EXTRAS

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Extra #2


(Narra Sergio)

Después de acompañar a Naomi a su casa, ya que la madre no le dejaba quedarse a dormir con nosotros, volví a la de Raúl. Al llegar, me senté en el primer sitio libre que encontré en el salón.

Ellos ya estaban con la juerga montada, pero a mi no me apetecía mucho en ese momento, no después de la conversación que tuve con ella. Quería lograr entender porque le había contado aquello. Por que le había contado mi vida y me había abierto metafóricamente de par en par a ella. Quería entender por que alguien que conocía relativamente desde hace poco comparado con estos idiotas que tengo en frente me causaba ya tantos estragos en mis pensamientos, y por que me importaba tanto.

Después de un rato pensando me fui a una de las habitaciones de la planta de arriba de la casa de Raúl, el muy cabrón tenía un dúplex, sus padres se lo montaron bien, ambos trabajan en una empresa potente de la ciudad, asi que podían permitirse este piso y más.

Es más, este es el piso al que solemos ir porque al fin y al cabo será el piso de Raúl cuando se independice, asi que nos podemos permitir el lujo de tener un piso patera, por así decir. De todas maneras él aún vive con sus padres, pero le queda poco para poder dejar el nido, una de las cosas que más desea ahora mismo.

Ya allí, entré en una de sus habitaciones , la sala de juego, donde tenía dos sofás, una televisión plana, varias consolas, y un futbolín medio fulero. Creo que he pasado más tiempo en esta habitación con mi mejor amigo que en mi propia casa.

Este era como nuestro pequeño refugio, de donde nos escapábamos y aún escapamos de los problemas. Me tumbé en uno de los sofás, sintiéndome como en mi casa. Al rato, la puerta se abrió, y Raúl se sentó encima mía, ya que no había dejado ningún sitio para que alguien lo hiciese. -Tienes otro sofá ahí al lado para ti solo. -Bufé.

-Lo sé, pero, sabes que este es mi sitio, me da igual que tengas los pies aquí, como si tienes la cabeza, yo me siento aquí. -No pude evitar reírme, y él aprovecho mi distracción para poder quitarme lo pies de su sitio y así poderse sentar más cómodamente.-Hacía tiempo que no te veía tan rayado, tío.

No hacia falta ni preguntarle por que sabía que yo estaba así, no hacía falta porque él lo sabe todo de mi, es como un hermano. Sabe mi historia, mis virtudes, mis manías, mis caídas , al igual que yo lo sé todo de él.

- Le he contado lo de mi padre a Naomi, tío, no sé ni por qué lo he hecho, pero cuando hablaba con ella estaba cómodo, estaba bien.

- Porque estás enamorado, hermano. Da igual de cuanto la conozcas, o cuanto la conozcas a ella. Sé que es la indicada, creo sinceramente que te has pillado mucho por ella. Eso me pasó con Gabriela, pero la diferencia es que Naomi es la indicada para ti.

Al acabar su frase le miré. -¿Habéis roto?-El hecho de que no me contestase ya me lo decía todo. -Joder, lo siento.

-Son cosas que pasan, ya llevábamos mal un tiempo, espero que le vaya bien, la quise muchísimo y la sigo queriendo.

-Necesito irme Raúl, no sé, irme un tiempo, reflexionar. Creo que voy a irme unos días a mi casa de las afueras, para desconectar.

-No te vayas mucho tiempo Sergio, huir tampoco es la solución. Entiendo que quieras comprender lo que está pasando por tu cabeza, seguro que ni con Sara te ha pasado esto, pero no te vayas mucho, ¿vale?

-Está bien. Oye, no le digas nada a los demás, vendrían a buscarme, sobre todo a Sonia, que se cabreará, lo sé, pero necesito estar solo. Me pasare primero por casa para hablar con Álex y así coger la moto.

-Está hecho hermano.

Mi punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora