Desearía que así fuera

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- No creo ser la adecuada come galletas — Joey había pasado al estudio, aparentemente el y Terry de conocían y no hubo problemas.
- Ya lo sé, pero eres la única en quién confío
- no lo sé, ya lo había hecho y terminé molesta — dejenme contarles, cómo ya lo saben Joey tiene una franquicia de cafés, dentro de dos meses tendría una reunión extraña, una tía suya iría, es tan prepotente y estricta que apesar de Joey ya tiene 26 años quiere casarlo con una hija de empresarios (ya no se hace, lo sé, pero la tipa es rara) Para no hacer la historia más larga de lo ya és, si su tía veía que tenía pareja le dejaría en paz.
- ¿Qué me dices de tu amiga?
- Joe, ella quiere una cita real no una fingida — mi voz se escuchaba como un pájaro cansado de avisar que la lluvia se acercaba, para empeorar las cosas hoy tuve una pelea con un chico porque dijo que no deseaba salir con una fácil cómo Sarah, si preguntan, el perdió su dignidad... Y sus pelotas.
- Lleva a otra chica pero no a mí.

Dos meses después
Las cosas habían cambiado últimamente, los estirados regresaron y quedaron fascinados con el cuadro de Paul, la arrugada le dijo a conejo cuando vio la pintura que no era bueno pintar a las putas con las que se acuesta (sí, lo dijo) los otros dos tipos la reprendieron pero a ella le dio igual, Paul amenazó con no realizar la exposición así que tuvo que disculparse; después de ese horrible momento él aceptó ir a París dentro de tres meses.
En cuanto a mí, decidí hacer un cambio extremo así que un día le dije al peluquero que pasara unas dijeras por mi cabello y lo dejara por mis hombros, también lo teñí de rubio. Pero aparte de eso seguía siendo la misma Maggie, o exepto por otra cosa, mi ánimo y humor estaba cayendo a cero ¿por qué? Pues cada día se me hacía más difícil encontrar al chico indicado para Sarah. Recorría Los Ángeles de pies a cabeza y... Nada, cada tipo era peor que el anterior daban náuseas o eran pervertidos o tenían sus cosas poco ortodoxas no me malentiendan no creo que todos los hombres sean malos, sólo que en verdad quería hacer bien mi trabajo y eso me estaba pasando la factura. Ya casi no me reía de las graciosadas de Paul o Joey, Meursault colocaba su cabecita a mi torso para que yo lo acariciara pero no daba resultado, cuando Holly venía de visita terminaba jugando con conejo porque yo no deseaba hacerlo, la niña constantemente decía "tía Gaggie ya no quiere divertirse" lo cuál me hacía sentir peor.

Estaba en el desayunador frontandome la sien obstinada
- 22
- ¿qué?
- 22 malditos hombres fallidos y aún nada — afuera llovía a más  no poder y el día estaba totalmente gris, dejé de lado los brownies que conejo había hecho,no porque no estuvieran comestibles, sino porque no tenía ánimos de probar bocado
- Margaret...
- No lo digas — sé lo que dirá "prometiste dejarlo si te ponías así" pero yo le hice mi promesa a Sarah primero. Joey quién había escuchado toda la conversación abrazó mi hombro
- yo lo haré — lo miré extrañada
- Saldré con Sarah, la verdad es que la chica me agrada y es muy inteligente, virtud que hay que apreciar además de la belleza y cómo te lo había dicho necesito una cita para mo reunión
- Joey ya te dije que no quiere citas fingidas...
- ¿Y quién dice que quiero que sea fingida? — después de unos minutos come galletas tomó mi teléfono para robar el número de Sarah y se dirigió al estudio a charlar con ella.
- ¿Mofita que tienes? — yo seguía con el mismo ánimo de antes
- nada
- Margaret, te conozco de pies a cabeza
- es que... Desde hace unas semanas, con todo esto de buscar el novio de Sarah... Co... Comencé a extrañar lo que era tener una cita — me sorprendí a mi misma ante esta confesión,  era la verdad, sé que dije que moriría sola, pero con todo esto me sentía en la necesidad de querer salir con alguien. Paul me agarró la cabeza y la besó
- sal conmigo
-¿¡qué!? — esta era la profecía de Angélica que justamente estaba tratando de evitar
- no me mal entiendas, seguimos
siendo amigos, pero fingiría ser tu cita sé que no sería lo mismo pero te prometo que la pasaras bien.
                             ...
Terry echaba un vistazo a las últimas fotos de la celebridad de hoy, yo estaba agendando una cita importante para él ya que la otra semana habría un festival de yo no sé qué y le pidieron a mi jefe asistir. Alguien llamó a la puerta y Terry fue atender, cuando vio de quién se trataba me miró divertido
- mira esto — abrió totalmente la puerta y Paul estaba en el umbral, llevaba una camisa negra además de un pantalón y zapatos del mismo color, se le hizo costumbre de abotonar sus camisa de este tipo, hasta el pecho, se arregló el cabello como cuando los franceses vinieron la primera vez.
- Genial estás apenas para que te subasten y yo parezco una... Una mofita — los dos rieron
- Es que eso es lo que eres — se dirigió al escritorio y me tomó de la mano - ¿lista señorita Carlton?
- No empieces
- Oye, te dije que sería tu cita esta noche y eso seré — después de recoger mis cosas y despedirme de Terry nos encontrábamos en su auto, él continuaba con sus payasadas
- Te ves hermosa esta noche
- Paul para tu carro ¿quieres?
- ¿Qué parte  de seré tu cita no entiendes? ¿se te es muy difícil seguirme la corriente? — me rendí ya que sabía que él no lo haría
- En ese caso gracias. Si ya me veía como una completa mofita el lugar que Paul escogió lo hacía notar más. La anfitriona me miraba algo "asqueada" mientras nos mostraba nuestra mesa Conejo amablemente le dijo que se fuera al diablo, lo cual la hizo sentir avergonzada y me hizo reír a mí. 
Ya nos encontrábamos cenando y me sorprendí de que ambos pidiéramos platillos vegetarianos cuando a veces preferimos un pedazo de pollo.
- sabes, no estaría mal ser vegetariano
- habla por tí mismo, podré dejar carnes rojas pero nadie me quita el delicioso y exquisito pollo de mi vida
- anda mofita,  la comida no está mal
- no dije que lo estuviera, sólo que no seré vegetariana
- entonces podrías ser pollotariana — no pude hacer otra cosa más que reírme, ya extrañaba ese sonido
- ese sonido me hacía falta — dijo conejo como si hubiera leído mis pensamientos
- Margaret — ese Margaret sonó serio, la hora de la charla llegó así que trago un gran sorbo de vino tinto acabando con lo que quedaba en la copa
- No me interesa lo gran amiga que puedas ser de Sarah, esto tiene que terminar ya
- Pero... — me calló levantando la mano cómo yo suelo hacerlo cuando estoy molesta
- Ya no te veo reír, no quieres pasar el rato conmigo o con Elliot y hace dos días Holly me dijo que estaba triste porque tía Gaggie tiene depresión
- ¡No tengo depresión!
- ¡Pues eso es lo que le estás haciendo creer! — sabía que Paul me haría hablar de esto pero no creí que me haría sentir tan mal
- ¿Por qué últimamente el interés en mí?
- Porque los últimos meses se han tratado de Sarah y tu estúpida lista... margaret, te quiero demasiado como para seguir viéndote así —no sabía que decir sólo alcancé a encogerme en mi asiento aparte de mi sobrina y mis padres pocos me han dicho esas palabras con verdadero significado, no dije nada por lo que conejo procedió a tomarme la mano
- ¿más vino para usted y su novia? —la mesera me sacó de mi discusión mental
- ¿más vino cariño? — claramente Paul estaba bromeando y como es de costumbre yo le seguía la corriente
- No quiero embriagarme y que esta chica te cobre más conejito — una ves más la chica se marchó avergonzada
- tienes razón
- ¿qué?
- tienes razón, no he sido yo y lo destesto, quiero compersartelo, y a los demás, pero sobre todo a Holly ella no se merece todo esto
- No mofita, hazlo por tí misma.
Una brisa acogedora se asomó en la oficina de Terry, la recibí con complacida; mientras pasaba las fotos de una parte de la ciudad comía una barra de chocolate que un amigo de mi jefe le regaló, con la frase "tienes que probarlo" me convenció,  del otro lado de la habitación Terry jugaba con Meursault muy cerca del pie que me tomó más de una hora hornear
- jefe, se que no estoy en posición de ordenarte nada pero te suplico que alejes a Meursault de ese pie — al ver mi cara no hizo más que reírse y obedeció apartó al chachorro y le hacía mirar hacia arriba con una cuerda - dime Mags, crees que a él si el interese la muerte de su madre y no mate árabes por el calor
- Muy gracioso Terry, bueno — me levanté con mi cámara cargada de medio lado, tomé el pie con una mano y le dije a Meursault: lass uns gehen (vámonos) - ya debo irme gracias por el chocolate T — mi excéntrico jefe hizo una reverencia. Caminé hacia el elevador con el chachorrito dando saltitos detrás mío, tomé un taxi y me dirigí a mi destino al llegar a la puerta toqué dos veces
- ¿Tienes tiempo para pie y disculpas?
- ¡Tía Gaggie! — la pequeña se asomó detrás de la pierna de su padre mientras este me sonreía.
-Lamento no haber sido más atenta con Holly — Elliot me observaba mientras le servía un pedazo de postre a la pequeña - tienes tus asuntos Margaret, no tienes porque estar feliz todo el tiempo...Sólo te pido que no seas tan ruda con mi hija, últimamente pregunta por su madre y no sé qué decirle, sé que no es tu culpa pero necesito tu apoyo con esto.
- Descuida lo haré, de hecho quería saber si estás de acuerdo en que Holly y yo pasemos un día juntas
- ¿Escuchaste cariño? Tía Gaggie quiere tener un día junto a tí
- Siiii.
Estaba chequeando que mi cámara tuviera todo lo necesario, quería tener más fotos de Holly en un álbum en el que estoy trabajando. Paul bajó las escaleras bostezando, pero al verme abrió sus ojos
- ¿te gusta lo que ves?  — le dije bromeando
- tal vez
- okay suficiente perversión — reímos los dos
- ¿A donde vas mofita?
-Tendré un día sobrina y tía con Holly — en ese instante Elliot llegó con Holly, me entregó su pequeño bolsito con sus juguetes y cosas que podría necesitar -  Diviértete mi amor
- Sí papi — la niña se despegó de su padre para abrazarme, pero lo hizo rápidamente al ver a conejo
- ¡Conejito!
-Hola extrañita — ambos se abrazaron como si no se hubieran visto hace años
- Tía mofita me llevará a un día de diversión ¿quieres venir? — Paul volteó la vista hacia mí, yo sólo me encogí de hombros, sabía que la niña tramaba algo, se bajó de los brazos de mi amigo y con una mirada de cachorrito me dijo - Por favor tía Gaggie ¿conejito puede venir? — me acerqué a Paul
-¿Te molestaría venir? — me sonrió y se dirigió a la inquisidora del plan en questión
- ¿Sabes Holly? Últimamente he estado muuyy aburrido y si no me divierto puede que muera de tristeza — la pequeña se volteó a mí asustada
- ¡Tía Gaggie tenemos que ayudar a conejito!
-Entonces será mejor que conejito se aliste rápido.
Decidí que si Holly tenía que divertirse yo también lo haría, así que la primera parada sería un lugar de cuido para delfines, ya lo sé, ya lo sé ¿Maggie no sería más sensato ir a un parque acuático? Las personas normales pensarían lo mismo pero, primero yo no soy normal y segundo ir a un parque acuático equivale a promover el encierro de estas bellas criaturas, así que hablé con un viejo amigo que trabaja en el lugar para que nos diera acceso, cuando nos preparábamos para nadar con un delfín que pronto iban a soltar, una llamada llegó a mi teléfono, era miércoles pero Paul tenía razón necesitaba tiempo para mí así que decidí dejar Honey & Coffee de lado por hoy, ignore la llamada de Sarah y salí del vestuario, Holly quién ya tenía su traje de baño listo no dejaba de saltar
- ¡Vamos ya! ¡Vamos ya!
- Espera cielo, tengo que ponerte el protector solar — la niña se acercó a regañadientes, mientras cubría el pequeño rostro de Holly Paul se acercó a ella - No hagas esa cara nena, a mí tampoco me gusta pero es para que no seamos camarones, es más — dijo juguetón — ¿Por qué no evitas que sea un camarón y me pones de esa cosa horrible en la cara?
- ¡Que lo haga tía Gaggie! — dijo dando saltitos
- Ven aquí, nunca en mi vida he visto un conejo rojo y esta no será la primera vez — mientras dejaba a conejo más blanco de lo que es me susurro
-Es como verte a los cuatro años, cualquiera diría que eres su madre
- Desearía que así fuera —se quedó viendo extrañado
- Creí que tú...
- Si lo sé, sé que digo que no quiero hijos y no aún no los quiero pero Holly ha tenido una madre tan horrible que...
- Te entiendo — en eso llegó Holly y nos jaló del brazo ha ambos
- ¡Vamos!!
Después de dos horas de nadar con Géminis (la delfín) nos dirigimos a una feria en el muelle de Santa Mónica de nuevo ignoré la octava llamada de Sarah, jugamos a tirar las botellas y gané un osito panda para mi sobrina, el cual tendrá que proteger de Angélica si algún día llegara a verla con él. Por último fuimos a la playa a ver el atardecer, mientras Holly daba volteretas yo tomaba fotos de ella luego Paul tomó mi puesto y nos tomó unas cuantas foto, cambiamos de nuevo y esta vez eran él y extrañita delante de la cámara. Ya era hora de regresar, Holly iba dormida en mis brazos cuando llegamos al auto Paul abrió la puerta trasera para poder dejar a la pequeña en su silla descansando; llegamos a casa y dos minutos después Elliot llegó por ella
- Gracias por pasar el día con ella hermanita
- no hay de qué hermanito — cerré la puerta y mi teléfono volvió a emitir el sonido de llamada
- ¡Ahhg!!
- Sólo ignóralo, sé que divertiste hoy y no quiero que ese aparato te quite tu felicidad — solté un bufido similar a una sonrisa
- ¿Te he dicho lo mucho que me gusta tu sonrisa?
- ¿Acaso te drogaste o algo?  — le dije bromeando
- En serio mofita, amo tu sonrisa y todo de tí — admito que eso me gustó pero me sentí incómoda cuando lo dijo
- También amo todo de tí, conejito, no todos son originales como tú
- Margaret, en serio amo todo de ti — se acercaba cada ves más, mi respiración se dificultaba cada vez más, esto no está pasando dime que esto no está pasando, me pinché la pierna para despertar pero yo ya estaba despierta, con una mano Paul tomó mi mentón y con la contra sostenía mi cabello
- Paul si esto es una broma...
- desearía que así fuera — y me besó.

Un novio para mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora