C.7.

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7. ÉL ESTÁ ENAMORADO DE OTRA CHICA

-¡Ya sé!- dijo soltando mi mano delicadamente para levantarse.

-Espero que estés seguro.- susurré cuándo él estaba a punto de llegar a la mesa de la profesora.

-Disculpe, sabía usted que... ¡Una tarántula!- chilló Vic mientras señalaba una esquina.

Todo el mundo miró a ése punto asustado, y no había nada.

Bueno, todo el mundo excepto la señorita Morgan, que en vez de mirar se subió encima de su sillón y empezó a chillar como una loca.

-¡Mátenla, mátenla!

Todos se pusieron a reír, y entonces paró de chillar. Todos pararon de reír, excepto yo, la única que reía.

Hoy era un mal día para mí y todo por culpa de Vic. Me habían castigado en matemáticas, y aquí ya me habían castigado, quizás con esta incluso dos veces; y es que ponían detenciones como regalos en el día de Navidad. Pero no podía dejar de reír, nunca viene mal un poco de humor.

-Señorita Torres, ¿se puede saber por qué se ríe tanto?- preguntó fulminándome con la mirada.

Todos se giraron a verme, y yo paré de reír.

Vic me miraba con una ceja elevada y una gran sonrisa; claramente divertido por mi acción.

Y sin saber porque volví a reírme y exclame:

-¡Mátenla, mátenla!- chillé cómo Morgan había hecho.

Vic, Tony, Mike, Clavel y Jaime intentaron no reír, pero de vez en cuando se les escapaba alguna que otra carcajada.

-¡Ariel y Vic, están castigados sólo ustedes dos! Mike y Tony, les levanto el castigo.- dijo.

¡No! ¡No, no, no, no, no! ¡Por favor Dios! ¡No quiero pasar dos horas a solas con Vic! ¡Por favor Dios ten piedad!

-¡Bien!- exclamaron Tony y Mike.

-Mejor dicho, no, ustedes sólo están castigados una hora.- dijo la maestra.

Los chicos pasaron de estar felices a estar tristes.

¡Gracias!

-Vic, vuelva a su asiento.- reclamó la maestra.

Vic asintió con la cabeza y se sentó en su sitio.

-Bueno, parece que hoy tendremos nuestra primera cita.- dijo Vic mirándome a los ojos con una gran sonrisa en su rostro.

Me cogió de la mano, la entrelazó con la suya otra cómo antes, y las dejó delicadamente encima de la mesa.

Parecía qué tuviera miedo de romperme por la delicadeza en que me cogía.

-Me encantas cuando te cabreas conmigo, pero te adoro cuando no te importa que te toque.- se acercó a mi oreja- O que te bese. -acabó de decir, haciendo que me estremeciera por lo asqueroso que me parecían sus palabras.

Después de eso sonó el timbre y salimos del aula. La mirada de todos los que estuvieron en nuestra misma clase, se posó en Vic y en mí.

Nos separamos: Clavel y yo por la izquierda, separadas de Tony, Jaime, Mike y Vic que fueron por la derecha.

¡Por fin no estaba al lado de Vic!

Las personas cada vez nos miraban más. Dos chicas rubias se acercaron a nosotras.

Mi estúpido hermanastro; fuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora