Fue estúpido pero valió la pena

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Paul
Subí de la sala de partos para almorzar, Margaret no estaba ya que hoy era miércoles, no pude evitar tener otro recuerdo de mi ángel

A los 17 años
Estaba en mi cama recostado con la pierna enyesada, ya estaba de vacaciones y tengo que pasarlas en esta estúpida cama
- Paul
- Ahora no nana
- Alguien viene a visitarte
- ¡No quiero ver a nadie! — Si, voy a estar gruñón todo el verano
- ¡Ya deja de llorar y déjame pasar! — La voz de Margaret hizo que cambiara de opinión, abrió la puerta y venía cargada de varias cosas, estaba muy guapa, tenía quince años y si de niña se veía como un ángel ahora más, ya había dejado los frenos atrás y su cabello había crecido pero lo amarraba constantemente porque le molestaba, llevaba jeans y una blusa olgada de color oliva que combinaba con sus ojos, parecían jemas porque nunca se distinguen si son azul o verdes
- ¿Vas a estar así de amargado todo el día?
- Tal vez — hizo una mueca y me mostró todo lo que trajo, palomitas, refrescos, helados también trajo juegos, un scrabble y monopoli y las tres primeras películas de Star wars además de su mochila sacó una manta
- Margaret esto es increíble, tendré varias cosas que hacer
- Corrección, tendremos
- ¿Qué?
- Monolopi es un juego de dos o más listín — no puedo creer que quiera quedarse conmigo, digo es verano todo el mundo quiere salir con sus amigos o tener una cita, aunque si no sale con ese tal James sería mejor, aún así no quiero que tenga que compartir mi confinamiento solitario
- Margaret no tienes que hacerlo
- Primero, dime Maggie, segundo hago esto porque eres mi amigo — Ángel cien por ciento
- Creí qie irías a la fiesta de Melody, todo el mudo irá
- No todo el mundo, además no me interesa esa fiesta es para idiota —Me sonrió y sus mejillas parecían manzanas, me pasó una cuchara y el bote de helados
- ¿Star wars o Monopoli? — claramente la opción fue Star wars, no llegamos a ver la segunda película porque ángel se quedó dormida justo a mi lado, quería besarla porque desde que la conocí me hacía a pero en ese momento ella se empezó a mover
- ¿Margaret? — seguía dormida me abrazó y se acurrucó como un monito, pero ella no es un monito, es un ángel... Mi ángel. Quería quedarme así con ella pero se hacía tarde y sus padres se molestarán
- Margaret despierta
- Mmm no quiero 
- Margaret tus padres deben querer que vayas a casa
– Les dije que me quedaría contigo — Primero se pierde la fiesta y ahora prefiere pasar incómoda la noche que estar en su propia cama
– Al menos acomódate en el sofá de abajo — pero ella me gruñó
– Como quieras — Claramente yo estaba más que feliz que no se moviera mi ángel estaba a mi lado.
Un ladrido me sacó de mis pensamientos, Meursault intentaba agarrar un pedazo de brócoli de mi mano – Oye ese es mi almuerzo monstruito — el sólo se sentó e hizo su típica mirada – De acuerdo, sólo uno
A los 17 años y un yeso después

Estaba en la fiesta de cumpleaños de Sam un compañero de clase, jugábamos siete minutos en el paraíso, era la tercera ronda, Melody la chica popular se había "besado" con un chico llamado Henry y digo "se besaron" porque sobrepasaron los siete minutos, una chica pelirroja giró la botella y me apuntó a mí
– Te toca Allen, ahora ¿quién será la víctima? — Margaret estaba sentada justo en frente de mí tanto ella como yo no habíamos pasado ni una sola vez, llevaba una chaqueta que le había prestado hace meses pero se negaba a devolverme no me importaba, le quedaba hermosa, también llevaba una blusa negra que decía Suck my Richard y unos jeans remangados. La chica giró la botella y como si fuera cosa de magia la botella cayó justo en frente de Margaret – Esto si que va a estar bueno, Allen y Carlton besándose por siete minutos — Mi ángel estaba nerviosa lo sabía porque secaba sus manos en su jeans, pero además la había notado cabizbaja desde que llegó
– No tienes que hacerlo si no quieres Margaret
– Oye oye, reglas son reglas la botella la apuntó a ella — dijo Melody, Margaret le hizo una mueca porqué sé que no le agrda.
- Esta bien lo haré — nos dirijimos a la habitación y Sam cerró la puerta con seguro desde afuera, yo no sabía que rayos hacer, bueno si lo sabía pero estaba nervioso porque se trataba de ella, no dijo nada me tomó del cuello y acercó sus labios con los míos apenas si me dió tiempo de tomarle la cintura,  el beso fue sencillo duró tres segundos pero esos tres segundos valieron la pena, nos quedamos juntos un rato y sentí una lágrima bajar, oh no, no me digas que lo hice mal
– ¿Margaret? — rápidamente se secó el rostro y cambió su expresión a enojo
– No es nada — lo que significaba que algo andaba mal
- Dime, tenemos siete minutos — bueno siete menos tres geniales segundos
– Me regreso a Londres — Ya habíamos pasado por esto, sus padres constantemente tenían que mudarse por su trabajo, no nos importaba porque sabía que pronto iban a volver  esta vez era diferente, Margaret iba a cumplir dieciséis y no podía seguir cambiando de escuela en los últimos años ya que pronto tenía que escoger una universidad y sé que sus padres querían que estudiara en Londres. No lloró más, sólo se quedó en silencio
- Papá ya está tramitando papeles para la universidad pero es necesario que yo curse los últimos años de secundaria allá
– ¿Volverás?
– no lo sé — esa noche salimos de la fiesta y nos dirigimos a los senderos vida silvestre, cruzamos el arroyo, sacamos el cofre y ella anotó en su lista "Volver a Los Ángeles" a escondidas sin que ella observara escribí en la mía "Mi ángel".

Un novio para mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora