1. EL BESO
---
Te escribo esta carta para que sepas que durante todos estos 12 años que hemos pasado yo, Emma y mamá han sido igual de desastrosos, y que por eso te odiamos aún más por habernos abandonado.
Sólo quiero que sepas que si en algún momento en la vida de verdad te hemos importado, tú a nosotras ya no nos importas.
Siempre supe que eras un imbécil, pero nunca pensé que tanto.
Felices 12 años libres de nosotras, por si ya no te acordabas de mí:
Ariel
(tu hija)
PD: Ya tenemos una nueva familia y un nuevo padre que quiere mucho más a mamá y a nosotras de lo que tú jamás supiste hacer, ahora sé cómo se sentiría tener a un padre.
---
Paré de escribir y guardé el pápel en el sobre. Era la primera y última carta que le haría. No sabía si estaba vivo o muerto, pero aún así quería intentar enviarsela.
Guardé la carta en uno de los cajones de mi escritorio para después ir a dejarla en Correos.
Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina.
-¡Buenos días querida familia!- dije gritando.
-¡SSHHH!- dijo mi madre que estaba con el telefono en la mano.
-Buenos días a ti también hija.- dije imitando su voz.
Mis 'hermanos' se rieron. Sólo tenía una hermana, Emma, era mucho más pequeña que yo. Y, los demás eran hermanastros o hermanastras: había Keaton (el chico futbolista), Britney (la diva), Andrés y Max (los gemelos tornado), y Claudia (la chica lista). Todos ellos eran hijos de mi padrastro, Hugo. Pero faltaba uno, todos eran más pequeños que yo, menos el que faltaba, que tenía mi misma edad, 18 años.
-Te escribo ésta carta...- se empezó a oír de la planta de arriba.
¡No, no, no! ¡¡Cómo la lea le corto en mil pedazitos todo su cuerpo!!
Corrí escaleras arriba hasta mi habitación dónde estaba mi hermanastro, el insoportable y creído:
-¡¡¡VIC!!!- rugí molesta mientras le quitaba de sus manos la carta- ¿¡Cuántas veces hacen falta decirte que no entres dentro de mi cuarto, estúpido?!
-Sólo hace falta una cosa, una única cosa. Que si llega a ser mía, te dejaría en paz para siempre.- dijo acariciandome el pelo.
Odiaba que me hiciera ésto, era tan... tan... siniestro.
-¿Qué quieres?- dije cruzandome de brazos.
Él se acerco a mi oreja y susurró:
-A ti.
Entonces ya no lo aguanté más, exploté.
-¡¡Vic sal de mi cuarto ahora mismo!!- grité roja de la rabia.
-De acuerdo, tranquila preciosa sirenita.- dijo cogiendome entre sus manos mis ambas mejillas y dandome un beso en los labios.
Abrí los ojos como naranjas, ¿Qué coño?
Nunca me había besado, normalmente sólo decía indirectas cómo: te quiero en mi cama, o, serás mía ésta noche, o incluso, te haré daño a cuatro patas, entre muchas cosas más que me decía, pero nunca hizo nada de eso. Y ahora, ¿me besa?
Después de unos segundos se separó mientras se relamía sus labios, no quería admitirlo, pero ahora estaba demasiado irresistible para ser verdad.
Tenía los labios un poco rosados, y el gorro de lana que llevaba era mi favorito, y él lo sabía, ¿se había vestido así a propósito?
-No sabes cuántas ganas tenía de besarte.- dijo juntando nuestras frentes.
Y fue cuando me fije en el color de sus ojos, eran marrones, pero aún así quede hipnotizada. A lo que él sonrió.
-¿Estás bien?- preguntó al darse cuenta de que yo me quedé quieta.
-Ajá- dije con voz casi inaudible mientras asentía con la cabeza. Y fue cuándo me di cuenta de lo que había hecho. Me separé de él rápidamente, me puse otra vez con los brazos cruzados y aclaré la voz- Sal ahora mismo de mi cuarto si no quieres que te heche a patadas.
-Rompe momentos amorosos.- gruñó, y envez de irse se sentó en la silla del escritorio mientras ponía los pies encima de éste- ¿Sabes? Aunque intentes esconder que sientes algo por mi, yo...
-¡No siento nada por tí Vic!- interrumpí.
-Yo sé que aunque no quieras sientes algo dentro de tí por mí, y no es ni asco, ni odio, ni nada parecido...- dijo mientras cogía un jjjuego de Rumikub que había encima de la mesa.
-Entonces nosé que debe ser.- dije sentandome en el escritorio.
-Te gusto.- aclaró.
No pude evitar reírme.
-Por favor- dije secandome una lágrima imaginaria- antes muerta.
-¿No me crees?- dijo acercandose a mí.
-No, no creo que me puedas gustar. Lo siento pero, no me lo creo.
-¿Qué has sentido cuándo te he besado?
-Nada.- mentí.
-¿Segura?
-Más segura que nunca.
-¿Lo repetirías?
-No.- mentí.
-¿Segura?
-Sí.
-Pues si algún día cambias de idea, ya sabes dónde encontrarme.- dijo dándome un último beso en los labios para después guiñarme un ojo y salir de mi cuarto.
¡¿Que... Coño... Acaba... De Pasar?!
-¡Chicos a desayunar!- gritó Hugo desde abajo.
Empezé a bajar por las escaleras, y después sentí una mano en mi hombro, me giré para ver la mano, que era el final del brazo que estaba por encima de mis hombros.
-Vic, ¿qué haces?- pregunté en un susurro mientras intentaba quitar su mano de mi hombro. Pero era imposible.
-Nada, bajar a desayunar ¿por?- dijo mirándome con una sonrisa coqueta.
-Por nada.- dije otra vez intentando quitar su mano.
Cuando conseguí quitarla, la bajó hasta mi cintura y me apretó a él.
Genial, simplemente genial.
Bufé y él me miró, y me guñó un ojo.
¿Ahora me tendré que acostumbrar a su actitud aún más coqueta y pervertida? Está bien, si él quiere jugar, yo también.
Entonces fue cuándo le di un puñetazo en su torso, haciendo que me soltara.
![](https://img.wattpad.com/cover/12157876-288-k721187.jpg)