El dolor es vida

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Grace estaba completamente desconcertada. En diez minutos que llevaba despierta había descubierto que tenia el poder de reparar los objetos que se habían roto y a un misterioso chico que había salido de la nada. La joven no tenía ni idea de como reaccionar. Miraba continuamente de un chico a otro y después a la mesa, milagrosamente reparada. 

Si motivo aparente, el muchacho recién llegado, cogió un vaso de cristal y lo tiró al suelo, rompiéndolo en mil pedazos. 

-¿Puedes arreglarlo?-Grace no estaba segura. Se agachó sin apartar la mirada del chico. Kyle callaba, le avergonzaba no haberle contado la existencia de el joven antes. No tuvo en cuenta que tan solo habían estado juntos dos veces, ya que Grace había pasado una semana inconsciente.

Cuando los pálidos dedos de Grace tocaron el frío y cortante cristal, el vidrió tembló. Al coger uno de los pequeños fragmentos, todos los pedazos levitaron lentamente. Empezaron a dar vueltas, todos a la vez y hacia el mismo sentido, cada vez mas rápido. La fracción que sujetaba Grace salió disparada hacia aquella pequeña lluvia de estrellas de cristal. La joven empezó a sangrar, le dolía el dedo, pero no se atrevía a decir nada delante de todo aquel espectáculo.

Recordó que en la sala tiempo no sentía dolor, pero no quiso ir. 'El dolor no es malo, tan solo desagradable. Nos recuerda que estamos vivos.' Se acordó de lo angustioso que fue cuando se pellizcó el brazo y no sintió nada. Por un fugaz momento, creía que no seguía viva.

Volvió a la realidad. Una pequeña figura de cristal se sostenía en el aire. No había arreglado el vaso, sino que había creado una hermosa luna de cristal a partir de los restos del recipiente. Repentinamente la luna salió disparada hacía el pecho de la chica pero aquel sol dorado absorbió la misteriosa figura. Grace sintió un calor en el tórax que la abrasaba.            

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