, una y otra vez sin cansancio alguno.

Amaba su risa sarcástica, sus muecas, sus cejas, su cara de enfado, su sonrisa dulce, esa que le da un aire a niño pequeño.

Amaba sus brazos fuertes, su torso trabajado, sus piernas, su cabello. Lo amaba desde los pies a la cabeza. Haría cualquier cosa que él le pidiera.

Y él, él se reía. Reía cada vez que ella suspiraba mirándolo. Carcajeaba cada vez que ella se sorprendía cuando él se quitaba la remera, cuando le decía lo guapo que era. Cuando ella dejaba todo por salir con él.

Se divertía tanto cuando ella le decía que lo amaba y se divertía más cuando ella se comía el cuento del amor eterno. Reía con lo inexperta que era, cuando ella dejaba que él hiciera lo que quisiera con su cuerpo, él reía.

Ella era su burla, su juguete, su marioneta, su pasatiempo, su diversión.

Un Pedacito De Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora