Hoy era un día muy especial para todas las mujeres, porque era el día de la madre para todos menos un rubio que despertaba con unas pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos.
¿Adrien?—llamó Gabriel al entrar a la habitación—buenos días hijo...
Padre—saludo el oji-verde levantándose de su cama—creí que irías a un viaje de negocios...
Tu sabes qué día es hoy—comentó el ex rubio colocando su mano en el hombro de su primogénito—sé que debe ser duro para ti, como sabes me debo ir pero porque no llamas a Marinette y pasas este día con ella...
No papa, eso no es lo mismo—contestó el rubio mientras se dirigía al ventanal—ella tiene que pasar el día con su familia, y yo no soy parte de su familia...
Pero es mejor, a dejarte solo—comentó Gabriel poniéndose al lado de su hijo—o ¿quieres venir conmigo?...
No...—respondió secamente el oji-verde mientras veía a su padre con una sonrisa forzada—ve, yo estaré bien...
¿Seguro?—preguntó el diseñador tomando por los hombros a su hijo—
Tranquilo, ve con calma...—respondió el rubio siguiendo con esa sonrisa forzada—
Está bien, nos vemos en unos meses—se despidió el ex rubio antes de palmear la cabeza del oji-verde y salir de la habitación—
En cuanto Gabriel salió de la habitación el rubio se dispuso a cambiarse para bajar a desayunar...
Adrien—llamó Plagg mientras volaba delante de su portador— ¿te encuentras bien?...
Si estoy bien—respondió de mala gana el rubio terminando de vestirse—lo lamento Plagg, pero no quiero hablar de eso...
Lo sé, pero creo que tu padre tiene razón—mencionó el kwami negro quedando frente a frente—deberías llamar a Marinette...
Y que solo llegó y le digo "¡oye Marinette puedo pasar el día de las madres con ustedes porqué resulta que no tengo madre con quien celebrarla!"—Grito el rubio sin notar que las lágrimas ya habían empezado a salir—lo...lo siento Plagg...pero...yo...
No tienes por qué disculparte—dijo el pequeño gato mientras se sentaba en su hombro y acariciaba su mejilla—oye...
Antes de que el Plagg pudiera continuar tocaron la puerta...
Voy—grito el rubio mientras iba a abrir la puerta— ¿qué quieren?...
Adrien—respondió la azabache sorprendida por la actitud y la apariencia de novio— ¿qué te sucede?...
Marinette, yo—el rubio no podía articular palabra alguna, la persona que menos quería ver hoy se encontraba en la entrada de su casa—
Tranquilo ya estoy aquí—respondió la oji-azul mientras abrazaba a su novio y entraban—ya, ya, ¿qué sucedió?...
Nada, ¿qué haces aquí?—respondió el rubio mientras se limpiaba las pocas lágrimas que tenía—
Vine a verte, mis padres quieren que nos acompañes a celebrar—comentó la azabache mientras se separaba un poco para poder verlo—
Lo siento, no puedo—respondió el rubio tapando sus ojos con su cabello—
Tienes compromiso—preguntó la oji-azul a lo cual el joven negó—entonces ¿porque no puedes ir?...
Marinette este día es para celebrar en familia—contestó el rubio, al momento de agarrar valor y ver a su novia a los ojos—y yo...no soy...parte de la tuya...