Sala tiempo

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Grace no entendía el concepto. Si un antepasado no era un ángel de la guarda, pero te ayuda cada vez que lo necesitas, ¿entonces es un espíritu que te posee para hacer el bien? Todo lo que estaba pasando no tenía sentido. Parecía sacado de uno de los libros que ella leía. Se pellizcó, no sintió nada. Pero tampoco despertó del sueño. El anciano, que parecía que le había leído los pensamientos, dijo:

-Un antepasado es un antepasado. No es ni un espíritu ni un ángel de la guarda. Vivimos presos en las mentes de los vivos. Podemos ayudaros, pero hay impulsos incontrolables para nosotros, como por ejemplo, el amor. No estamos en el corazón, si no en la mente. -Grace no dijo nada, se sentía muy avergonzada por haber sido tan ignorante. Supuso que sus facciones mostraban en la bochornosa situación en la que se sentía, ya que el anciano le dijo-no tenías porque saberlo. Se que todo es muy extraño ahora. Pero no es un sueño.-el antepasado calló, tenía algo muy importante para decir, Grace lo sentía. Pero por alguna razón, seguía en silencio. Por fin, después de un largo minuto, dijo- Grace, eres una kaihang. No sientes dolor porque la sala tiempo protege a las personas como tú.

-¿Una qué?

-Una kaihang, creadora del universo 152.-el anciano desapareció y Grace despertó nuevamente en la nada. Ya sabía que no quedaría atrapada en la nada eternamente así que tan solo esperó aquel golpe, que la llevaría directa a la realidad.

Grace abrió los ojos inmediatamente después de ser materializada. Estaba a dos metros del techo de la granja. Caía en picado hacia el duro tejado. En el momento del impacto, Grace quedó inconsciente.  

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