EXTRAS

45 2 0
                                    

                             Extra #1

(Narra Sergio)

Miré el reloj: 11.15 de la mañana.  Estaba tumbado en cama sin hacer nada, menuda vagancia tenía encima. Ni de desayunar me había hecho. De repente algo me dió un susto, era mi móvil que empezó a vibrar como loco. Sonia me estaba llamando, asi que cogí:

-Buenas Sonia la molona - Dije burlonamente.

Ella sabía que no lo decía en serio y contraatacó - Buenas, Sergio el "Sergay".

- Ay, ahí te has pasado. -Dije de forma triste, para que se sintiese mal, aunque me estaba riendo por dentro.

Ella se rió y prosiguió - No seas imbécil anda. Te llamaba para decirte si te apetecía venir a comer a mi casa. Nos lo pasaremos bien, y además... Vendrá Naomi. -Estas dos últimas palabras las entonó pícaramente.

-Me es indiferente si va o no. - Sí, lo se, en lo más fondo de mi algo deseaba verla aunque nos habíamos visto hace unas horas en la cena que habíamos tenido, pero no quería darle ese gusto a mi mejor amiga. -Claro, iré, estará guay. Por cierto, si me invitas a un desayuno ya me quitas un gran trabajo de encima.

- Mira que eres -Hizo una pausa para reírse y siguió. - Vente anda, que yo tampoco he desayunado aún.

- Gran amiga que eres.

- Lo sé, pero aún así me debes una idiota. - Rió y después colgó.

La verdad es que no le debía una, sino cientas. Sonia es una gran amiga, no se como me aguanta día a día. Dejando de pensar en eso, me fui a la ducha, 10 minutos después me vestí, y me dirigí a casa de ella.

Cuando llegué, timbré, y me abrió al minuto: -Hola rubia tonta.

- Sabes que odio ese estereotipo- Dijo con cara enfadada fingida.

-Vale, perdona -puse cara de gatito triste con pucheros y se rió.

Me dejó entrar y nos fuimos directamente a su cocina. Le agradecí por el perfecto desayuno que me había preparado y nos sentamos a la mesa a charlar mientras lo comíamos.

-¿Por qué no me contestaste ayer al móvil? - Me esperaba que hiciese esa pregunta.

-Quedé con Naomi y no vi el móvil. - Contesté.

Ella levantó la mirada de repente del plato hacia mi, sorprendida.  -¿Qué?

- Pues eso, le dije que habíamos quedado todos pero que os habíais rajado. La llevé al Fondue​- Ella seguía con la misma cara, con los ojos como platos-  Asi que cuando venga tendrás que cubrirme. - Dije con toda la naturalidad del mundo sin levantar la vista de mi desayuno.

La miré al ver que no contestaba. No parecía molesta ni mucho menos, en vez de gritarme solo me dedicó una sonrisa -Lo sabía. Ella te gusta.

- Yo no he dicho eso. -Protesté. No iba a decirle lo que sentía.

- Sé que no lo has dicho. - Me volvió a sonreir.

Le devolví la sonrisa y le dije - ¿Me cubrirás, verdad?

- Lo haré.

Mi punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora