Las pesadillas no me asustan.

6 0 0
                                    

No soltaba a Hunter, apesar de que Sean tiraba de mí con fuerza.
-Por favor mi niño... Por favor... Hunt... Despierta por favor... No puedo sin ti... Hunt...
Su cuerpo seguía sin moverse, inmóvil entre mis brazos que cada vez apretaban más y más su agarre en él.
Unas manos frías se posaron en mis hombros, giré la cabeza alzando la mirada. Shane me miraba fijamente, en sus ojos había una pizca de pena pero su cara era neutral.
Sean alzaba un rayo detrás de él mientras gritaba que se fuese de allí.
-Déjalo -susurré-Eres el dueño del infierno y el cielo -susurro a Shane- por favor haz que mi hermano vuelva. Por favor.
Shane se agachó junto a mí y asintió. Posó las manos sobre el pecho de Hunter y cerró los ojos. Yo apoyé mi cabeza sobre su hombro sollozando. No podía perder a mi hermano, simplemente no podía. Cerré los ojos con fuerza intentando calmarme pero los abrí de golpe cuando sentí que Hunter se movía entre mis brazos. Un brazo de Shane rodeaba mi cintura y el otro estaba en mi brazo, calmándome. Lo miré y me arrojé a sus brazos. Me daba igual que fuese el Dios de la guerra, o lo que ostias fuese. Acababa de salvar a mi hermano y era lo único que me importaba. El no rechazó mi abrazo, todo lo contrarío, me apego a su cuerpo con fuerza.
-Leia...
Cuando escuché la voz de mi hermano me aparté rápidamente de Shane, acercándome a Hunter.
-Estoy aquí, estoy aquí. Tranquilo. No pasa nada -vuelvo a agarrarlo y pegarlo a mí.
-Creía que te perdía... Creía que no podía protegerte más...
-Hunt, no pasa nada ¿vale? Estoy bien. Se han ido y todos estamos bien ¿vale? -el seca mis lágrimas.
-¿Porque lloras?
-Porque te había perdido... Te habías ido Hunt... Me habías dejado -lo miro-Shane te devolvió la vida.
Hunter echó una mirada a Shane, el cuál estaba detrás mía.
-Gracias -dijo en un leve susurro.
-Eres el hermano de ella y además siempre has sido mi amigo. Sé que todos estáis en mi contra por querer una guerra. Por haber matado a muchos que eran vuestros amigos y por ahora ser imparable. Pero sabéis que no haría daño a un amigo.
Las palabras de Shane estaban a rebosar dé sarcasmo.
-A mí me lo harías.
-Sean, tú nunca has sido mi amigo, no te ofendas. Pero no podemos llevarnos bien, ley de vida.
Me rio con el comentario y Hunter esboza una sonrisa. Se levanta despacio con miedo de tener dolor, pero no siente nada.
-Volver de entre los muertos trae sus cosas malas -lo mira-no volverás a sentir dolor, puede parecer bueno, pero no lo es... Ahora te costará más sentir el amor. Sólo de quién amaste antes de abandonar esté mundo es el que perdura en tu corazón. Volver a amar ahora... Te será muy complicado. Tienes un corazón frío en éste instante.
Shane hablaba con calma. Como si ya hubiese dado ese discurso a menudo.
-Sé que consecuencias trae volver de allí.
-Yo no entiendo porqué odiáis tanto el infierno, yo estoy allí continuamente y no lo veo tanto mal.
-Shane, eres el Dios de la guerra. ¿Como no te va a gustar el infierno?
Noto que a Sean no le gusta que él esté aquí. También noto la mirada furiosa de Nick en mi espalda. Lo miró unos segundos y le sonrío pero su gesto no cambia.
Shane también me mira, impaciente. Sé que quiere que le diga que soy suya, casi puedo leer sus pensamientos. Pero yo no voy a decirle éso. Y menos cuando Nick empieza a gustarme. Me alejo de él y camino junto a Sean y Nick.
-¿Estáis bien?
Ellos me miran, con molestia.
-Yo estoy genial, después de haber recibido una paliza por alguien a quién tú le estás sonriendo como una idiota.
Murmura Sean enfadado.
-Él no te ha tocado Sean.
-¿Que no me ha tocado? Pero ¿tú sabes quién controlaba esos ángeles caídos? Déjame que te conteste yo mismo. Él, él los controlaba.
Confusa giro la cabeza hacia Shane.
-Yo no los controlaba -se encoge de hombros-no controlo a todos los ángeles caídos. Más bien, no controlo a ninguno. Ellos llevan la maldad por su propio bando. Y todos quieren en su bando a ella.
-¿A mí?
Shane me mira,bueno,todos me miran.
-Creo que es bastante obvio que eres muy poderosa Leia... Acabaste con varios ángeles caídos como si fuese una acción de cada día. Mientras yo, un Dios no pude controlar a ninguno. Ret consiguió huir pero los demás no Leia. Si Ret, te quiere en su bando. Es que se a corrido la voz de quién eres y de lo que eres capaz...
-No sé de qué soy capaz. Nunca había echo lo que hice hoy. Nunca había sentido esa sensación de...
-¿Ira? Déjame adivinar, te gustaba sujetar a ese desecho por el cuello ¿no? Y matarlo te gustó todavía más. Sólo pensabas en el odio que tenías,en la rabia. Sólo querías hacerle daño.
Lo miro inmóvil. Él había sabido explicar totalmente lo que yo quería decir. Lo que sentía y lo que había sentido. Porque esa sensación seguía ahí.
Todos suspiraron. Los miré confusa.
-Supongo que ése silencio afirma que es verdad...
La voz de Hunter sonaba rota.
-¿Que es verdad?
-Que estás destinada a mí.
Miro a Shane.
-Más bien, que estás destinada al mal... Que estás empezando tu cambio...
Hunter sonaba desecho, como si le doliese pronunciar cada palabra que decía.
-No entiendo nada Hunt...
Su mirada se cruzó con la mía por primera vez desde que había empezado aquella extraña conversación.
-Ven siéntate conmigo.
Todos nos acercamos a él,incluso Shane. Que se colocó detrás mía cuando me siento al lado de Hunter. Él está de pié, con semblante serio y sus brazos cruzados firmemente.
-Hay una profecía. Una profecía sobre nuestro linaje. En ella, habla sobre un cambio en el linaje. Habla de que una mujer, aparentemente normal, al cumplir los dieciocho empezará a cambiar. No será el cambio de todos los caza vampiros. Dotes nunca vistas en ningún cazador brotaran de ésa persona, haciéndola caminar hacía el lado oscuro. Esos dotes irán consumiendo poco a poco a la persona... Hasta que nada bueno quede en ella... Y sólo haya maldad y penumbra en su ser.
-Básicamente serás como Shane.
Sean pronuncia esas palabras con despecho.
-¿Seré mala?
-Mala no es la palabra correcta. Sólo verás el mundo de otra manera-interviene Shane-dejarás la paz por la guerra y el amor por el odio.
Miro al suelo unos segundos. Perdida, confusa.
-Llevábamos tiempo creyendo que eras tú la de la profecía. Y que si intentábamos hacer que tus visiones pareciesen un sueño, aplazariamos el cambio... Tendríamos más tiempo para evitar que pasasé éso...
-¿Porqué es tan malo que mis dotes se formen por completo?
-Dejarás de ser tú cuándo lo hagan. Cambiarás totalmente.
-Pero puedo intentar cambiar ¿no? Puedo intentar que mis dotes no me controlen y ser yo misma.
-No es tan fácil pequeña...
Shane posa su mano en mi hombro, calmándome o almenos intentándolo.
Todos miran su gesto, sorprendidos. Ignoro sus caras de asombro y cierro los ojos.
Sólo quiero cerrarlos y olvidar todo por unos segundos. Olvidar que mi vida va a cambiar. Olvidar que ahora ésto va a convertirse en una pesadilla.

Algún día Donde viven las historias. Descúbrelo ahora