C.9.

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9. CARIÑO

Narra Ariel:

-Buen plan. Así nos entretendremos más.- dije mientras enlazaba mi brazo con el de Clavel.

Ella era como mi hermana de una segunda madre, siempre me apoyaba y estaba a mi lado.

-Bueno, ya podemos hacer una peli porno con dos parejas; Clavel y Jaime, y Ariel y yo. –dijo Vic.

Hice una mueca de asco, y Jaime y Clavel se pusieron rojos. Vic rió.

-Enserio, estás muy enfermo. –le dije asqueada.

-Era una prueba, cariño. Quería saber cómo reaccionarías. Y, aún sigues impresionándome, nena. Las demás rezan para que las trate de la misma manera que a ti y tú te repugnas aunque solo te llame gatita. Que es un mote cariñoso.- dijo Vic.

-Y aún teniendo a miles de chicas detrás de ti ya sean rubias, morenas, castañas… solo ligas conmigo todo el día. No lo entiendo.- protesté.

-No soy como tú crees. Aunque todas las chicas del mundo estuvieran por mí, no significa que me aprovecharía de ellas. Hay gente que lo hace, pero yo no. Y tú no te lo crees. No soy como piensas. Sí, soy pervertido, pero no mujeriego.- dijo mirándome a los ojos.

Me sentí mal, me sentía la peor persona que había conocido. Una bruja, una bruja malvada de los cuentos de princesas y hadas.

Y aún así Vic no me había dicho que tenía que cambiar, que debía respetarlo; aun seguía a mi lado cada día y yo siempre lo criticaba. Supongo que me quería y no quería que pasara daño. No era justo. Aunque él me decía indirectas directas muy pervertidas no era justo que yo no lo quisiera. Supongo que podría intentar quererlo como un hermano. Aunque solo sea intentarlo. Y si me vuelve a tratar de forma pervertida juro que explotaré. Aun estoy enfadada por que por su culpa me castigaron.

-Vic, debemos hablar.- cogí el brazo de Vic y lo lleve a fuera del aula.

-¿Quieres que te castigue?- dijo Vic sonriendo pervertido cuando ya estábamos fuera.

Respira Ariel, respira. 1… 2… 3… 4… 5… 6… 7… 8… 9… I 10.

Conté para relajarme.

-No.- dije fría- Escúchame, podemos hacer un pacto: tú dejas de ser pervertido, y yo dejo de quejarme de ti.- dije.

-¿Podré estar a tú lado?- preguntó.

-Sí, pero sin insinuarme ni tocarme.- dije.

-¿Y si lo hago?- preguntó.

-Yo volvería a quejarme y volveremos a actuar como siempre.- respondí.

-De acuerdo.- dijo.

Abrí la puerta para volver a entrar, pero antes de entrar, Vic me cogió del codo y me hizo girar.

-¿Seguro que no quieres?- preguntó pervertido refiriéndose a lo de castigarme.

El trato se cancelaba, era imposible que se lo tomara enserio.

Le di una bofetada en su mejilla izquierda, le di tan fuerte que notaba como mi mano vibraba.

-¡Auch!- dijeron los chicos y Clavel haciendo una mueca de dolor.

Vic no dijo nada, solo se puso las manos en la mejilla dolida y se mordió el labio para aguantar el dolor. Pero no se pudo aguantar.

-Cariño, ¿cómo puedes tener tanta maldita fuerza?- preguntó Vic sobándose la mejilla- Y, ¿Cuántas veces me vas a pegar hoy?

Mi estúpido hermanastro; fuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora