Hermosas noches, siempre las he amado. Oscuras e iluminadas por la misma naturaleza, frías o cálidas, siguen siendo un espectáculo digno de aprecio y admiración.
Las noches de febrero son especiales—Al menos para mi—. Los recuerdos llegan a mi memoria así como las hojas llegan al suelo en el cruel otoño. Las noches de febrero las paso en vela recordando los momentos mas alegres de mi dramática y acelerada juventud.
¡Ay noches de febrero! Perfectas y turbulentas.
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